No te rindas

Me despierto, es un día soleado, me dirijo a abrir las cortinas, al hacerlo me doy cuenta que he ido a parar en una casa en medio de un bosque frondoso y me asusto.

Salgo de la habitación intentando encontrar un teléfono, para llamar a mis padres. Pero al marcar el numero, me doy cuenta de que no hay señal y empiezo a desesperarme. Quiero salir de la casa, da mucho miedo y aun no se si hay alguien mas conmigo. Me dirijo a abrir la puerta, pero esta no se abre, me pongo nerviosa, y el miedo me invade, empiezo a dar golpes contra la pared y a chillar, creyendo que alguien me podría ayudar, pero al ver lo estúpida que parezco chillando, cuando estoy en medio de un bosque completamente sola, paro. Intento buscar otra salida por la casa, pero la única que encuentro es por la ventana del ático, ya que las del primero piso tienen barrotes. Me subo a unas escaleras, ya que esta bastante alta, y la abro. Al ver la altura que había, me empecé a marear, y para colmo tenia vértigo, pero esa era la única salida que había. Empecé a atar cuerdas que iba encontrando, entre si, para poder bajar después por ellas. Empecé a bajar, despacio, sin mirar abajo. Pero ya sabéis que cuando no puedes hacer una cosa, la haces. Y así fue, mi mirada bajo hacia el suelo, y mi vista empezó a ponerse borrosa, haciendo que perdiera el equilibrio, y cayéndome al suelo. El golpe fue duro, pero no tenia nada grave, o eso creía, hasta que intente levantarme, provocando que cayese por el fuerte dolor en el tobillo que había aparecido en mi pierna izquierda. Me arrastre como pude hacia una rama, para usarla como bastón. Cuando la tuve, con su ayuda me levante y me dirigí hacia el bosque para poder salir de este lugar. Cuando mas me adentraba a ese bosque, mas oscuro se hacia y más tenebroso se convertía. Después de media hora andando, ya no podía más, así que decidí parar en una roca a descansar. Pero de repente empezó a llover muy fuerte, así que me levante y empecé a buscar un lugar para refugiarme. Al estar tan oscuro, no podía ver nada, y ya cansada y empapada me senté en el suelo, y apunto de rendirme encuentro un hueco en un árbol, y decido refugiarme en él.

Al día siguiente me despierto con un fuerte ruido, de procedencia desconocida, haciendo que me levantase rápido, por miedo. Continué mi marcha hacia donde creía que se encontraba la salida. Otro día cayó y aun no encontraba nada, ni una sola casa. Hambrienta, mojada, cansada y con la pierna hinchada, me tire al suelo rendida, preparada para morir.

No te rindas, tu puedes, estas cerca.

Dijo una voz en mi cabeza.

Levante la mirada y vi un melocotonero, me levante como pude y me dirigí hacia él. Una vez recuperadas las energías, me dispuse a continuar. Después de un rato andado, visualice una gran montaña que me cortaba el paso. Ya harta de esta situación, me rendí, me senté en una roca, a esperar que ocurriese algo.

Idiota, no te detengas, no ves que la salida esta delante de ti.

Ya harta de esa voz, chille a la nada, provocando que una manada de murciélagos saliera de detrás de un arbusto. Entonces levante la cabeza para saber de donde habían salido y me encontré con una cueva, pero cuando me fije mas vi que se trataba de un túnel ya que en el fondo de él, se podía ver una luz. Me levante, parándome delante de él sin atreverme a entrar, ya que me daba mucho miedo de lo oscuro que se encontraba.

No tengas miedo, se valiente.

Respire hondo, como si eso me ayudase a coger valor, y entre. Al rato de empezar a andar en la completa oscuridad, se empezó a hacer mas visible, y ya me encontraba a pocos metros de la salida. Cuando por fin llegue, la luz me cegó, y por unos instantes no pude ver nada. Cuando mis ojos se adaptaron, pude ver que había vuelto a mi hogar. Me gire para ver lo que había quedado atrás, pero solo me encontré con una lisa pared. Y cuando ya me iba volví a oír esa voz.

Recuerda: Si te caes siete veces, levántate ocho.

Marta

Aquest article ha estat publicat en Coratge, Marta Molina. Afegeix a les adreces d'interès l'enllaç permanent.

Una resposta a No te rindas

  1. Josep M. Altés Riera diu:

    Marta, m’ha agradat el teu article. Encara que exposa una ficció, en fas una metàfora entorn del valor del coratge.
    Seguim!
    Josep Maria

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà Els camps necessaris estan marcats amb *