“La investigació científica s’inicia amb la percepció que el cabal de coneixement disponible és insuficient per enfrontar-nos amb determinats problemes. No comença del no res (…) sinó que part del coneixement previ del què parteix tota investigació és coneixement ordinari (…), i part d’ell és coneixement científic. (…)
A mesura que progressa, la investigació corregeix i fins i tot rebutja fragments del cabal del coneixement ordinari. Així aquest s’enriqueix amb els resultats de la ciència: part del sentit comú d’avui dia és resultat de la investigació científica d’ahir. (…) La peculiaritat de la ciència ha de consistir en la forma en què opera per assolir algun objectiu determinat, o sigui, en el mètode científic i en la finalitat per a la qual s’aplica aquest mètode”.
BUNGE, Mario. La investigació científica, 1969
“Las revoluciones científicas se consideran aquí como aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible. (…) Las revoluciones políticas se inician por medio de un sentimiento, cada vez mayor, restringido frecuentemente a una fracción de la comunidad política, de que las instituciones existentes han cesado de satisfacer adecuadamente los problemas planteados por el medio ambiente que han contribuido en parte a crear. De manera muy similar, las revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente, también a menudo restringido a una estrecha subdivisión de la comunidad científica, de que un paradigma existente ha dejado de funcionar adecuadamente en la exploración de un aspecto de la naturaleza, hacia el cual, el mismo paradigma había mostrado el camino. Tanto en el desarrollo político como en el científico, el sentimiento de mal funcionamiento que puede conducir a la crisis es un requisito previo para la revolución”.
KUHN, Thomas. S. La estructura de las revoluciones científicas, 1962
“Un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica comparten, y, recíprocamente, una comunidad científica consiste en hombres que comparten un paradigma”.
KUHN, Thomas. S. La estructura de las revoluciones científicas, 1962
“Al comienzo, un nuevo candidato a paradigma puede tener muy pocos partidarios, y a veces los motivos de esos partidarios pueden resultar sospechosos. Sin embargo, si son competentes, lo mejorarán, explotarán sus posibilidades y mostrarán lo que sería pertenecer a una comunidad guiada por él. Al continuar este proceso, si el paradigma está destinado a ganar la batalla, el número y la fuerza de los argumentos de persuasión en su favor aumentarán. Entonces más científicos se convertirán y continuará la exploración del nuevo paradigma. Gradualmente, el número de experimentos, instrumentos, artículos y libros basados en el paradigma se multiplicará. Otros hombres más, convencidos de la utilidad de la nueva visión, adoptarán el nuevo método para practicar la ciencia normal, hasta que, finalmente, sólo existan unos cuantos que continúen oponiéndole resistencia”.
KUHN, Thomas. S. La estructura de las revoluciones científicas, 1962
“Todos estamos acostumbrados a considerar la ciencia como la empresa que se acerca más a alguna meta establecida de antemano por la naturaleza. Pero, ¿es preciso que exista esa meta? ¿No podemos explicar tanto la existencia de la ciencia como su éxito en términos de evolución a partir del estado de conocimientos de una comunidad en un momento dado? ¿Ayuda realmente el imaginar que existe alguna explicación plena, objetiva y verdadera de la naturaleza y que la medida apropiada de la investigación científica es la elongación con que nos acerca cada vez más a esa meta final? Si podemos aprender a sustituir la “evolución hacia lo que deseamos conocer” por la “evolución a partir de lo que conocemos”, muchos de esos problemas desaparecerán en el proceso”.
KUHN, Thomas. S. La estructura de las revoluciones científicas, 1962