“La certeza no es algo que tengan las ideas; es algo que tengo yo, cuando estoy absolutamente seguro de ellas. Hay un uso de “cierto” equivalente a “verdad” y aplicable a ideas. Así usamos el adjetivo “cierto” cuando decimos que es cierto que j (donde j es una idea), como en “es cierto que las abejas producen miel” o en “la noticia resultó ser cierta”. Pero en este uso el adjetivo “cierto” significa algo (objetivo) distinto e incluso opuesto a lo que significa el sustantivo “certeza”, que se refiere a un sentimiento (subjetivo) que nosotros podemos tener o no tener.
Si considero una idea, puedo sentir diversos grados de confianza en ella. Si la confianza es muy grande, total, hablamos de certeza.
La certeza -a diferencia de la necesidad o la verdad, que son propiedades que una idea puede tener o de las que puede carecer- no es algo que la idea tenga o no por sí misma, sino algo que yo tengo o siento respecto a ella”.
MOSTERÍN, Jesús. Racionalidad y acción humana, 1978, Pág. 132.