Diciembre es como el Domingo del año

1 de Diciembre de 2013

Hemos empezado un nuevo mes, ése que nos llevará a un nuevo año. Como es muy típico, yo me pongo a recordar todo este año que ya casi ha pasado, a repasar mentalmente que he hecho o que he dejado de hacer. En un primer momento solo me acuerdo de lo más reciente -pues mi memoria no está en plenas condiciones en esta época de exámenes-, pero poco a poco y con ayuda de las fotos colgadas en las redes sociales (actualmente plasmamos todo nuestro día a día en nuestros perfiles electrónicos) voy recordando momento por momento y ¡me sorprende la cantidad de cosas que han pasado! Me gusta hacer este ejercicio mental cada año, es como resumir un poco tu vida capítulo por capítulo, en este caso, año por año.

Puestos ya a reflexionar, pienso en todos los propósitos que me hice el año pasado justo por estas fechas. La mayoría siguen ahí, en forma de propósitos, pues eso de apuntarme a hip-hop (es un tipo de baile que siempre me ha gustado mucho para el cual nunca tengo tiempo) o salir a correr una vez al mes con mi amiga Mar no se ha cumplido. Obviamente, ya no me da tiempo a hacer todo lo planeado para este año. Sin embargo, me pondré las bambas y llamaré a mi amiga, quiero recuperar todos esos paseos que tenemos pendientes. Por eso digo que Diciembre es como el Domingo del año, es la recta final, ese ultimo momento para el que dejamos siempre las cosas; como cuando hacemos todos los deberes de la semana un Domingo por la tarde.

No quiero decir que debamos cambiar ésta situación, ya que si no me ha dado tiempo de salir a correr es porque tenía otras cosas que hacer y, por lo visto, eran más importantes. Depende de nosotros priorizar unos propósitos u otros, teniendo en cuenta que siempre nos irán saliendo más y más sobre la marcha. En caso contrario, la vida sin aspiraciones sería muy aburrida. Lo que quiero decir es que, aunque no haya cumplido unas cosas, he cumplido otras sin ni siquiera proponérmelo y con eso tengo más que suficiente.

No me desanimo al ver que aun me quedan muchas cosas por hacer porque, dejando a un lado el tema de los Domingos de deberes, ¡siempre me quedará el año que viene!

Laia

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