Entonces, las cosas eran muy fáciles. El mundo era un lugar pequeño que se reducía simplemente a una pequeña habitación llena de juguetes. Papa y mama nuestros ídolos, nuestros ejemplos a seguir. Quién no recuerda haber dicho de pequeño: ¡Yo de mayor quiero ser como mi madre!
Sin duda la mejor etapa de la vida de una persona, la infancia. Una etapa donde todo era especial, los reyes, el ratoncito Pérez, las princesas de cuento… y es que desde mi punto de vista una palabra que resume muy bien esta etapa es inocencia.
Una etapa llena de aprendizaje, alegría, diversión, estima, confianza, sueños, pero sobretodo llena de tiempo. El tiempo es algo que cuando empiezas a crecer te das cuenta que no lo dispones como cuando eras un niño. Este tiempo en la infancia lo empleas en descansar, en jugar, en crear, y en algunas ocasiones en trabajar… A esa edad se hace impensable dedicar menos horas, por ejemplo, al descanso, en cambio en la edad que nos encontramos suele ser frecuente quitarse horas de sueño para poder trabajar o estudiar.
Aunque se dice que todos llevamos por dentro al niño que un dia fuimos, esa sensación a medida que pasan los años está menos presente, concepto estudiado por Antoine de Saint-Exupery: “Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.”
Laura Alarcón Gazulla
Laura,
fa tants dies del que expliques! Bé, tu no estàs tan lluny de la infantesa (encara que t’ho sembli)! La teva devia ser una infantesa la mar de feliç, pel que recordes. Com ha de ser.
L’escrit és tendre i encantador, i també ple d’enyorança pel temps passat.
Tempus fugit!
Josep Maria