Querido/a lector/a me dirijo a ti de forma directa, básicamente para darte un consejo: no confíes en nadie. Puede parecer drástico al principio pero al final notarás la diferencia; para los que sois más valientes y os atrevéis a confiar una parte de vosotros a otro ser: deciros que lo evaluéis, gastéis el periodo de prueba y renovéis la garantía tantas veces hasta que os sintáis seguros de verdad.
Yo solía ser de la segunda clase de personas, hasta que me di cuenta de que tenía sentimientos, esa cosa abstracta de la que hablan y filosofan muchas personas. Por una parte me alegro de haberlos encontrado, tanto tiempo perdidos en mi interior empezaba a dudar de la necesidad de un GPS… Más tarde me he dado cuenta de que no son tan bonitos como nos los pintan, no los envuelven nubes de colores ni mucho menos vuelan mariposas, (me gustaría conocer al que dijo que tenía mariposas en el estómago y hacerle un test de alcoholemia, que están muy de moda).
Sé un cuerpo inteligente y protégete del mal ajeno, igual que te proteges de la lluvia, pero a poder ser construye una coraza que nunca te abandone, confíale a ella todos tus secretos y que sea la única que lo sepa. No confíes ni en tu sombra ya que te abandonará cuando la oscuridad caiga sobre ti. Deja de soñar despierto y sé realista y lo que es más importante… sé EGOÍSTA, nadie va a pensar en ti si no lo haces tú mismo, acostúmbrate. Cuídate y mejórate como persona, haz de tu mente un deseo atractivo para otras e intenta concienciarte de que hay otros seres, menos afortunados, que todavía tienen los sentimientos a la vista y caen en las redes del dolor, porque los sentimientos duelen.
Y aquí es donde recae la explicación a tanto extremismo, el dolor del amor.
Paula Benzal
Paula,
M’ha agradat molt el teu article, però no puc fer-te cas en el teu consell. Sense anar més lluny, no puc evitar de confiar en tu, què hi farem! Estic disposat a patir, perquè realment val la pena.
No paris d’escriure i que tinguis un molt bon estiu
Josep Maria