Estamos en un mundo en el que las distancias pueden ser vencidas con cada vez más facilidad, y lugares nunca antes conocidos ahora albergan turismo de todos los continentes, simplemente atraídos por algún determinado punto curioso de su mapa, costumbre, sociedad…
Por este motivo, pienso, que hoy en día el turismo es una de las mejores inversiones para un país. El sector del turismo es muy diverso, y ofrece una amplia gama de ofertas, para distintos presupuestos, la cual cosa hace que no solo la gente más acomodada pueda viajar, como en antaño.
Un claro ejemplo de cómo puede cambiar el turismo a una ciudad, ya no hablamos de a un país o una región, no, una simple ciudad o pueblo, es el caso de Borja, el pequeño pueblo aragonés que este verano salto a la fama por el Ecce Homo. Este pueblo pasó de ser un desconocido pueblo español, a ser portada de muchas noticias internacionales, y de ahí a recibir turismo, teniendo que habituarse a ello, es decir invertir en ello.
La llegada de turistas a cualquier punto, genera muchos cambios en la población local. Puestos de trabajo nuevos, rutinas distintas, etc. Pero sobretodo genera beneficios, por lo que pienso que cualquier inversión justificada, para satisfacer las necesidades de los turistas tendría que ser bien recibida.
Por otra parte, existe el turismo basura, el que no es bien recibido por los locales, pero aun así genera beneficios. Hablo por ejemplo del turismo que recibe Barcelona, o algunas localidades cercanas, en unas determinadas fechas. Grupos de ingleses, irlandeses, que ocupan las calles por las noches, con el único pretexto de emborracharse, debido a que en su país no tienen las mismas libertades. Pues bien, yo creo que esto también es turismo, por lo cual, se tendría que buscar una solución, es decir, habilitar algún sitio para poder albergar este tipo de turismo, y así, siempre sea beneficioso, porque por mas que no nos guste, sigue siendo turismo.
Mi conclusión es, que el turismo se ha de ver como un beneficio para el país, empezando por los pequeños pueblos y acabando por las grandes ciudades. Pero es importante buscar el equilibrio, pienso, para poder satisfacer las necesidades de los turistas y a la vez la de los autóctonos.
Míriam