Experiencias en el lago

Era la segunda o la tercera vez (no recuerdo bien) que tenia el placer, si se le puede llamar así, de visitar ese enorme lago. Después de dos largas e intensas horas de viaje en coche, llegamos. Íbamos toda la familia, todos mis tíos, mis primos… en general toda la gente que puntualmente se reúne para verse y para recordar viejas experiencias.

Justo al salir del coche, mi primera impresión fue que el lugar estaba impregnado de una humedad que se te pegaba de un modo asqueroso sobre la piel. Si sumamos eso al frío primaveral que nos persiguió durante todo el día, mi primera visión de la velada no fue muy agradable. Nos sentamos en unas sillas poco estables y poco hermosas, las cuales estaban heladas. Constantemente tenía la sensación de estar sentada sobre un horrible bloque de hielo.

Cuando llegó la hora de comer, nos pusimos a devorar unos bocadillos, tengo que decir que probablemente ese hecho fue lo mejor del día. Mi bocadillo era grande, tierno, gustoso, pero no dejaba de estar helado, como el ambiente general que nos envolvía.

Cuando ya todos habíamos acabado de comer, fuimos a dar una vuelta rodeando el lago. El camino era de tierra y estaba lleno de hormigas y bichos desagradables. En general tenía la sensación de que era un lugar horrible y que no tenía ningún tipo de gracia visitarlo. Al mirar el agua, solo observabas un fondo verde, mohoso, viscoso, una cosa asquerosa que me hizo plantear qué le vería la gente a ese sitio tan famoso. El color del agua era entre azul y verde oscuro, un color francamente desagradable a la vista, por no hablar de la cantidad de mosquitos y insectos que flotaban sobre el lago. Repugnante… esa seria la palabra que englobaba todo ese paisaje.

En general el resto del día no fue mal, fue un día tranquilo, rodeado de la gente que supuestamente te quiere, aunque la horripilante lluvia que nos visitó mientras estábamos comiendo no fue especialmente bonita. Odio la lluvia, hace que el cielo se tiña de un color gris oscuro muy poco favorecedor que no deja ver el hermoso sol. Cuando volvimos a coger el coche, siguiendo un camino irregular que me pareció demasiado largo, deseé, con todas mis fuerzas, que a nadie se le ocurriera jamás organizar otra reunión familiar en ese horrible lago.

Sandra

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Una resposta a Experiencias en el lago

  1. Josep M. Altés Riera diu:

    Sandra, en llegir el títol m’havia imaginat que el que seguiria seria la descripció de la bellesa de la natura o de moments romàntics a la vora del llac. Expectatives frustrades. El que descrius és un cúmul d’horrors i desastres tan gran que sembla fins i tot inversemblant i exagerat. He anat avançant per l’escrit esperant que de sobte aparegués el contrast: “però enmig de tot aquest desastre em vaig adonar que la meva vida era un autèntic luxe que m’entossudia a menystenir. Podia gaudir de la companyia de la meva família en un entorn natural excepcional…” Doncs no. No hi havia contrast: desastre absolut i sense paliatius. Llàstima de dia!
    Alguna objecció a la forma del redactat? Potser alguna:
    – Em falta el nom del llac (sóc de mena curiós i aquests detalls m’interessen: no hi ha molts llacs “grans” al país)
    – “Nos sentamos en unas sillas poco estables y poco hermosas, las cuales estaban heladas” podria ser “Nos sentamos en unas sillas inestables, feas y, además, heladas”
    – “tengo que decir que probablemente ese hecho fue lo mejor del día” podria ser “probablemente, eso fue lo mejor del día”
    – “lugar horrible”, “horrible bloque de hielo”, “horripilante lluvia”, “horrible lago”. (reiteració)
    Ho deixo aquí. Ja em diràs el nom del llac, més que res per no anar-hi!
    Josep Maria

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