Ya des de pequeña me ha gustado perder el tiempo mirando, queriendo saber cosas y siendo de lo más curiosa. Cuando puedo me voy a un banco en algún parque, cerca o lejos, eso me es indiferente, lo que realmente me gusta es sentarme y pasar horas y horas observando a la gente. Con la simple intención de buscar alguna inspiración o algo que hacer esos ratos muertos.
Ahora en invierno no paso tanto tiempo fuera, por el clima y eso… Pero en realidad sí que me gustaría hacerlo, en casa por mucho que me encierre en mi habitación nunca estoy tan a gusto, ni tan a solas como lo estaría al aire libre. Sé que no tiene mucho sentido, pero es así, no hay más. En verano, en cambio, lo que busco es sólo paz y tranquilidad, no quiero hacer nada, el simple hecho de sentir el sol en mi piel me reconforta.
Otras veces, me gusta sentarme delante de una hoja en blanco y observarla fijamente. Cuando han pasado unos minutos, el papel se llena de imágenes, ahora veo un avión, ahora a dos niños jugando en la playa, ahora una carretera dirección a ninguna parte…He comprobado que lo que veo depende mucho de mi estado de ánimo. Hoy, me he visto a mi misma escribiendo estas palabras.
Cristina