Hemos llegado a tal punto en que las cosas están siendo queridas y las personas, usadas. Ahora con tanta tecnología, ya no tratamos con las personas, las relaciones se están convirtiendo en relaciones a distancia y cada vez damos más importancia a las cosas materiales: móviles, ordenadores, coches… Y poco a poco vamos perdiendo el interés a las cosas que de verdad importan: las personas.
La familia, los amigos, están por encima de todo, y esto no lo vemos. Los padres han pasado a hacer la función de mantenernos y concedernos nuestros caprichos, ya no nos educan, ya no nos protegen. Muchas familias no ven esto, y cuando se preocupan por la felicidad de su hijo, intentan conseguirla mediante las cosas materiales. El consumismo es lo que se mueve.
¿Qué está pasando? Hay muchas cosas que se deberían cambiar y deberíamos plantearnos un poco todo esto. Volver a la realidad. Salir y no dejar que la tecnología nos consuma.
Laura