Desde hace años celebramos el día del padre, el de la madre, el del niño, el de la música, el día mundial contra el cáncer… Nos parece lo más natural del mundo y forma parte de nuestra vida desde que somos pequeños. Son fechas señaladas, algunas más que otras dependiendo de cada persona, y nos gustan porque son un motivo para reunirse la familia, o bien asistir a algún espectáculo o incluso para ser solidarios, aunque sólo sea ese día.
Un hecho curioso es que cada día podríamos festejar algo, ya que hay días para todo: día internacional de la amistad, de la no violencia, de los museos, del Síndrome de Down, de los bosques, del corazón, de la cultura judía y un largo etcétera.
Ahora bien, ¿quién celebra el día del retrete, el de la leche, el de las montañas, el de los abuelos, el de la libertad del software o el de no comprar nada? Parece mentira, pero existen. Estos y muchos más.
En mi opinión, creo que no es necesario tener días señalados para tantos temas, porque entonces pierden valor los que verdaderamente lo tienen. Más vale poco y que valga la pena y no mucho y que pase desapercibido.
Marc Ariza
