Ese momento cuando besas a alguien y, por un instante, desaparece todo lo que tienes alrededor, lo único que existe eres tú y esa persona, también te das cuenta de que esa persona es la única a la que quieres besar el resto de tu vida, sientes por un momento algo realmente asombroso: quieres ponerte a reír y también a llorar, porque te inunda la felicidad de haberlo encontrado y a la vez te invade el temor de perderla al mismo tiempo.
Y es que el amor no es sólo lo que sentimos; el amor es lo que soñamos, lo que recordamos, también lo que creamos, lo que imaginamos, lo que expresamos… El amor es cosa de dos, no sólo de uno, porque por mucho que quieras a alguien, si él no siente lo mismo no hay felicidad.
Lo verdaderamente importante es saber que cuando le dices te quiero a esa persona la estás haciendo feliz, tanto o más de lo que ella te hace sentir a ti.
Inconscientemente eso te reconforta, porque sabes que siempre, pase lo que pase, habrá alguien que te vea perfecto, que hagas lo que hagas ella siempre estará contigo, eso es lo más bonito que una persona puede hacer por otra.
20/4
Ricard Julià
Ricard,
No és gens fàcil descriure sentiments, així que felicitats per l’atreviment.
L’article m’ha agradat, encara que en alguns moments sembla una mica fet a trossos que no acaben d’encaixar, com si li faltés una mica més de cohesió.
Força bé. No paris d’escriure!
Josep Maria