El reino de lo absurdo

Es de noche y ella que lleva todo el día con ganas de llorar, no puede evitar poner una canción y entrar en un mundo de recuerdos y lágrimas. Empieza a recordar los días de verano, conversaciones que duraban horas, una simple mirada que siempre iba seguida de una sonrisa, pequeños detalles que sabe perfectamente que serán difíciles de repetir.
Se da cuenta de que en toda su vida solo ha hecho cosas absurdas, se arrepiente de cada cosa que ha ocurrido, desea volver atrás y poder cambiarlas, pero sabe que si eso fuera posible volvería a caer en los mismos errores.

Al menos antes tenia alguien en el cual confiar ya que nunca le había dado motivos de lo contrario. Le hacia ver las cosas claras cuando no tenía más que imágenes borrosas, cuando estaba nerviosa la podía tranquilizar con simples palabras. Le convertía las lágrimas en sonrisas y era el único capaz de hacerle entrar en razón.
Ni cuando ella confiaba en si misma, él siempre estaba ahí para decirle que se calmara y siguiera adelante, porque al fin y al cabo rendirse es para cobardes.

Ahora se da cuenta que las cosas son muy diferentes, van pasando los días y ella sigue igual, sin cambio alguno. Si supierais que lo único que desea es una simple llamada o una sonrisa en secreto entenderías lo que siente.

Esas ganas repentinas de dejarlo todo y perseguir lo que deseas, ilusionarte por cada pequeño detalle que provenga de esa persona, hacer todo lo posible para verle e intercambiar unas simples palabras. Estar con él, pararte un segundo y darte cuenta de que esta sonando vuestra canción y oler su perfume.

Por algún motivo extraño y aun sabiendo que todo eso ya no volverá a ocurrir, no puedes parar de recordarlo y cuando más lo recuerdas más culpable te sientes por haber permitido que eso se acabara, se puede decir que le hacia feliz.

Solo espero que el futuro acabe demostrando que el presente es mejor de lo que parece.

Sandra