Francisco García Parra

El miércoles pasado fue tu cumpleaños. Como todos los años, y como en todas las celebraciones, nos invitaste a toda la familia a comer al Caravel. Supongo que tu restaurante favorito, ya que nunca cambiamos de sitio y siempre dices lo buena que esta la comida.

La comida fue como siempre: sentados en la mesa, los mayores hablábais de política, de los estudios, de la crisis y del resto de la familia; mi primo Oscar y yo nos peleábamos y molestábamos mutuamente; papá y el tío Alex bebían vino; la yaya decía sus frases de: ‘’¿está buena la comida?’’, ‘’come lo que tu quieras’’ y ‘’¡Oscar, deja a tu prima tranquila!’’. Acabada la comida, bajamos a la calle, donde escuché a papá y a tía Vita hablar de ti, de lo decaído que estabas últimamente, de lo poco que te enterabas ya de las cosas y, lo que más me dolió escuchar, de lo que ellos creían que ibas a durar… poco más.

Cuando asimilé esas palabras, me puse triste. La verdad es que nunca había pensado en eso, y tenían razón. Caminabas para casa y me fijé, ya no eras como antes. La yaya ya me lo decía últimamente, pero yo no me la creía porque ya sabes que habla mucho, y de muchas cosas, y no siempre la escucho.

Subimos al coche para volver a casa, y allí fue donde me di cuenta de todo lo que habías hecho por mí desde que nací. Siempre, desde pequeña, has estado a mi lado. Me has acompañado al parque, a jugar con la pelota, a montar en bici por el paseo. Me has llevado a comprar ropa con la yaya a Badalona, me hiciste un gran regalo por mi comunión. Montones de veces me has llevado al ‘Pueblo’ para que conociese a la familia, con papá y mamá cuando aun estaban juntos, con los tíos, los primos, y tu coche que siempre te daba miedo coger porque temías que se parase a medio viaje de lo viejo que era. Me has contado historias de cuando vivías en Andalucía, tu tierra natal, y en tus ojos he visto que echas de menos estar allí …

Y yo, ¿Qué he hecho por ti? La verdad es que nada. Y lo siento mucho. Sé que no he sido la nieta que hubieses querido tener, alegre y sociable, ya que me recordáis todos constantemente que nunca hablo. Sé lo mal que os lo he hecho pasar a ti y a la yaya los últimos años, y me arrepiento mucho, porque sois de lo único que tengo y lo único que hacéis es preocuparos por mi. Sé también que te defraudé cuando te dije que no quería ir a la universidad y que no quería estudiar, y a pesar de tus intentos de convencerme en que eso era lo mejor, seguí encaparrada en no hacerlo.

Sólo quiero que sepas que, a partir de ahora, voy a quererte mas cada día, y no voy a pensar en el futuro que papá y Vita comentaron, ya que ellos no saben qué va a pasar. Y quiero decirte, por primera vez en mis dieciséis años, que eres muy importante en mi vida, y que pase lo que pase, nunca voy a olvidar tus esfuerzos.
¡¡¡Te quiero mucho yayo!!!

Mercè

Aquest article ha estat publicat en Amor, Avi, Mercè Garcia, Records. Afegeix a les adreces d'interès l'enllaç permanent.

Una resposta a Francisco García Parra

  1. Josep M. Altés Riera diu:

    Mercè, és un escrit que commou. No sé si el teu avi el llegirà, espero que sí, perquè es mereix que li arribi el teu missatge. Està molt ben escrit. Gràcies!
    Josep Maria

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà Els camps necessaris estan marcats amb *