Perseguir un “sueño”

Desde que era pequeña que me gusta el atletismo. Yo creo que una de las razones por las que me gusta tanto es porque mi padre siempre me contaba historias de cuando su hermana competía en las carreras de su pueblo; donde siempre ganaba.

Esta fue una de las razones que me indujo a querer practicar este deporte, y algún día llegar a ser como mi tía. Con 10 años empecé a mirar un canal de TV donde televisaban carreras de atletismo, y era uno de mis programas preferidos.

Recuerdo que la primera atleta que me llamó la atención fue una madrileña llamada Marta Domínguez. Marta hoy en día es una de las mejores atletas de todo el mundo. Es mi “ídolo” del atletismo y lo que la caracteriza es su rapidez y su espíritu de superación; aunque también se la conoce por una cinta rosa que siempre lleva en la cabeza, que se la regaló su abuela.

Llevo unos 4 años diciendo que me quiero apuntar en alguna escuela de atletismo, aunque ahora mismo no hago ningún deporte. Yo creo que si realmente quiero hacerlo, debería apuntarme. Si no lo hago es por pereza, es decir, por una tontería.

Si no persigo un sueño que quiero cumplir algún día, siempre me quedaré con la pregunta en la cabeza de: “¿y que hubiera pasado si…?”.
Por eso, como me dice mi padre siempre cuando le hablo de este tema, todo hay que intentarlo. Si me apunto y no me gusta, siempre puedo dejarlo, y no habré perdido nada, simplemente habré vivido una nueva experiencia. En cambio, si ni si quiera lo intento, ya habré perdido.

Marta