Daily Archives: 22 maig 2010

No hay que dejar de comer… nunca

maripepaportada

Víctor se levantó del sofá y cogió la bolsa de comida que poco antes les había dejado el hombretón. La abrió y rebuscó en su interior, pero enseguida su gesto se llenó de decepción.

-No se han molestado mucho –dijo, al tiempo que extraía de la bolsa dos bocadillos envueltos con papel de aluminio-. ¿Cuál prefieres?

-No tengo hambre –respondió Mari Pepa.

Víctor le lanzó por los aires uno de los bocadillos. Mari Pepa reaccionó al tiempo y lo agarró al vuelo.

-No te servirá de nada dejar de comer –le dijo Víctor.

-No tengo hambre –repitió ella.

Con aparente indiferencia, Víctor desenvolvió su bocadillo, abrió las rebanas de pan para ver qué había en el interior y comenzó a comérselo. Daba unos mordiscos enormes, que le dejaban la boca completamente llena durante unos segundos. Tenía que masticar con dificultad hasta que conseguía tragar.

Mari Pepa lo observaba, aunque su mente no dejaba de saltar de un sitio a otro. Pensaba palabras inquietantes que había pronunciado Dani Ogro referidas a ella.

-¿Qué crees que tiene preparado para mí? –le preguntó.

-No sé –respondió Víctor con la boca llena y encogiéndose de hombros.

-Habló de un secuestro, de la mafia china, de desaparición… -a Mari Pepa sus propias palabras la llenaban de temor.

-Su mente no deja de pensar cosas, y ninguna buena.

-Pero yo no le he hecho nada malo.

.Ni yo tampoco.

-Pues tendrá que soltarnos, la policía ya debe de estar buscándonos.

-Quizá te busquen a ti. A mí, seguro que no me busca nadie.

Y Víctor le dio al bocadillo otro mordisco fenomenal.

 

GÓMEZ CERDÁ, Alfredo: Mari Pepa y el club de los pirados. Madrid, Macmillan, 2009, Librosaurio, pp. 67-68.

 

 

Alfredo Gómez Cerdá. http://www.almezzer.com/

Alfredo Gómez Cerdá. http://www.almezzer.com/

 

 

 

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Propuestas didácticas

Un te al barri vell de Cracòvia

Cracòvia ha resultat ser una meravella inesperada. Tothom va a Praga, París, Viena…, però no m`explico com un lloc així passa inadvertit a la majoria de viatgers.

El primer que m`ha deixat bocabadada és la Rynek Glówny, la plaça medieval més gran del món: aproximadament 200 metres de llargada per 200 d`ample! A partir d`aquí ens hem endinsat pel barri vell, que és sensacional i està ple de cafès amb espelmes, on s`apleguen els estudiants.

Ens hem aturat a fer un te en un dels més bonics, una mena de caverna amb coixins pertot arreu. En Dave ha aprofitat l`avinentesa per extreure conclusions econòmiques:

-Nois, atenció a la comparació de preus. Al cafè Zentral de Viena un te costava 4,30 euros, mentre que aquí n`estem pagant 0,60. Això vol dir…

-Vol dir que amb el que pagues allà per un te, a qui te`n pots prendre set –l`ha interromput l`Anjia-. Però, qui es vol prendre set tes?

-El que vull dir –ha seguit en Dave- és que passa una d`aquestes dues coses: o aquesta gent són babaus, o els babaus som nosaltres i als nostres països ens prenen el pèl com volen.

 

MIRALLES, Francesc: Interrail. Barcelona. Columna, 2006, Columna Jove, 217, pp.  80-81. 

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Plaça Rynek Glówny, Cracòvia

Plaça Rynek Glówny, Cracòvia