Así que el día que la Luisa subió a casa a contarnos que a Bernabé, su maridito y mi padrino, le habían ascendido en la empresa y que quería que le diéramos un pequeño pero sincero homenaje y mi madre chilló de alegría incontenible, no sabía si es que la Luisa se estaba tirando el pisto o que mi madre era una persona muy falsa. Una vez más me equivoqué. Mi madre me contó que era cierto, que Bernabé hasta el momento había sido representante de aceitunas con hueso y que a partir de ahora sería también de banderillas, de berenjenas en vinagre y de aceitunas sin hueso y con un trozo de anchoa incorporado. Este tipo de aceitunas sólo se crían en España; no me digas cómo es posible que los agricultores hayan conseguido un olivo que dé aceitunas con anchoas, nadie sabe cómo llegan las anchoas hasta allí, incluso ha habido congresos de científicos americanos estudiando ese tipo de olivo y no han hallado respuesta; los agricultores no sueltan prenda. Es un misterio tan grande como la fórmula de la coca-cola.
LINDO, Elvira: Pobre Manolito, Madrid, Alfaguara, 1995, pp.46-47