“-En Uruguay tenemos cosas buenas y malas, pero indudablemente la carne pertenece al grupo de las cosas buenas –dijo Hilda con gran orgullo.
-Debe ser por los pastos –comentó Lenka.
-Es una de las razones. La carne es una de nuestras identidades nacionales y de reconocido prestigio en todo el mundo. Desgraciadamente en muchos países se mezcla la carne con componentes químicos para que aguanten más tiempo o se alimenta a los animales con tratamientos poco naturales. Así que…a comer toda la carne y tú Lenka ven a oler este intenso olor de las verduras a la brasa. Están sabrosísimas.
Cuando acabaron de comer se tendieron sobre la hierba y bajo un viento ligero y fresco siguieron hablando.”
BAELL, Gustavo (2001): La niña colombiana. Buenos Aires: Laertes, pág. 107.