Me condujo a un salón de amplios ventanales. Casi todo allí eran libros que llenaban las estanterías; libros en las mesas y libros en todos los rincones. Libros y más libros entremezclados con cuadros de pintores famosos o que empezaban a serlo.
-¿Has comido? –preguntó.
-Sí, comí en la pensión.
-Pero en las pensiones sólo dan bazofia.
-No…, he comido un cocido que estaba bueno.
-Entonces no era bazofia. ¿Sabes que la bazofia era la comida habitual de los soldados de Esparta? Me enteré hace unos pocos días leyendo una revista. Se llamaba así y seguro que era como la comida de muchas pensiones… -Pablo comenzó a emitir una risa que me contagió.
-¿Ni un café…?
-Pablo, sólo tengo hambre de palabras.
El poeta sonrió y me hizo sentar a su lado.
-Entonces echaremos unos tragos y hablaremos tranquilamente.
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VARA, Mariano (2010): Tren de ida y vuelta, Alzira, Algar, Algar Joven, 44,