Monthly Archives: agost 2010

La cabeza en la sopera

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Aquel día, en Katthul tenían la sopa de carne para comer. Lina había echado la sopa en la sopera de flores y todos estaban sentados a la mesa tomándola, especialmente Miguel. Le gustaba la sopa, y se oía cuando él la tomaba.

-¿Por qué tienes que sorber así? –le preguntaba su mamá.

-Porque si no, no se sabe que es sopa –decía Miguel.

En realidad él decía así: “Si un, un se sabu que es sopu”. Pero ahora no nos interesa eso del dialecto de Samaland.

Todos comieron tanto como pudieron hasta que la sopera estuvo vacía. Solamente quedaba un sorbito en el fondo. Ese sorbito se le antojó a Miguel y la única manera de conseguirlo era meter toda la cabeza en la sopera y sorberlo. Eso hizo Miguel y oyeron muy claramente cómo sorbeteaba allí dentro. Pero después Miguel tenía que sacar la cabeza de nuevo y, fíjate, no podía. Se había quedado atascado. Entonces Miguel se asustó y se levantó de la mesa y allí estaba él con la sopera, como un casco, en la cabeza. Llegó al extremo de taparle los ojos y las orejas. Miguel tiraba del cacharro y gritaba. Lina estaba muy preocupada.

-Nuestra preciosa sopera –decía-. Nuestra preciosa sopera de flores. ¿Dónde pondremos ahora la sopa?

Mientras Miguel estuviera dentro de la sopera, no se podría echar la sopa en ella. Eso era lo que ella comprendía, aunque de ordinario no comprendía mucho.

 

LINDGREN, Astrid (2010): Las aventuras de Miguel el Travieso, Barcelona, Juventud, p. 13-14.

Manzanas contra el escorbuto

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SMOLLET. Todo a punto, ya podemos zarpar.

SIR JOHN. ¡Magnífico! Levemos anclas, pues… ¡Capitán!

SMIOLLET: ¿Señor?

SIR JOHN. Las manzanas de mi cosecha están en ese barril. Que cada cual las consuma a su gusto.

SMOLLET. Sois demasiado complaciente con la tripulación, Sir John…

SIR JOHN. ¡Paparruchas!

DOCTOR. Es un buen remedio para combatir el escorbuto, capitán.

SILVER. (Entrando). …Y así es como ocurrió todo, Jim.

 

STEVENSON, Robert L. (2010): La isla del tesoro, adaptación teatral de Rafael Contreras y Ramón Moreno, Alzira, Algar, Teatro de Papel, p. 78.

Mate

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En penumbra de mis ojos cerrados podía verlos sentados  allá abajo. Con rostros sonrientes estaban todos bajo los cuadros del rey Jorge V y la reina Victoria. La señora Agustina en su mecedora favorita; el señor Alarcón en el sofá con pañitos de crochet en la cabecera; Martín en el sillón verde oscuro, con su poncho, bebiendo mate con bombilla de alpaca y llenándolo de vez en cuando con la tetera que hervía en el brasero fragante a azúcar tostada; el inglés, en el canapé rosa con mapas de humedad, mirando a Elizabeth que tocaba a Scarlatti en el clavecín violeta, “bien temperado”, a la luz de un candil…

 

Peña Muñoz, Manuel: Mágico Sur, Madrid, SM, (3 2000), (Gran Angular. Premio Gran Angular 1997), pág. 104.