Màgia i música

el-guerrero-blanco

 

Mael se encontraba en su propia salsa. El público infantil y adulto se agolpaba a su alrededor para admirar sus trucos de magia, mezclados con algunos encantamientos menores de magia verdadera. Tan pronto hacía elevarse en el aire a una gallina como coloreaba de azul las orejas de un espectador incauto, despertando siempre el aplauso.

Hacia el mediodía, los espectadores empezaron a escasear, a medida que iban reuniéndose en grupos para comer. Mael decidió que aquellas buenas gentes bien merecían un poco de música alegre con que amenizar su banquete. Así que, introduciendo la mano dentro de los pliegues del manto, extrajo su pequeña arpa y empezó a afinar las cuerdas.

 

Urkixo, Joanes: El guerrero blanco, Barcelona, La Galera, 2003. (Premio Abril, 2003),pág. 119.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà Els camps necessaris estan marcats amb *