Vienen más turistas, pero la marca España se sigue devaluando
La noticia que podreu llegir a continuació, tracta del turisme d’Espanya, relacionada d’alguna manera, amb la corrupció de diferents partits al nostre país. Espanya, no pot sustentar-se del turisme.
Por: ESADE | 11 de febrero de 2013
Por Josep F. Valls, catedrático ESADE, director Aula Internacional Innovación Turística ESADECREAPOLIS
Los acontecimientos relacionados con la corrupción confunden excesivamente el panorama de la marca España. A esta confusión hay que añadir otra serie de aspectos como los datos del turismo. En Fitur se comentaba el correcto balance de 2012, a pesar de que desde el ministerio del ramo se habían lanzado las campanas al vuelo como si se tratar de un año histórico. ¿Cómo se puede decir eso si, a pesar del crecimiento del turismo internacional, el de los españoles se ha dado uno de los batacazos más sonados?
La marca España tiene un problema. Vapuleada por la crisis económica y por la indefinición de los objetivos para resolverla, y durante los últimos meses, por los brotes incesantes de corrupción del partido en el gobierno, no acaba de poder sustentarse en el turismo, a pesar del éxito de los viajes internacionales en 2012. ¿Por qué? La razón es que la percepción internacional de nuestro sector va a peor. El “Top 25 Country Brands” correspondiente a 2012-13 sitúa la marca España en el lugar número 19, tras perder cinco posiciones respecto al año anterior. Suiza, Canadá, Japón, Suecia y Nueva Zelanda encabezan el ranking y nos pasan por delante Alemania, Finlandia, Noruega, Reino Unido, Dinamarca, Francia e Italia, entre otros países europeos. Las deficiencias más claras son: medioambiente poco agradable; bajas oportunidades de trabajo; reducida inversión en temas climáticos; no esmerada preparación de la mano de obra; falta de autenticidad; caro; y escasa oferta de resorts y alojamiento. Dos comentarios sobre estos indicadores. El primero, a pesar de que hay 700 mil apartamentos vacíos en la playa gracias a la voracidad inmobiliaria, no es esta la oferta que desean los clientes internacionales. Y el segundo, ¿quién nos iba a decirnos ahora que se ha devaluado el concepto de la autenticidad del que hemos estado tan orgullosos en el pasado?
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