Acupuntura urbana

La megalópolis brasileña intenta mejorar las condiciones de vida de sus habitantes con políticas sociales de urbanismo y viviendas. Estos son dos ejemplos

São Paulo es una megápolis que ha intentado, como México D. F., mejorar las condiciones de vida de la ciudad. Ello fue muy explícito durante la alcaldía de Marta Suplicy, entre 2001 y 2004, quien impulsó, entre otros, el ambicioso proyecto Morar no centro,con una serie de operaciones de vivienda social de alquiler (siguiendo el criterio de un precio que comportase sólo el 10% de la renta familiar). Morar no centro consistió tanto en hacer edificios de nueva planta como en reconvertir antiguos edificios de hoteles y oficinas en viviendas. Creando estos nuevos conjuntos habitacionales se atendían las reivindicaciones de los movimientos sociales, beneficiando a la población de renta baja. Al mismo tiempo, se unificaba la política de vivienda con la política de recuperación del patrimonio histórico en el centro, al incentivar la reocupación de un área ya dotada de infraestructura urbana, pero subutilizada. A Marta Susplicy también le correspondió terminar el proyecto fura-fila (que quiere decir sáltate la cola),una nueva línea rápida de autobús que circula por un carril propio elevado sobre un gigantesco viaducto de estructura de hormigón armado y estaciones de color azul, que ha proyectado el arquitecto Ruy Ohtake. La actual municipalidad de José Serra, de distinto signo político, también ha promovido iniciativas drásticas, como eliminar toda la publicidad de las vallas en edificios y predios.

La fuerza de São Paulo es indudable: culta, activa y enérgica, con una inmensa masa crítica, es, a la vez, inconstante y con una cierta pervivencia de un espíritu provinciano en el corazón oculto de una ciudad que crece desproporcionadamente. Por una parte, genera multitud de favelas, permite monstruos como la inmensa ciudad privada de Alphaville y promueve núcleos como el centro de negocios en la avenida Berrini, junto al marginal Pinheiros, proyectado por el estudio Bratke. Tampoco valora suficiente su memoria, espacios públicos y monumentos modernos, al tener tan abandonada y transformada la obra maestra del MASP, el museo que proyectó Lina Bo Bardi. Y por otra parte, es capaz de rehacer su centro histórico, reconvirtiendo la estación de ferrocarriles Julio Prestes en la sala de conciertos São Paulo, proyecto de Nelson Dupré, y recuperando su Mercado Municipal que, con diseño de Pedro Paulo de Melo Saraiva, es hoy un atractivo centro local y turístico de alimentación y restaurantes.

De entre las últimas intervenciones recientes del programa Morar no centro,destaca la remodelación de la muy marginal favela del Parque do Gato, con un proyecto residencial de 486 viviendas sociales para realojar a todos los moradores, siguiendo las directrices de la arquitectura moderna: bloques gemelos alineados, estructurados a ambos lados de una rambla interior, con núcleo común de escaleras, que por corredores da acceso a las viviendas, creando espacios públicos.

Enel proyecto del Parque do Gato (2001-2004), dirigido por los arquitectos Wagner Germano y Tereza Herling, las células de vivienda están muy conseguidas, con ventilación cruzada y una organización en planta muy clara y flexible, de una o dos habitaciones. Las torres altas y cilíndricas de agua, pintadas de color rojo, actúan como hitos que otorgan expresividad al conjunto.

Sin embargo, y aunque esté rodeado por el parque y junto a unos campos de béisbol, el espacio público se ha degradado muy rápidamente, a pesar de la calidad del proyecto paisajístico y de todo el trabajo de los asistentes municipales del SEHAB (Secretaria de Habitaçao e Desenvolvimiento Urbano). Una razón radica en el carácter que tiene de gueto, aislado entre la avenida Presidente Castello Branco y el río Tamanduateí, lo que hace que nadie cruce el barrio excepto sus habitantes. Y otra razón es no haber tenido en cuenta la manera de vivir y de obtener sustento de los vecinos: las plantas bajas se han proyectado como espacios libres, pero los habitantes las han llenado de pequeños negocios improvisados y de montones de chatarra para reciclar. Esto ha llevado a un desgaste terrible del espacio público en el que se echa en falta tiendas y lugares de almacenamiento. En el momento del proyecto ya se sabía que la mayor parte de la población de la favela sobrevivía de la recolecta y venta de basura reciclable; también se sabía de la existencia del pequeño comercio local practicado dentro de la favela por los propios habitantes, pero por error se previeron tiendas agrupadas en un edificio aislado en un extremo.

Otra obra reseñable, proyectada en el año 2003 e inaugurada en el2007, es una escuela-parque de arte y ciencia, el Sabina, en Santo André (denominado así en honor a las valerosas sabinas en la época de la Roma de Rómulo), una especie de museo de ciencia, tecnología y arte, planteado como escuela del conocimiento, dentro de un parque público formando parte de la red pública de escuelas. El Sabina ha sido proyectado por Paulo Mendes da Rocha, Premio Pritzker del 2006, complementado con un delicado interiorismo y mobiliario de Brasil Arquitetura, equipo dirigido por Marcelo Ferraz y Francisco Fanucci. Esta obra se sitúa dentro de la progresista región metropolitana, de origen industrial, denominada ABC Paulista, formada por los municipios de Santo André, São Bernardo, São Caetano y otros que, después de años de luchas urbanas promovidas por el Partido de los Trabajadores, han conseguido tener muy buenas infraestructuras escolares, deportivas y de transporte público, obra de equipos de arquitectos muy cualificados como Brasil Arquitetura, Una arquitetos, MMBB arquitetos o Angelo Bucci (spbr arquitetos), convirtiéndose en un área con mejor nivel de vida.

Espacio polifuncional Se puede achacar al museo que es una excesiva caja horizontal de hormigón, cerrada, una gran pieza de mármol o viga de 160 metros lineales, pero el gran espacio interior, de 30 metros de ancho, es magnífico, con una inmensa planta libre definida por una gigantesca estructura pintada de blanco: preciosas vigas transversales metálicas se sitúan sobre dos enormes vigas longitudinales de hormigón armado en el plano de los muros, configurándose así un espacio polifuncional a doble altura, un museo de las ciencias de la tierra, el ambiente y la sostenibilidad para deleite de los más jóvenes.

Desde los espacios en planta baja se puede acceder a una larga serie de patios que sirven como lugar de descanso, de vista hacia el entorno, de juegos, de talleres o para ampliar las exposiciones. En la planta baja, la luz natural entra por los patios; y en la planta alta, la luz indirecta y la ventilación se consiguen de una manera sorprendente mediante un sistema que capta la luz y el aire por la parte inferior, aprovechando el voladizo de la planta alta que sobresale sobre la planta baja; un voladizo que facilita la creación de los patios laterales citados. Siguiendo la tradición de la arquitectura brasileña, el gran prisma del edificio parece suspendido, elevado sobre las dos vigas gigantes de hormigón armado, que están sustentadas sobre sólo 8 pilares. El efecto es enfatizado por los patios en planta baja y el voladizo de la planta superior.

En uno de los extremos del bloque horizontal se sitúan la biblioteca y los talleres de los jóvenes monitores y, en el otro, junto a la sala de exposiciones de arte a doble altura, están la dirección y administración del Sabina. Es en estos extremos donde se abren magníficas ventanas con vistas al entorno. Y es ahí donde el agua de la lluvia se recoge y vierte a cuatro fuentes, una en cada extremo del prisma.

Desbordada por sí misma continuamente, el área metropolitana de São Paulo intenta continuamente rehacerse, recuperando espacios públicos, promoviendo vivienda social, creando nuevos equipamientos, remodelando sus edificios históricos, reforzando su red de transporte público con nuevas líneas, viaductos y estaciones. Una lucha diaria en una megalópolis en la que conviven más de 20 millones de personas

Article publicat al suplement de cultura de La Vanguardia el dimecres 13 de febrer de 2008

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