El futuro de la marca Catalunya
LA VANGUARDIA, 27/06/2010
Anna Cabanillas
Una sabrosa fideuà, el pan con tomate, las imponentes playas de la Costa Brava y la Daurada, el legado arquitectónico de Antoni Gaudí, el Circuit de Catalunya, el FC Barcelona… Catalunya vende más allá de sus fronteras.
Prueba de ello es que anualmente recibe 27 millones de turistas extranjeros y es uno de los principales destinos turísticos de Europa. La pregunta es: ¿cuántos de ellos lo hacen atraídos por la marca Catalunya?De estos y otros temas debatieron la pasada semana diversos representantes de la Administración, del sector privado y del mundo académico, en un jornada organizada por el CEET – el centro internacional de formación y transferencia del conocimiento en hostelería y turismo adscrito a la UB-para analizar el futuro de la marca Catalunya en el mundo.
Eugeni Osácar, responsable de investigación del CEET, lo tiene bastante claro: “Actualmente podemos afirmar que tan sólo una proporción mínima del turismo extranjero que recibimos en Catalunya lo hace por la influencia de la marca Catalunya. Más bien vienen porque tienen conocimiento de otras marcas representativas de nuestro territorio como Barcelona, Costa Brava o España. Tenemos que apostar por la construcción de una marca todavía más sólida que sea capaz de generar nuevas oportunidades empresariales y económicas y que permita atraer al turismo que no viene a través de otras marcas vinculadas al territorio y que las complemente”.
Pero ¿qué atributos debe poseer esta nueva marca Catalunya? El informe Marca Catalunya 2010, elaborado por el CEET, apunta que la cultura heterogénea y única, la historia milenaria catalana y ámbitos emergentes de ella como la gastronomía y el deporte deben vertebrar que la marca Catalunya sea más reconocida y valorada en el mundo. Y es que, tal como explica Osácar: “En la medida que los diferentes sectores económicos, y por descontado el turístico, vean que la construcción y posicionamiento
Por su parte, el responsable de dos marcas catalanas reconocidas a nivel internacional como Freixenet y Fira de Barcelona, Josep Lluís Bonet, destaca la necesidad de que la marca Catalunya se apoye en otras conocidas del territorio, como puede ser la exitosa marca Barcelona: “La marca Catalunya debe construirse a partir del trabajo, el talento y la tenacidad, cualidades que definen a nuestro territorio. Las empresas catalanas que quieran conseguir una mayor internacionalización necesitan a su lado una marca conocida como puede ser Catalunya. Para ello debemos poner el ojo en la marca Barcelona”.
El experto en el desarrollo de marcas y publicidad Joaquín Lorente coincide en la necesidad de que la marca Catalunya se apoye en la firma Barcelona: “La marca Catalunya ha de tener claro cuáles son los valores que puede ofrecer, de la misma forma que Barcelona lo ha logrado. Por su parte, la Administración tiene que dar el primer paso y marcar el camino para definir la marca del país con el fin de que la sociedad civil se implique con ella”. En este sentido, el diputado de Turismo de la Diputación de Barcelona, Carles Ruiz, puntualiza la necesidad de construir la marca Catalunya desde un punto de vista identitario, así como tener claro en qué valores y atributos se diferencia respecto a otras marcas que conviven en el territorio y están más consolidadas: “Tenemos que apostar por integrar valores como la innovación, la calidad de vida, la diversidad y la singularidad del paisaje. Sólo así haremos de Catalunya una marca de prestigio”.