El Hong Kong del Ártico

En la capital de Islandia el cambio climático ha resucitado el sueño, quizá fantasía, de las elusivas rutas marítimas que atraviesan el Ártico desde el Atlántico al Pacífico, y la conversión de la isla en un puerto estratégico, el “Hong Kong del Ártico”, según lo califica Thor Jakobsson, científico de Reikiavik.

El verano pasado, el mítica North West passage (ruta del noroeste) por el laberinto de islas al este de Canadá y Alaska se desheló por primera vez, despertando los fantasmas del almirante John Franklin y su tripulación, atrapados mortalmente en 1845 por el hielo mientras iban en busca del estrecho de Bering. El noruego Roald Amundsen llegó al Pacífico a primeros del siglo XX y un centenar de barcos rompehielos han hecho el pasaje desde entonces. En el histórico verano del 2007, sin embargo, tras la desaparición del 25% del hielo polar en un año, incluso barcos sin protección contra el hielo habrían podido pasar sin problemas. Otra ruta sigue la costa de Siberia hasta el Pacífico.

En Islandia se habla ahora de una tercera ruta que pasaría directamente por el Polo Norte. “El verano del 2007 es el punto desencadenante; ya no hay hielo espeso en gran parte del Ártico, así que es muy probable que el verano próximo vuelva a despejarse”, dice Ragnar Baldursson, responsable de políticas en el Ártico del Gobierno islandés.

Repetidos veranos árticos sin hielo significarán que el hielo en invierno será de escaso grosor y, por tanto, transitable para los nuevos buques híbridos – rompehielos mercantes- de diseño finlandés que los islandeses esperan que puedan establecer rutas comerciales por encima o cerca del Polo Norte. La ya disparada rentabilidad de los recursos naturales del Ártico ha de impulsar las inversiones en nuevas tecnologías de barcos y de detección de hielo, asegura Baldursson. Esto acortaría el tiempo del viaje desde Shanghai a Rotterdam entre el 40% y el 50% para los barcos grandes que no pueden cruzar el canal de Suez. Es más, Islandia – a mitad de camino desde Europa y América- podría convertirse en un puerto de distribución para contenedores, vaticina.

No escasean los entusiastas por el cambio climático en Islandia. “Fíjate en los mapas del mundo y verás que el Ártico es periférico; con el calentamiento global vamos a ser el centro del mundo”, dice Trausti Valsson, autor de un libro sobre los efectos positivos del calentamiento global para los países nórdicos. Las nuevas rutas marítimas por zonas desheladas beneficiarán a la región, dice.

Habrá más y mejores cosechas de cereales en Islandia. La pesca, principal industria de exportación, será más productiva porque las especies de pez serán mayores, afirma. Islandia incluso se beneficiará de la desaparición de los glaciares ya que habrá más energía hidroeléctrica que sumar a la geotermal del subsuelo volcánico. “El océano del Ártico va a ser el Mediterráneo del futuro”, dice.

Sin embargo la realidad puede ser menos alentadora, advierte Lawson Brigham, máximo responsable de estrategia marítima del Consejo del Ártico. Siempre habrá hielo allá durante los largos inviernos oscuros, lo que hace inviable el tráfico marítimo durante todo el año, explica; incluso con barcos mercantes rompehielos, “cuesta creer que puedan alcanzar las velocidades para competir con el tráfico que pasa por los canales de Panamá y Suez”, dice. Es más, continúa Brigham, con el aumento del volumen de tráfico y si no hay normas obligadas sobre vertidos y protección medioambiental – la de ahora son de cumplimiento optativo-, Islandia puede verse muy perjudicado. “Un derrame de petróleo dañará la imagen de nuestro bacalao”, advierte Inga Jonsdottir de la Universidad de Islandia.

Article publicat a La Vanguardia el divendres 29 de febrer de 2008

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