A lo lejos, Menkaura

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O`CALLAGHAN I DUCH, Elena
A lo lejos, Menkaura
Zaragoza, Edelvives, 2008 (Alandar, 104), 172 págs. ISBN 978-84-263-6835-5

Anabel Sáiz Ripoll

“A lo lejos, Menkaura” ha obtenido el VIII Premio Alandar y lo firma una escritora ya consolidada en el panorama de la literatura infantil y juvenil. Para Elena O`Callaghan, la literatura, escribir, es una forma de ejercer la libertad y lo demuestra en esta novela llena de vida, de amor y de solidaridad.
“A lo lejos, Menkaura” denuncia una realidad actual: la de los niños invisibles en pleno S. XXI, como dice la autora en la explicación final. Gamal es muchacho que malvive en El Cairo, a la sombra de la pirámide de Menkaura, a quien confía sus cuitas y anhelos. El pequeño vende souvenirs a los turistas, pero desea poder ir al colegio, como sí hace su hermano mayor. La historia es hermosa porque tiene un trasfondo de esperanza, pero, de la mano de Gamal, un muchacho de natural alegre, somos testigos de la miseria a la que están condenados los que nada tienen y lo poco que tienen les es arrebatado. Gamal ha sufrido mucho, aunque su mayor dolor es haber perdido a su madre que era su mayor valedora. Su padre trata de organizar la vida familiar y decide que sea el pequeño quien se ponga a trabajar, aunque eso Gamal no acaba de entenderlo. El niño tiene los ojos puestos en el futuro y, al final, gracias a una arqueóloga y a un encuentro fortuito, el lector quiere suponer –y así lo desea- que el destino está empezando a cambiar para Gamal.
La novela se estructura capítulos breves que desgranan la difícil infancia de este chico. Está escrita en tercera persona, aunque son frecuentes los diálogos y los pasajes introspectivos que hacen que conozcamos mejor a los personajes y su ambiente

La resistencia (Memorias de Idhún I)

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MEMORIAS DE IDHÚN (LA RESISTENCIA)
De Laura Gallego, SM, 2004

Anabel Sáiz Ripoll

Laura Gallego (Quart de Poblet, Valencia, 1977) es una escritora muy joven que ya está consolidando su peculiar forma de hacer literatura, un mundo propio, lleno de riqueza, de matices y de ilusión. Ganó el 1998 el premio Barco de Vapor con “Finis Mundi”, novela excelente que ya reseñaremos en otro momento, y volvió a hacerlo con “La leyenda del Rey Errante” en 2002, otro título sugerente y evocador. Entre sus otras novelas tenemos las “Crónicas de la Torre”, “El coleccionista de relojes extraordinarios”, “Las hijas de Tara” y “La hija de la noche”, que hemos reseñado recientemente en estas páginas.
Hoy nos ocupamos de las “Memorias de Idhún”, una obra ambiciosa, cuya segunda parte va aparecer en otoño. Aquí, en “La Resistencia”, Laura Gallego presenta un mundo fantástico, a caballo entre lo real y lo imaginario, donde hay cosas que, gracias a la magia, pueden ser posibles. Un grupo de seres viven en un espacio, entre la Tierra e Idhún, un espacio al que es difícil llegar y que se llama Limbhad. Son el príncipe Alsan y el mago Shail. De alguna manera están relacionados porque ellos son los que rescataron al último unicornio y al último dragón, que habían sido barridos de la faz de Idhún por Ashram, el nigromante, y los sheks, una terribles serpientes aladas. A estos se unen Jack, un joven al que han matado a su familia y no entiende el porqué, y Victoria, una muchacha con ciertos poderes para la magia. Juntos pretenden que Idhún, el mundo de los tres soles y las tres lunas, recobre su libertad; pero han de luchar contra el enviado de Ashram, Kirtash.
La novela es de una extensión considerable, pero de lectura muy atractiva porque no se limita a ofrecernos un mundo de magia, no, puesto que nos lo trae a la Tierra y une lo prodigioso con lo normal, al menos para los terrícolas. Y es que Jack y Victoria, aparentemente, son humanos y tienen –hasta que algo les sucede- la vida de los humanos.
“La Resistencia” presenta el punto de partida de esta serie, cómo son los personajes y su evolución ya que no son criaturas planas, al contrario. Todos evolucionan, hasta el malvado Kirtash acaba sufriendo una evolución extraordinaria, gracias a su parte humana, gracias al amor que siente por Victoria que, de alguna manera, lo transforma.
Laura Gallego, repetimos, construye un mundo en que es fácil pasar de Madrid o Alemania a otra dimensión, en que lo extraordinario convive con lo cotidiano, en que no es raro descubrir que hay seres que tienen una doble naturaleza, como le sucede a Alsan, aunque sin quererlo, o a Kirtash o a los propios protagonistas, Jack y Victoria, quienes
–y no lo desvelamos- son el verdadero icono de la Resistencia.
En definitiva, una novela deslumbrante (ya por su mera presentación exterior, puesto que la Editorial ha cuidado este extremo con mimo) que va acelerando el ritmo narrativo y concentrando en el clímax final una serie de respuestas que laten durante toda la novela.
“Memorias del Idhún” gustará mucho a los amantes de la literatura fantástica, pero, incluso, a los que no les interese ese tipo de literatura también interesará porque Laura Gallego crea un universo nuevo, sin dejarse el menor detalle, un universo lleno de sentimientos donde la ternura y el amor es importante, pero donde tampoco falta acción y superación de obstáculos, a veces personales, a veces externos.

Corazón de tinta

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CORAZÓN DE TINTA,
De Cornelia Funke, Siruela, 2004

Anabel Sáiz Ripoll

“Corazón de tinta”, recientemente adaptado al cine, puede considerarse ya una obra clásica de la literatura infantil y juvenil o de cualquier edad, no en balde se ha publicado en la colección “Las tres edades” que va destinada “de 12 en adelante” y, por supuesto, este en adelante lo marca el lector.
No había leído aún esta novela, lo confieso, y me la recomendó una exalumna con la que coincido en el club de lectura al que pertenezco. Se me perdonará este matiz personal, pero es importante para demostrar que las lecturas, las buenas lecturas, nos llegan de maneras diversas. Porque “Corazón de tinta” es una buena lectura. Sin más. Es, según la mayoría de opiniones que he leído u oído, la mejor entrega de la trilogía, aunque esto habrá de decidirlo el lector también.
Sea como sea, “Corazón de tinta”, a la manera unamuniana, propia de las nivolas, nos narra un relato en que verdad y ficción se unen. Los personajes literarios cobran vida y, al final, no se sabe muy bien quién es más real, Capricornio, el ser cruel y malvado escapado del libro o Mo, el llamado Lengua de Brujo, quien, con sus dotes lectoras, es capaz de dar vida a las criaturas de papel.
Todo es como un juego, un experimento metaliterario en que el libro y la palabra escrita tienen la máxima importancia y el máximo protagonismo. Son, por ejemplo, muy recomendables, las citas que la autora escoge para iniciar cada capítulo.
“Corazón de tinta” es el título del mismo libro del que han escapado Capricornio y sus secuaces y también el libro por el que Mo y su hija Meggie se han quedado sin esposa y sin madre, al menos hasta que se resuelva el embrollo.
La más pura aventura hará que al lector le brillen los ojos, puesto que la acción es importante, pero aún lo son más los personajes, muy bien trazados, y los sentimientos que nos inspiran. Un personaje cobra especial interés y pasa de secundario a principal, se trata de Elionor, la tía de Meggie, quien empieza siendo una mujer más bien excéntrica y rara, solo pendiente de sus libros y acaba siendo la misma mujer exéctrica y rara, pero que cae bien por su inmensa humanidad.
El relato combina la descripción con la narración, aunque los diálogos son importantes para desvelar el pensamiento de los personajes. Cornelia Funke no deja nada al azar y escribe una novela mágica, un viaje al mundo del mal en estado puro, pero también al mundo del amor, de los sueños, de la fantasía. Así, no es extraño que el propio soldadito de plomo cobre vida gracias a la voz de Meggie, quien tiene el mismo don que su padre, aunque el personaje de ficción más emocionante es Campanilla, el hada de Peter Pan, que acaba viviendo, por así decirlo, una vida de papel distinta, fuera del País del Nunca Jamás.
Queremos reseñar la traducción impecable de Rosa Pilar Blanco quien nos ofrece, al final, una bibliografía en castellano de todos los libros que aparecen mencionados en “Corazón de tinta”, lo cual es un regalo que nos conducirá a nuevas aventuras.
El libro, en suma, nos ofrece más de 600 páginas de lectura, de emoción, de misterio, de intriga e, insistimos, de buena literatura.

La página escrita

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LA PÁGINA ESCRITA,
DE Jordi Sierra i Fabra, SM, 2006.

Anabel Sáiz Ripoll

“La página escrita” se inicia con unas aseveraciones rotundas. Jordi Sierra i Fabbra asegura que “No hay un método para escribir” y añade: “No existe un manual”. No obstante, sí es capaz de escribir cómo escribe él, de qué manera organiza sus materiales, cómo crea las secuencias, las historias, los personajes…; en definitiva, sus propios recursos de escritor, su experiencia a la hora de crear una historia y su, por qué no, instinto e intuición. Estos ingredientes, y toda la fuerza de un hombre apasionado por su trabajo, son los que encontraremos en “La página escrita”.
Sierra i Fabra no da la fórmula para la novela perfecta, porque no existe, no quiere hacer clones, antes al contrario, huye de los estereotipos y de las fórmulas manidas, por eso “La página escrita” no es un manual académico, y sin embargo su utilidad es superior nos atrevemos a decir porque está escrito desde la experiencia, desde la ilusión y con la fuerza y energía que siempre derrocha este escritor camaleónico y visceral.
“La página escrita” se divide en 9 capítulos y, fiel al estilo del autor, cada capítulo está subdivido en otros apartados breves que es donde Sierra i Fabra desarrolla sus propias técnicas, inspiradas en la libertad y el respeto, porque él no quiere imponer nada a nadie, solo muestra cómo escribe y por qué lo hace así. De esta manera, ejemplifica sus técnicas narrativas con fragmentos de sus novelas y hace, así, un ejercicio importante de autoanálisis.
En cada uno de los apartados, Jordi Sierra i Fabra hace preguntas y las responde, se pone en la piel de los jóvenes narradores que es a quienes, en definitiva, va dirigido el libro, aunque nos puede interesar a todos los que amamos la palabra escrita y queremos mejorar nuestras habilidades.
Sierra i Fabra, fiel a su estilo rápido, de párrafos breves e impactantes, va desglosando aspectos como los géneros literarios, los personajes, el guión, la narración, el diálogo y va demostrando que es un escritor que cuida mucho sus novelas, aunque a menudo se le critique por su rapidez a la hora de escribir. Este libro demuestra que sus proyectos nunca surgen de la nada, sino que se crean a partir de un buen guión y una buena reflexión previa.
Son interesantes las pequeñas frases entresacadas del texto que aparecen resaltadas en gris y que resumen lo que se está diciendo a cada momento, así: “El arte de contar historias es la suma de muchos factores” o “Un buen guión te asegura en un gran tanto por ciento una buena novela”. Tampoco son infrecuentes los decálogos a los que Sierra i Fabra es aficionado.
En suma, un libro práctico, lleno de vida y de garra, también de ironía y de honestidad, que puede ayudarnos a escribir mejor, aunque, como dice el propio escritor al final, lleno de ironía: “Por lo tanto, el último consejo es: no hagas caso de nada de lo que te he dicho y móntate tu propia película. Sé feliz”.
“La página escrita” se lee de manera rápida y con mucho interés, puesto que Sierra i Fabra se dirige continuamente a un tú, al propio lector, y lo implica en la lectura como si de una novela de suspense se tratase.

CAMINOS Y CANTARES

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CAMINOS Y CANTARES,
ANTONIO MACHADO Y MANUEL MACHADO.
SELECCIÓN ANTONIO RODRÍGUEZ ALMODÓVAR,
EDELVIVES, 2009

Anabel Sáiz Ripoll

El libro que estamos reseñando es un volumen de gran calidad, tanto por el contenido como por la forma. Se trata de una pequeña joya, encuadernada con tapas duras, e ilustrada por Patricia Metola con unos trabajos hermosísimos que dignifican la palabra de los hermanos Machado al tiempo que enriquecen su mensaje gracias a la finura y a la sutileza de sus creaciones.
Antonio Rodríguez Almodóvar ha unido en el libro a los dos hermanos Machado, Manuel y Antonio, como lo estuvieron en vida, ya que ambos fueron inseparables y se educaron siguiendo una misma línea de pensamiento, la propia de la Institución Libre de Enseñanza. No obstante, ambos sufrieron peripecias vitales distintas. Cuando estalló la guerra, Manuel optó por permanecer en Sevilla y Manuel siguió el itinerario de la República, por lo tanto, el exilio y una serie de penurias que ya todos los que gustan de su poesía las saben. La historia ha sido injusta con Manuel y lo relegó a un segundo término, aunque sus poemas son de gran calidad literaria y su pensamiento también es digno de tenerse en cuenta. No hay por qué comparar a los dos hermanos, sino darles a cada uno su relevancia.
En el libro, Antonio Rodríguez Almodóvar escoge una serie de poemas populares, de tema tradicional en su mayoría o cercano, que tratan de recoger el sentir de la tierra andaluza, pero muestra cómo Antonio y Manuel a veces tratando el mismo tema lo hacen de manera distinta. Antonio mira más hacia dentro, en un modernismo sobrio y contenido, mientras que Manuel es más vistoso, sigue más de cerca la estela rubeniana y da más color y más alegría a sus poemas, aunque quizá Antonio sea el más profundo.
Merece la pena revisar a los clásicos y releerlos y darles nuevo brillo y nueva luz para que los jóvenes se acerquen sin prevención a la poesía, sin pensar que se trata de textos polvorientos y anquilosados que nada dicen. No hace mucho, con una alumna leí unos poema de Manuel Machado, de este mismo libro, los que dedica a la pintura y me confesó que le habían impactado sus imágenes y que le gustaría leer más. Eso es lo que pretende Antonio Rodríguez Almodóvar y lo va a conseguir.
“Caminos y cantares”, como el buen vino, contiene una serie de poemas reposados y meditados que darán al lector joven la idea de que lo añejo no tiene por qué estar anticuado y que, en definitiva, desde que el mundo es mundo, las aspiraciones de los seres humanos han sido siempre las mismas, y eso bien los saben los poetas. Los saben Don Antonio y don Manuel.

MENSAJE CIFRADO

mensaje-cifradoMENSAJE CIFRADO,
DE MARTA ZAFRILLA,
SM, 2007

Anabel Sáiz Ripoll
Doctora en Filología

“Mensaje cifrado” fue Premio Gran Angular 2007. El premio, dotado con 100.000 euros, ha llegado a las 30ª edición y, en 2007, se presentaron 154 ejemplares. Marta Zafrilla (Murcia, 1982) es una jovencísima escritora que mantiene que “Al escribir no conviene perder de vista un detalle importante: que siempre hay alguien al otro lado, personas que están más allá de las páginas, pero que sienten tu voz y escuchan tu historia”.
“Mensaje cifrado” es una novela de intriga y de emoción protagonizada por un adolescente, Santiago, que es quien escribe la historia o recuerda los hechos que sucedieron y que aún no están cerrados del todo, porque pertenecen a un pasado muy cercano. “Mensaje cifrado” es, pues, una novela abierta que invita a que el lector supongo distintos finales.
A la muerte, de su abuelo, que se llama como él, Santiago recibe un legado extraño, el tablero de la oca del abuelo, un viejo tablero que ha pasado por mil batallas y del que el abuelo no quiso desprenderse jamás. Juntos pasaron tardes gloriosas jugando, tanto que Santiago, por su cumpleaños, decide hacerle un regalo especial: recoge toda la información sobre la Oca y, perplejo, comprueba, que entronca con el misterio de los Templarios y con el Camino de Santiago. Lo malo es que nunca se lo pudo leer al abuelo porque murió antes.
Junto al tablero de la oca hay un jeroglífico que Santiago interpreta poco a poco y le lleva a recorrer algunos de los escenarios del abuelo, que estuvo encarcelado durante la Guerra Civil en un pueblo del que ni quiere acordarse, pero al que su nieto vuelve buscando alguna explicación al enigma que le plantea su abuelo.
Santiago, cada vez más inquieto, no sabe con quién compartir sus pesquisas y lo hace con su amigo Ernesto, con el que lleva a cabo la aventura de su vida. En el cementerio de Canila, el pueblo de su padre, un panteón guarda un secreto asombroso del abuelo. Un secreto que no desvelamos, pero que conmociona a su nieto porque, empieza la novela, confesando que lo tiene debajo de su cama y acaba la historia volviendo a preguntarse qué hará con esos petates que esconden algo inquietante.
La novela se lee con creciente interés porque Santiago sabe motivar al lector e implicarlo en su propia peripecia. Destaca el cariño que este chico profesa a su abuelo y los deseos que tiene de respetar su memoria y su recuerdo, aparte de la frescura de sus comentarios e impresiones.
Su autora se siente muy feliz al haber ganado el Gran Angular y desea que sus lectores disfruten “con los enigmas, el misterio y los finales con sorpresa”.

EL AYUDANTE DE DARWIN

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De Vicente Muñoz Puelles,
Algar, 2009 (Algar Joven, 39).

Anabel Sáiz Ripoll

En el año del centenario de Darwin, este libro resulta muy oportuno ya que nos ofrece una perspectiva distinta del sabio naturalista, autor de “El origen de las especies”, puesto que quien lo escribe es su ayudante, Syms Covington, quien, de alguna manera, desvela algunos misterios y pone en su sitio a Darwin puesto que, detrás de un gran trabajo, siempre hay unos grandes ayudantes.
Syms se siente decepcionado cuando compra un ejemplar de “El origen de las especies” y observa que no aparece citado por ningún sitio. Eso le lleva a escribir a Darwin una larga carta en donde le recuerda su papel, tan importante o más, en esa aventura fascinante que cambió la historia y que tuvo como medio de transporte al barco “Beagle”, del que el joven Syms, en 1831, era el grumete. Pronto Darwin, que tenía 22 años entonces, se fijó en él, por su pulcritud y su buena disposición y lo contrató como ayudante. Desde entonces, Syms siguió al naturalista y fue su sombra y también, según cuenta el libro, uno de los promotores de las teoría de Darwin. Syms lo ayudó a cazar, a disecar, a despellejar, a clasificar y a organizar todo el material inmenso que haría que cambiara, como hemos dicho, la historia, puesto que, gracias a estas especies, se originó la teoría de la evolución, tan alejada de las ideas religiosas, imperantes entonces.
“El ayudante de Darwin” es una larga carta en la que Syms repasa su propia historia y, a la vez, la de Darwin. Se trata de un relato vivo, lleno de curiosidades, que pudo o no ser real, pero que, en cualquier caso, introduce al joven lector en un mundo fascinante. El acierto es que quien narra la historia, ya mayor, lo hace siguiendo las vivencias que sintió y protagonizó cuando era un chaval de poco más de 15 años, la edad que pueden tener los lectores del relato.
Vicente Muñoz Puelles imagina una ficción, tras un personaje que existió realmente y del que se conserva el diario. “El ayudante de Darwin” es un libro emocionante que desvela la otra cara de los investigadores, la cara más humana, puesto que Darwin, como cualquier persona, tuvo sus claros y sus oscuros. Eso no desmerece su talento, en absoluto, simplemente lo humaniza y lo acerca a los lectores jóvenes.

Kafka y la muñeca viajera

KAFKA Y LA MUÑECA VIAJERA,
DE JORDI SIERRA I FABRA,
SIRUELA, 2006, (LAS TRES EDADES)

Anabel Sáiz Ripoll

“Kafka y la muñeca viajera” es una novela sin edad que constituye un texto delicioso, lleno, como hemos dicho, de duende y de magia. Uno de esos libros que el lector no se cansa de leer. Además, las ilustraciones de Pep Montserrat contribuyen a embellecer el texto.
Sierra i Fabra se inspira en un hecho probado que es el siguiente. Un año antes de morir, el escritor checo, Franz Kafka, autor, entre otros libros de “La metamorfosis”, vivió una experiencia distinta en su vida. Solía acudir al parque Steglitz, en Berlín, para tratar de recuperar su salud, ya más que perdida. Allí, un buen día, encontró a una niña que lloraba con total desconsuelo porque había perdido su muñeca. Kafka, que no había tenido nunca experiencias con niños, empezó una aventura literaria insólita ya que se inventó, para que la niña fuera feliz, que la muñeca no se había perdido, sino que había partido de viaje y él, un cartero de muñecas, tenía una carta para la niña, escrita por la “muñeca viajera”. A partir de aquí, y durante tres semanas, según cuenta su compañera Dora Dymant, Kafka empezó a escribir con una urgencia desmedida los viajes de esta muñeca que había estado por lugares diversos e insospechados. Estas cartas se han perdido, lo cual es una pena porque conoceríamos otra faceta del escritor.
Jordi Sierra i Fabra se inventa es experiencia y escribe, con ternura, con magia, con lirismo y con amor un epistolario para esa niña que, día tras día, acudía al parque para encontrarse con las novedades de su muñeca. Una muñeca, que a la manera de los seres vivos, evoluciona y siente; es más, vive sus propias experiencias y acaba casándose y despidiéndose de la niña. Elsi, la pequeña, encaja esta despedida, pero el supuesto Kafka le trae, al día siguiente, un regalo de Brígida, otra muñeca, Dora, con la que la niña podrá vivir de nuevo fascinantes historias. “Kafka y la muñeca viajera” no sólo contiene las supuestas cartas de Brígida, sino el pensamiento de Kafka, la relación tierna con la niña, las conversaciones son su pareja y todo el mundo que debió envolverlo en los días previos a su muerte.

El tesoro de Fermín Minar

EL TESORO DE FERMÍN MINAR,
DE DIMAS MAS, Anaya, 1993 (Tus libros, 123)

Anabel Sáiz Ripoll

“El tesoro de Fermín Minar” se puede considerar una obra de literatura juvenil, pero también un homenaje a la literatura, a las palabras y al diccionario y, a la vez, una novela de crecimiento personal.
La novela se estructura en lo que Dimas Mas ha dado en llamar entradas, concretamente en 27. Se inicia con una carta de Fermín a Lloli y se acaba también con una carta a la misma muchacha, la enamorada de Fermín, aunque entre hay ambas hay una gran diferencia. Para empezar ha transcurrido todo el verano y Fermín ya no es el mismo puesto que ha vivido experiencias decisivas. Ha pasado de ser un chico mediocre, mal estudiante, abúlico y crítico, a ser un muchacho observador, despierto, con la mente abierta y el espíritu inundado por la luz de las palabras; aunque, eso sí, sigue enamorado de Lloli, pero de una manera mucho más coherente y reposada, más madura podríamos decir, aunque sigue siendo un muchacho de 16 años. La primera carta está llena de faltas de ortografía y la última es de una corrección exquisita.
¿Qué le ha pasado a Fermín? Fermín ha suspendido 5 asignaturas y la permanencia en su centro escolar peligra; a de ahí que sus padres le busquen un profesor particular, Manuel Leguna. Leguna es un personaje enigmático que aparece en la vida de Fermín cuando más falta hacía, cuando tenía que enfocar y reconducir su vida en una o en otra dirección.
La novela puede organizarse en torno a tres grandes bloques, la introducción que nos presenta a Fermín en su ambiente familiar y a Manuel Leguna; el nudo que sería la aventura que vida Fermín en el propio Diccionario, más allá de la realidad, en una especie de duermevela, y la tercera parte que es cuando Fermín regresa a la “normalidad” mucho más maduro, mucho más real.
Manuel Leguna es una especie de espíritu que ayuda al muchacho, tanto que Fermín cree que es el propio Diablo, aunque una especie de “Diablo cojuelo”, obra a la que rinde un buen homenaje en las páginas del libro. Cabe señalar que el homenaje continúa con otras obras como “El Lazarillo de Tormes” o “Juan José”, entre otras.
Fermín irrumpe en el mundo de las palabras y las conoce de cerca, las conmociona, por decirlo de una manera. Concretamente la asociación A.L.A., Arabismos Libres Ahora, organizan un movimiento de liberación secesionista que consigue devolver a Fermín a su mundo real; aunque, como dijimos, ya nunca nada será igual para él. Las palabras son también personajes de la novela (al lado de personajes humanos como pueden ser los padres, la hermana, los amigos de Fermín y el propio Leguna, aunque ése no se sabe bien de qué materia está hecho). Dos palabras en concreto cobran protagonismo, Transcriptor General y Amanuense, aunque Fermín se encuentra con otras palabras que encarnan a la perfección, en un juego inteligentísimo, lo que representan.
En definitiva, “El tesoro de Fermín Minar” es un libro lúdico, festivo, un libro de gran frescura, aunque exige una lectura atenta y reposada puesto que son continuos los guiños al lector quien ha de permanecer con la mente bien abierta durante toda la lectura puesto que el juego consiste en saltar de la realidad a la fantasía sin tregua.

Muerte a seis veinticinco

muerte-a-seis-veinticinco2Muerte a seis veinticinco,
Jordi Cervera, Edebé, 2009

Anabel Sáiz Ripoll

“Muerte a seis veinticinco” es el último Premio Edebé de Literatura Juvenil. Jordi Cervera (Reus, 1959) hasta ahora se había dedicado a la literatura juvenil, aunque sí es un hombre con una buena obra, de poesía y novela, y con un buen bagaje cultural. No nos extraña, pues, que su novela haya ganado el Premio, puesto que es un texto bien escrito, cuidado y con una serie de ingredientes propios del carácter y las aficiones de su autor, como puede ser el suspense y las referencias a Barcelona.
La novela se estructura en 41 capítulos breves, que no llevan ningún título, sobre el número, ya que no quieren estorbar al lector en su apasionante lectura, porque apasionante es el relato que nos cuenta Jordi Cervera, bien graduado y bien presentado, tanto que, al final, poco a poco, nos va dejando pasmados, literalmente asombrados por el giro que dan los hechos.
El primer capítulo ya marca cómo va a ser la novela puesto que nos presenta, a la manera de un clímax ascendente, los últimos momentos de un partido de baloncesto decisivo, que significa una gran victoria para el Badalona. Uno de sus jugadores estrella, Ray Barbosa, es quien vive esa apoteosis en el campo. Nada hace presagiar la desgracia, aunque algo intuimos. En su casa, su mujer y su hijo son brutalmente asesinados. Y comienza la acción. Joan Pons, el sargento de los Mossos d`Esquadra, es el encargado de resolver los hechos y la presión que sufre por parte de los políticos es inmensa. Ahí el autor no duda en emplear a fondo su ironía, su fina ironía de la que hace gala en todo momento. Pieza indiscutible del relato es Carla, la hija del sargento y aspirante a mosso también quien, de alguna manera, descubre al asesino o ayuda a ir atando cabos. Nos recuerda, salvando las distancias, a la Wendy de Andreu Martín.
Varios son los personajes de esta novela que viven los hechos de manera distinta, según el papel que les haya tocado. La policía autonómica catalana aparece retratada desde un punto de vista muy positivo, ya que, en esta novela, son los que han de descubrir el porqué y el quién. Sin embargo, no es desdeñable la figura del asesino, un matón a sueldo que esconde una fría venganza en el asesinato y que se complace en escribir, paralelamente a los hechos que narra el autor, su propia historia, a manera de diario y, por supuesto, en primera persona. Así, el relato conjuga la tercera persona y la primera que acaban confluyendo en un final de lo más excitante.
La trama va también ajustándose al tiempo, al poco tiempo que tiene el sargento Pons y, de alguna manera, la rapidez con que se resuelven los capítulos va marcando ese tiempo angustioso para unos y agobiante, para otros.
“Muerte a seis veinticinco” va destinada al público juvenil, pero no es una novela juvenil, sin más, puesto que la historia que contiene va a interesar a todo aquel que guste de la novela negra, del suspense y de la acción. Aparte, hay otras muchas connotaciones en la novela, como la perfecta ubicación en Badalona y Barcelona e, incluso, en Arenys, en donde se refugia el asesino con personalidad falsa. En algún momento el relato se remansa y da paso a la poesía de Espriu, tan relacionada con Sinera, con el Cementerio de Arenys. Jordi Cervera, pues, emplea distintos registros, desde el sarcástico hasta el irónico, pasando por el pedante (de los políticos) o el coloquial. Hay incluso episodios que nos hablan de la violencia gratuita de los skinhead, otros que recrean el manejo de armas. En suma, una buena documentación por parte de Cervera.
Es una buena novela, que se lee con rapidez y que nos permite pensar en cómo, por un error de juventud, toda una vida se puede venir abajo, como le ocurre al gran Barbosa.