“Tester”

Tester (Probador),

Jordi Sierra i Fabra,

Barcelona, Edebé, 2010.

(Periscopio, 76)

 

En poco menos de una semana, la vida de Lennon dará un cambio significativo. Uno de sus amigos, Hardy, acaba de morir en un accidente de moto. Tester es un inquietante thriller sobre el mundo de los videojuegos. Jordi Sierra i Fabra acude a su estilo más trepidante para narrar esta historia que habla de la amistad, de la codicia, del miedo, del amor y de una serie de sentimientos y emociones, tan a flor de piel, que parecen ser vividas por el propio lector.

Hardy no ha muerto casualmente y eso lo descubre Lennon gracias a la hermana del fallecido, Laura, una joven con la que mantuvo una relación de adolescentes y de nuevo irrumpe en su vida. Lennon se ha emancipado, aunque le cuesta mucho salir adelante, pero lo hace gracias a sus dibujos. Todo su grupo de amigos, superada ya la veintena, ha perdido la fuerza de la adolescencia y cada uno vive cómo puede. Hardy era probador de videojuegos, el mejor y eso le supuso la muerte, como, sin duda, el lector descubrirá.

Tester alude a una realidad muy común entre los más jóvenes, como son los videojuegos. Objetos de culto, en algunos casos, motivo de adicción, elementos de la modernidad más actual… contra el videojuego ya no se puede luchar, ni se debe, quizás, aunque sí, y ahí está la visión del autor, se pueden cuestionar algunos usos y abusos, las temáticas y ciertas maneras agresivas de tratar de imponer el producto.

Jordi Sierra i Fabra, está claro, ha creado su propio sello personal a la hora de narrar, aunque es capaz de manejar registros dispares. En esta ocasión, nos ofrece un relato más que ágil, rápido, que pretende dejar sin aliento al lector, que se lee casi sin despegar los ojos de las páginas. No hay retratos psicológicos de los personajes, es la verdad, pero sí deducimos muchas de sus características a través de sus propias palabras, como es el caso de Lennon, o del recuerdo o la impronta que dejaron, como le ocurre a Tomás o Hardy. Hardy llevaba un mes desconocido, fuera de control, había descubierto algo en el último videojuego que estaba probando que iba más allá de lo legal, puesto que el juego, incluso para él, un probador veterano, era adictivo.

Los diálogos de Tester son también muy sierraifabrianos, ya que desprenden toda una lección de vida, sobre todo las intervenciones de Jorge, un joven muy parecido a Lennon, de ahí el apodo, que trata de ser legal, de vivir libremente, de saborear su independencia y de exprimir su tiempo. Todas cualidades que le gustan mucho al autor, incluída la admiración por el Beatle.

A menudo el poder genera más poder y, en este caso, eso conlleva una ambición desmedida y mucho miedo a perder, de ahí la muerte de Hardy y de ahí también todos los problemas y situaciones, muy al límite, que vivirán Lennon y Laura, de las que saldrán, por supuesto, fortalecidos.

Las relaciones familiares, las relaciones afectivas, los contrastes entre los poderosos y los humildes, el trabajo bien hecho frente al oportunismo, el amor y el desamor, la adolescencia y la madurez, el crecimiento personal… son algunos de los temas que ofrece este relato.

Tester, en suma,  es una novela que maneja muy bien las coordenadas temporales y que se estructura, precisamente, en torno al factor tiempo. Sin duda, una novela juvenil muy atractiva.

El diario naranja de Carlota

El diario naranja de Carlota, Gemma Lienas, Destino, 2011.

 La joven Carlota, en El diario naranja de Carlota, retoma su afán por entender el mundo que la rodea y hacerlo más justo. Esta vez se fija en la inmigración y en los derechos humanos. Carlota es muy aficionada a dejar constancia en sus diarios especiales de los temas que más le preocupan –drogas, sexo, discriminación…, etc-. En este último diario, como acabamos de comentar, Gemma Lienas aborda una cuestión tan delicada y, por desgracia vigente, como es la discriminación por razones de raza o de cultura.

Carlota es una chica entusiasta que siempre encara sus diarios con ánimo positivo e implicando al máximo a todo su entorno. Así, sus amigos y compañeros del instituto, sus padres, su hermano, su abuela, los conocidos y algunos desconocidos aportan gran cantidad de datos que convierten El diario naranja de Carlota en una pieza importante para entender el porqué de la emigración.

Como siempre, se presentan dos hilos narrativos. Por un lado, la vida cotidiana de Carlota, con sus padres –separados-, su hermano Marcos y sus amigos. Carlota es una joven franca y directa que se sorprende ante la discriminación que, por ejemplo, sufre su compañera Esmeralda por ser de la etnia gitana y además mujer. Se duele ante los post de una niña, Fátima, quien recién llegada a nuestro país desde Marruecos escribe su día a día no siempre halagüeño. Carlota aplaude las iniciativas valientes y, sobre todo, es toda oídos cuando aquellos que han sufrido la discriminación le cuentan sus propias experiencias.

El diario naranja de Carlota, por lo tanto, no es una novela, sino un manual argumentado que se lee de un tirón porque está escrito de una manera directa, clara y precisa y que, pese a esa cantidad de datos, no aburre porque están contextualizados a través de la vida de Carlota y su entorno. Pensamos que éste es el gran acierto de Gemma Lienas, quien, sin duda, aborda cuestiones educativas delicadas en los diarios de Carlota, pero lo hace sin perder la frescura ni la originalidad ya que no pierde de vista a sus lectores, jóvenes y adolescentes, aunque, por supuesto, los datos que maneja el libro son tan amplios y precisos que a cualquier tipo de lector pueden interesar.

Carlota es muy crítica con su entorno, así cuando su padre se sorprende, de manera negativa, por la nueva amiga de Marcos, que es sudamericana, ella no lo oculta en el diario y aplaude cuando el padre, consciente de su fallo, pide perdón y se congracia con la joven.

Hay una cuestión importante que es la del color de los diarios. ¿Por qué naranja? La respuesta la encontramos en las primeras páginas del libro. Se alude a una persona que padece acromatopsia, es decir, que no ve los colores y que, gracias a una especie de tercer ojo, puede lograrlo. Este chico: “dice que la piel de los seres humanos tiene para todos el mismo color: naranja”. De ahí, por supuesto, el color que escoge Carlota. El naranja, además, “es el color de la energía” y, como añade su madre, “se hace con la mezcla del amarillo y el rojo. Y nuestro mundo en el futuro será mestizo, o sea, una mezcla de etnias y culturas; mucho más que ahora: del todo”.

El diario naranja de Carlota, por otro lado, está muy bien estructurado y contiene distintos registros y usos del idioma. Así, abundan los diálogos, pero también las descripciones. Hay entrevistas, informes, recopilación de datos… en suma, un rico muestrario para entender las distintas posibilidades textuales.

El libro, por otra parte, presenta un final abierto que presagia, eso esperamos, una continuación. ¿De qué color será el nuevo diario?

Así es la vida, Carlota

Así es la vida, Carlota,

Gemma Lienas, Barcelona, Planeta, 2009.

 Anabel Sáiz Ripoll

Así es la vida, Carlota, de Gemma Lienas puede calificarse de novela iniciática ya que muestra como una adolescente, Carlota, va, poco a poco, encajando los contratiempos de su vida y viendo que puede superarlos. Escrito en primera persona, el libro es un texto directo y fresco que se adentra en la psicología de esta joven de 14 años a la que, en poco tiempo, le cambian todos los planteamientos, familiares y sentimentales.

El libro se divide en 10 capítulos y es una novela muy apropiada para el alumnado de 3º de ESO ya que comparten la edad y las constantes de la propia Carlota. De hecho, Carlota es una joven que evoluciona a lo largo del relato y que protagoniza otros títulos firmados también por Gemma Lienas, El Diario violeta de Carlota, El Diario amarillo de Carlota, El diario rojo de Carlota o ¡Eres galáctica, Carlota! y el recientísimo El diario naranja de Carlota.

Gemma Lienas Massot (Barcelona, 1951) es una escritora valorada dentro de la literatura juvenil. Profesora universitaria, está comprometida con diferentes causas y sus obras cuentan con múltiples lectores. Muchas de sus novelas destinadas al público juvenil han tenido una notable aceptación. De su primera novela, Cul de sac, ha vendido 25 ediciones (unos 100.000 ejemplares); de Així és la vida Carlota ( Así es la vida, Carlota), ha superado las quince ediciones, como de Dos cavalls.

 La mayoría de sus novelas están traducidas al castellano y algunas, a otras lenguas (alemán, italiano, vasco, portugués…). Uno de sus personajes más singulares es Carlota, una joven adolescente a la Gemma Lienas sigue a lo largo de distintos libros. Precisamente, El diario violeta de Carlota fue mención de honor de la UNESCO.

Carlota en esta primera entrega nos explica lo preocupada que está por el accidente su amigo Ramón, que está muy grave en el hospital. Carlota va cada día a verlo porque cree que siente algo por el chico, aunque anda muy confundida porque también cree que se ha enamorado de otro joven, Jorge. Además Carlota no está viviendo un buen momento familiar porque sus padres se están separando, aunque ellos lo llamen unas “vacaciones matrimoniales” y todo el equilibro doméstico se viene abajo. Carlota y su hermano menor Marcos no siempre se llevan bien, aunque tratan de sobrellevar la separación cómo pueden. Se quedan con su padre, un hombre algo despistado, y, juntos, han de afrontar la nueva vida, con unas nuevas pautas y un sentimiento entre el dolor y la ausencia que les provoca su madre. Los abuelos paternos tampoco contribuyen demasiado a que la situación se viva con normalidad, mientras que la abuela materna adopta otra actitud, de coraje y valentía ante la separación de su hija. Ahora bien, Carlota es una chica de caràcter abierto y optimista que suele saler a flote porque, como ella misma dice, “Así es la vida”.

El texto está lleno de humor y eso se agradece ya que el tema que trata podría haberse abordado de manera tràgica y angustiosa, en cambio Gemma Lienas ha preferido adoptar una actitud más directa y positiva, para demostrar que, en cualquier caso, siempre se sale adelante.

El libro además muestra la evolución física y mental de Carlota que va pasando de niña a mujer con todos los cambios que eso supone y la tormenta interna que se vive en la adolescencia. Además, se hace hincapié en el entorno escolar de Carlota, en sus amigos, sus profesores, su vida diaria.

En cuanto al léxico se maneja un registro estándar, son muy y creíbles frecuentes los diálogos, aunque quizá lo mejor del relato sean las reflexiones de Carlota, quien, al fin, confiese que “aunque a veces aún sentía que mi mundo se había hecho añicos, otras, en cambio, me parecía que un mundo nuevo y diferente empezaba a nacer a mi alrededor”.

 Guía de lectura

Donde aprenden a volar las gaviotas

Donde aprenden a volar las gaviotas,

Ana Alcolea,

 Madrid, Anaya, 2007, Espacio Abierto, 125.

Arturo es un joven de 15 años que vive en Zaragoza y que aspira a tener un verano normal, como los de siempre. No obstante, ha suspendido el inglés y sus padres deciden que, para que aprenda, nada mejor que sumergirlo en una familia que solo hable ese idioma. Así, envían a Arturo a Noruega, a la casa de unos amigos. Para Arturo, que ya de por sí, está viviendo una adolescencia complicada, este hecho supone un nuevo agravio. Por si fuera poco se llama Arturo y su hermana… Morgana. ¿Qué más excentricidades le depara la agudeza de sus padres?

Donde aprenden a volar las gaviotas, de Ana Alcolea, es un hermoso libro, escrito en primero persona que narra la historia de un gran amor, pero también es un viaje iniciático y un canto a la verdad de las palabras, que se enfrentan, demasiado a menudo desnudas, a la barbarie de la guerra.

Arturo vivirá en Noruega, junto con Erik, un verano distinto, que le permitirá contemplarse desde fuera y ver cuán ridículos son sus problemas comparados con los que tuvo que vivir la abuela de Erik, Elsa. La casa de Erik está situada en lo que un día fuera búnker. Así, excavando, descubren por casualidad, una caja metálica que les llevará descubrir no solo el secreto de la abuela, sino la belleza del paisaje de Noruega, de sus fiordos, de su naturaleza en estado puro.  Ana Alcolea, buena conocedora del país, se detiene en describirnos esos momentos mágicos que el lector, desconocedor de Noruega, agradece puesto que le permite vivir también en primera persona la historia de Arturo.

Donde aprenden a vivir las gaviotas hunde sus raíces en una memoria colectiva que para Elsa ya es desmemoria, puesto que está aquejada de demencia senil. Y es que los ojos de Elsa tuvieron que vivir la ocupación nazi en su tierra y fueron testigos en primera persona de la sinrazón que son las guerras. Enamorada de un oficial nazi, Elsa vivió de manera escindida ese amor, debatiéndose entre el deber y el deseo porque Elsa y toda su familia eran judíos. Muchos años después su nieto, Erik, y un amigo venido de la lejana España son quienes llegan al secreto y quienes aprenden a valorar el esfuerzo de Elsa quien, letra a letra, palabra a palabra, dejó anotada la peripecia de su vida. Son esas palabras las que le devuelven un poco lo que fue, su verdad, su memoria, su esencia porque, sin memoria, no somos nada.

Ana Alcolea escribe una novela llena de sorpresas, que divide en 29 capítulos. Arturo, como hemos dicho, es quien va desgranando ese verano especial, en el que no solo aprendió inglés, sino mucha más, ya que también se encontró con el primer amor, porque Donde aprenden a volar las gaviotas es, por supuesto, una crónica sentimental, no solo la de Elsa, sino también la de Arturo.

El título del relato contiene una clave simbólica importante porque las gaviotas reales, de las que se habla en uno de los capítulos, representan al ser humano, ya que, como comenta Brigita, la guía de Arturo y Erik por uno de los archipiélagos, noruegos, “La vida es aprender, estamos aquí para eso, como las gaviotas. Vivir es peligroso, es cierto”. Y es Elsa, con su testimonio escrito, quien permite a Arturo aprender a relativizar y a crecer.

La novela está muy bien construida y combina la aventura con el humor y el sentimiento. Una novela redonda, en una palabra.

El Diario rojo de Carlota

 

 

El Diario rojo de Carlota,

Gemma Lienas,

Destino, 2004.

 

El Diario rojo de Carlota, de Gemma Lienas, es un libro indicadísimo para los jóvenes adolescentes que quieren conocer cuestiones relacionadas con el sexo y saber qué hay de verdad y de mentira en los tópicos que han oído. Carlota, a quien ya conocemos por otros títulos emblemáticos, como el primero que protagonizó, Así es la vida, Carlota, decide anotar en un “cuaderno rojo” todo lo que va aprendiendo, con sus propias investigaciones y la ayuda de los demás, acerca del sexo. Son sus aliados, una tía, alguna profesora del instituto, sus amigas y, sobre todo, Flanagan, el super-famoso detective creado por Andreu Martín y Jaume Ribera.

Un buen día, dos personajes de ficción se encuentran, lo cual es una genialidad literaria, no lo podemos negar. Flanagan y Carlota se siente atraídos y mantienen una primera relación sexual, aunque no se repetirá porque entre ellos no hay, tal vez, la química que Carlota encuentra en su amigo holandés. No obstante, la amistad prevalecerá y el sentido del humor que, sobre todo, aporta Flanagan quien, por su parte, se compromete a escribir El Diario rojo de Flanagan, el cual complementa al que estamos comentando.

El texto en cuestión recoge elementos de distintos géneros. No es una novela, pero sí enlaza con momentos de la vida de Carlota. No es un diario propiamente dicho, pero sí está escrito con ese propósito. No es un ensayo, pero también tiene elementos del mismo.

De una manera directa, sin tabúes, se van recogiendo, en 22 capítulos, todos aquellos elementos que, de una manera u otra, tienen que ver con la sexualidad. Así, se habla de la regla, de las falsedades en torno a los métodos de control del embarazo, de las tendencias sexuales, de los tabúes acerca de las enfermedades de transmisión sexual, de los roles y estereotipos y, en suma, se da una información valiosísima, con estadísticas, datos reales, que hacen del libro una verdadera obra de iniciación que, sin duda, ayudará a los jóvenes. En este caso, son las chicas quienes más se pueden identificar con lo que escribe y recoge Carlota.

Hay muchos prejuicios en torno a la sexualidad y Gemma Lienas, de esta manera tan directa, fresca e inteligente, quiere romper con ellos. Lo que le pasa a Carlota, sus miedos, sus dudas, sus vacilaciones, puede pasarle a cualquiera. Conviene, por lo tanto, estar bien informado y tener amplitud de mirar.

Son varias las reglas de oro de la sexualidad que se incluyen en el libro y que suponen arrojar verdad sobre un tema, tradicionalmente, silenciado. Es un libro, en suma, que apela al respeto y a la información correcta. Si alguien está bien informado, sin duda, podrá actuar. ¿Por qué no dar esta buena información acerca del sexo a nuestros jóvenes?

La niña que podía volar

 

La niña que podía volar

Victoria Forester,

Montena, Barcelona, 2010.

 

La niña que podía volar es un relato acerca de las diferencias y de lo difícil que es, a menudo, ser distinto en un mundo en el que se tiende a la homogeneidad. Parece que todos hubiéramos de seguir un dictamen y si alguien se sale de la fila está perdido o se le tacha de excéntrico o de imprudente o, lo que es peor, se le arrincona y ningunea. Por eso, novelas como la que estamos comentando, suponen una bocanada de aire fresco para los lectores. Piper es la protagonista y tiene un secreto enorme: puede volar. Es algo que ha descubierto sola, por sus padres, temerosos, no saben cómo enfocar el tema y es algo que le llevará a descubrir su talento y su potencial. Piper acaba ingresada en una escuela especial con unos chicos especiales y en unas condiciones especiales. La idea del centro, cuyas siglas son DEMENTE, es unificar a los seres vivos y quitar de en medio a aquellos que destacan por cualquier cosa. Lo dirige la doctora Hellion que, en principio, se muestra encantadora, pero que también esconde un secreto. Piper y sus compañeros preparan un plan de huida porque se dan cuenta de que lo que quieren hacer con ellos y no están dispuestos a renunciar a sus dones naturales que, bien mirado, pueden ser muy útiles para la sociedad.

La niña que podía volar está narrada en tercera persona de una manera ágil y directa. Su autora, Victoria Forester, escribe fluidamente, con sencillez, pero sin obviar ningún detalle. No pretende escribir una novela de fantasía, de magia o de aspectos sobrenaturales, sino una novela realista, que muestra lo positivo que es distinto y que, al fin y al cabo, todos somos distintos. Si Piper sabe volar y goza con ello. ¿Qué inconveniente hay? Para llegar a esta conclusión hace falta un largo camino lleno de escollos que solo las personas positivas, como Piper, son capaces de superar.

Interesa mucho destacar el friso de personajes que aparecen en el relato, desde los padres de Piper, una pareja entrañable, hasta los compañeros del centro –con seguridad Conrad es la mejor creación- pasando por la doctora Hellion y una serie de personajes más, como la intrigante del pueblo de Piper que goza sembrando chismes y que acaba, como se dice coloquialmente, con “dos palmos de narices”.

Por otro lado, en la novela también hay una clara crítica hacia los valores que predominan en la actualidad donde el tener es más importante que el ser y en donde las apariencias pueden ocultar mucho dolor y confusión. Lo que realmente es esencial para estos niños con dones es que los quieran y acepten, que se sepan parte de una familia. Eso es lo único que importa.

La niña que podía volar, está llena de momentos líricos, de gran fuerza literaria, como cuando un grillo, también especial, se pone a cantar con todas sus fuerzas y hace que muchas de las corazas se vengan abajo o cuando uno de los niños, el tímido Jasper, recuerda de repente cuál es su don y lo aplica con total vehemencia. La solidaridad, el saber parte de un grupo, el sentirse amparado, la autoestima y una serie de virtudes positivas presiden el relato y permiten que el lector, joven o adulto, pueda reflexionar acerca de sus propios comportamientos.

Es una novela coral que merecería una adaptación cinematográfica.

Apariencias

 

 

Apariencias, Madeleine George,

Madrid, Editex, 2011, (Libros de Mochila)

Apariencias, de Madeleine George es un libro realista, a veces descarnado, que no disfraza los acontecimientos, sino que los enfrenta y los expone de una manera directa y, a menudo, demoledora. El título del relato, Apariencias, ya indica, de alguna manera que quiere huir de los estereotipos y que, como les ocurre a las protagonistas del relato, a menudo, por no decir casi siempre, la primera visión engaña. Se necesita observar muy de cerca y meditar despacio para hacerse cargo de lo que ocurre y de cómo son las personas y, aun así, nos podemos equivocar.

Las dos protagonistas de Apariencias son, en principio, dos chicas completamente antagónicas, condenadas, si nos dejamos guiar por los tópicos, a no entenderse, a ignorarse, incluso. Meghan Ball es una chica con una realidad difícil. Está llena de miedos, de angustias y de frustraciones. No sabe cómo canalizar esta ansiedad y acude a la comida. Solo comiendo, grandes cantidades de alimentos, nota que se apacigua su alma. Es una chica sin amigos que, pese a su corpulencia, pasa más bien desapercibida, aunque nadie le hurta los malos ratos ni las humillaciones. Meghan, además, es muy observadora y enseguida se ha dado cuenta de la presencia de una nueva alumna que acaba de llegar a clase: Aimee Zorn. Esta chica es lo opuesto a Meghan: apenas come y si lo hace, es de una manera simbólica. Aimee también arrastra un pasado emocionalmente difícil. Escribe unos poemas muy especiales y tiene problemas familiares. Las dos chicas se sienten solas y no encajan para nada en el ambiente escolar que les ha tocado vivir.

La autora, Madeleine George vive en Nueva York y, aparte de escribir, ha sido profesora de escritura y, en la actualidad, dirige un programa educativo en la prisión para mujeres de Manhattan. Demuestra conocer muy bien la realidad de un centro educativo medio, americano, puesto que las descripciones del ambiente, de la atmósfera escolar, de docentes y alumnos, son certeras e, insistimos, muy críticas. En este ambiente, en donde parece que solo pueden triunfar los que tienen éxito, los que son populares, Meghan y Aimee se sienten rechazadas y acosadas. Las situaciones que se describen son, en algún momento, duras y descarnadas. Las dos jóvenes acaban uniéndose por mera solidaridad y para consolidar su revancha. Las dos, como leemos al final, han inventado “una manera de ser invisibles”.

Apariencias está escrita en tercera persona y estructurada en 19 capítulos. Abundan las descripciones puesto que las dos protagonistas son muy observadoras y la autora ha querido dotar su relato con esta cualidad.

Es un libro destinado para lectores de 14 a 17 años, aunque pensamos que lo entenderán mejor los mayores, los de 4º de ESO e, incluso bachillerato. También es recomendable para los docentes ya que les ayudará a entender ciertas conductas que se pueden dar en las aulas (de cualquier lugar) y que, a veces, pasan bastante desapercibidas; aunque, por supuesto,  tampoco vendría mal que lo leyeran los padres y madres.

Apariencias no es un libro alegre, en absoluto, pero sí que propicia una buena reflexión acerca de los comportamientos que pueden darse en los centros escolares, de acoso y de desprestigio, que tanto daño causan a quienes los padecen. Es, en suma, un relato que lucha contra los tópicos y las “falsas apariencias”.

La misteriosa fragua de Vulcano

 

La misteriosa fragua de Vulcano,

Jorge M. Juárez,

Bruño, Madrid, 2011, Paralelo Cero, 69

En una época tan convulsa y apasionante para el país como fue el periodo de Felipe IV y el conde-duque de Olivares se desarrolla la novela La misteriosa fragua de Vulcano, de Jorge M. Juárez. El autor tiene la habilidad de convertir en novela aquello que fue historia y viceversa, hacer historia de lo que solo está en la ficción. Así, logra un relato lleno de aventuras, de lances y de intrigas.

Esta primera novela del autor está cuajada de aspectos que merecen el comentario y nuestra atención. Para empezar, consigue crear en el lector una gran expectación que va aumentando conforme el relato avanza. La trama se inicia cuando el pintor Velázquez se dirige a Italia, acompañado de algunos de sus discípulos, entre ellos Juan Bautista Martínez del Mazo quien, con el tiempo, llegaría a ser un pintor reputado y el yerno del propio Velázquez, aunque ésta es ya otra historia. Viajan en una galera acompañados del gran Spínola, el héroe que logró pacificar Holanda. La travesía está al punto de fracasar por un abordaje que sufren y que los pone sobre aviso de ciertas maniobras pocos claras. Por si fuera poco, en España, el padre de Juan Bautista, herrero de profesión, es acusado ante el Santo Oficio por tener sueños premonitorios. De una manera rocambolesca consigue salir de la cárcel –el episodio está admirablemente resuelto- y acaba galopando, herido, hacia Italia para avisar a su hijo y al pintor de un complot que está al punto de acabar con la seguridad del país y la propia monarquía.

El lector irá, sin aliento, asistiendo a la resolución de distintos lances, aunque, pese a la rapidez del relato, el autor no deja de reposarse, en algún momento, para retratar a algunos personajes importantes, como el herrero o su mujer, que es una pieza indispensable para la resolución del conflicto. Por otro lado, hay una fina ironía a la hora de referirse a Felipe IV, más atento a sus veleidades que al gobierno. Baja, también, del pedestal a los grandes hombres, como a Velázquez a quien acusa de tacaño, aunque de una manera muy sutil. No menos importante es la figura de Diego Fernández de Córdoba.

La misteriosa fragua de Vulcano entremezcla, como hemos dicho, episodios reales con momentos de pura ficción, pero todos muy bien entrelazados. De alguna manera, la novela podría considerarse un viaje iniciático de Juan Bautista Martínez del Mazo, quien también tiene sueños premonitorios, y de sus compañeros, quienes, por su juventud, están formándose y creciendo gracias al sinfín de aventuras que vivirán y que pondrán en peligro sus vidas en más de una ocasión.

Finalmente, se desvela el porqué del título, La misteriosa fragua de Vulcano, en el último capítulo. En este momento, el lector disfrutará enormemente atando cabos y fijándose en la pintura para tratar de reconocer a los personajes reales, de carne y hueso.

La novela de Jorge M. Juarez, en suma, es un relato emocionante escrito por um buen conocedor de la historia que no busca solo aclarar algunos episodios, sino que quiere entrar, como diría Unamuno, en la “intrahistoria”, esto es, en los comportamientos de personajes anónimos que, son, en suma, quienes hacen la verdadera historia.

La misteriosa fragua de Vulcano se estructura en 41 capítulos y está escrita en 3ª persona narrativa por un autor omnisciente que disfruta enormemente con su trabajo. Abundan, no obstante, los diálogos y el léxico está muy ajustado a la época, así como la alimentación, la manera de vestir, la vida de los soldados, la rutina en alta mar y los usos un general. Es una obra muy documentada que no lo parece, ésa es su virtud, porque lo que domina es la intriga, la aventura, la lectura que nos deja sin aliento.

Me`n torno al carrer Kieran

 

Me`n torno al carrer Kieran,

M. Lluïsa Amorós,

Barcelona, Barcanova, 2008, Narrativa nova, 124.

L`autora M. Lluïsa Amorós (Reus, 1954) ofereix aquest relat directe, molt ben escrit i ple de registres. Coneix molt bé la problemàtica del jovent d`avui i la reflecteix amb tota claredat i respecte.

En Bru és un jove de 18 anys amb un passat complicat. Orfe de pares, que van morir en un accident, fa cinc anys que viu amb una tia seva a Irlanda, encara que cada estiu torna a Reus a casa del Raimon, el seu millor amic. El darrer estiu que ens narra l`autora és diferent perquè no segueix res igual. Els pares d`en Raimon s`han separat, en Raimon té un nou amic, en Sesé, amb qui viu al límit i en Bru pensa que no té ja lloc a les seves vides, per això decideix tornar cap a Irlanda, al carrer Kieran on viu (i aquest és el sentit del títol del llibre). No ho fa perquè hi ha uns esdeveniments que li ho impedeix.

En Bru és un noi assenyat, massa reflexiu per la seva edat, que ha après a viure d`una manera diferent. La seva tia és una dona gran, que se l`estima molt, però no és el mateix que si visqués amb els pares. Com ja té 18 anys, ja és pot fer càrrec d`algunes coses i acaba tornat al pis familiar, on feia 5 anys que no posava els peus. Els records i la tristesa el surten a rebre. Ara bé, fa una descoberta important. Troba una sèrie de quaderns escrits per la seva mare, l`Eulàlia, qui, d`alguna manera, torna a estar als seu costat, perquè, amb els seus escrits li parla del passat, de la família, de com va conèixer al seu pare, dels pressentiments, de com s`estimava en Bru.

En Raimon, per la seva banda, acaba tenint un accident greu i això fa que la vida s`aturi i que tots els personatges reflexionin. És una parada necessària i un punt de trobada entre els diferents sentiments.

Me`n torno al carrer Kieran és un relat escrit amb agilitat, que es llegeix ràpidament. L`autora no fa massa descripcions i digressions. Narra d`una manera amena, molt acurada, això sí, i que connecta directament amb els lectors joves. Perquè la novel·la no és només el que hem explicat, ni molt menys. Al relat trobarem aspectes importants que fan referència al viatge iniciàtic d`en Bru, però també d`en Raimon. Ens parla també dels sentiments i hi ha un primer amor important per en Bru, amb la figura de la Cèlia, una noia que, en principi, sembla separar els amics, però que, finalment, sap posar en Bru en el seu lloc. Hi ha referències locals, però el missatge de la novel·la, sens dubte, no és local, sinó universal, podríem dir.

La lectura no només interessarà als joves, sinó als adults, perquè trobem personatges adults de prou pes com per reflexionar sobre els seus comportaments, en especial la Marta i en Josep, però també els pares d`en Bru, sobretot l`Eulàlia. Ens sembla un encert narratiu, per altra banda, incloure, en primera persona, fragments dels quaderns de la mare, encara que el relat estigui escrit en 3ª persona. La figura de la vella Àgata és també prou acollidora i important.

En resum, Me`n torno al carrer Kieran és un llibre que no ens deixarà indiferents i que té prou ingredients com per interessar a un públic lector ben ampli.

Sueños rotos

Sueños rotos,

Jordi Sierra i Fabra, Alzira, Algar, 2011, (Algar Joven, 48).

Elsa escribe un diario cuyos fragmentos abren y cierran este libro estremecedor de Jordi Sierra i Fabra, Sueños rotos. Elsa, desde el presente, recuerda un episodio que vivió, en su adolescencia, que la marcó profundamente. Y lo escribe en su diario.

No obstante, la historia la narra un narrador en tercera persona sin que le tiemble el pulso puesto que quiere llegar hasta el final y concienciarnos de que hay temas frente a los cuales no podemos permanecer ajenos. Nos jugamos mucho. La sociedad se juega mucho. Uno de ellos es el que trata el libro que estamos reseñando.

La casi niña Niaga está muy contenta porque, por fin, podrá ir a Gambia y conocer el país del que procede. No se puede creer que su padre haya conseguido el dinero y está pletórica. Niaga es una chica inteligente, que estudia en un centro español y que está casi del todo integrada, puesto que su padre y su entorno familiar no le dejan salir de casa, lo justo para estudiar; pero ella no se lo cuestiona y sigue con su vida. Muchos de los compañeros no acaban de aceptarla y la llaman con nombres ofensivos porque, a veces, lo que no se conoce da miedo.

Elsa es una joven española, que estudia y vive a buen ritmo. Ella sí se siente amiga de Niaga. Elsa está cansada de hacer siempre lo mismo, hasta su novio, un chico con pocas pretensiones y menos sueños, la aburre ya. Elsa quiere comerse el mundo y ser feliz.

Cuando Niaga le cuenta lo de su viaje, algo se enciende en la mente de Elsa y se disparan todas las alarmas. Empieza una lucha contrarreloj contra lo que ella cree que le podría pasar a su amiga. Piensa, y no se equivoca, que su familia quiere llevarla a Gambia para que le practiquen la ablación del clítoris. Y Elsa mueve todos los resortes que conoce hasta despertar las conciencias dormidas. Implica a sus amigos, a uno muy especial, Lorenzo; implica a sus padres y mejora así la relación que tiene con ellos; implica a su profesora de lengua e implica, en suma, a todos los compañeros de su centro escolar. Tanto es así que logran, en el último momento, parar el viaje que Niaga iba a hacer hacia su propia soledad y tristeza.

Jordi Sierra i Fabra pone el dedo en la llaga al hablar de esta practica ancestral, que nos negamos a llamar cultural y al demostrar, con cifras, que se sigue realizando. Hay que concienciar a las gentes y demostrarles que la ablación del clítoris no es nada necesario para la mujer, al contrario, menoscaba su autoestima y pone en peligro su salud. Sueños rotos así lo muestra, más aún al personificarlo en una joven que vive aquí desde hace más de 10 años y que, pese a todo, su familia, no sabe prescindir del lastre que los acompaña, al menos, hasta que alguien se lo hace ver claro.

Sueños rotos está escrito de una manera trepidante, luchando contra el paso del tiempo que es el enemigo de Niaga, pero también entrando en aspectos que tanto le gustan al autor barcelonés: la juventud vivida con autenticidad, el deseo de crecer, los sueños… la vida que ha de ser vivida sin que nadie nos lo cuente.

Interesa mucho el personaje de Elsa, la joven idealista, que lucha por lo que cree y que no se resiste a perder la confianza en los demás. Elsa es una de esas chicas que un buen día descubre que no le gusta cómo vive, que está harta de las cosas manidas y trilladas y que necesita volar; aunque también valora sus raíces.

Los prejuicios, en definitiva, nunca son buenos compañeros de viaje.