Monthly Archives: abril 2010

Mi hermano el genio

 

Mi hermano el genio,

Rodrigo Muñoz Avia,

Barcelona, Edebé, 2010, Tucán.

 

Lola es una niña a la que le gusta el fútbol y juega en el equipo masculino de su colegio, porque no hay otras niñas que quieran jugar; pero ésta no es su preocupación. A Lola le preocupa no estar a la altura de las expectativas de su madre porque entiende muy bien que en el mundo hay dos categorías de personas, los genios y los demás. Entre los genios está su hermano Gracián, que es un virtuoso del piano y, entre los demás, está Lola y varios millones de personas. Lola lo cuenta de una manera divertida y directa, pero entendemos que esas comparaciones le hacen daño porque cada persona tiene su propia trayectoria y hay que evitar decir que uno es mejor que el otro, sobre todo, entre hermanos. No obstante, Lola se lo toma con humor y no siente celos de su hermano, en absoluto.

Mi hermano el genio, cuyas líneas argumentativas acabamos de trazar, ha obtenido el último Premio Edebé de Literatura Infantil, aunque es un buen alegato para padres y lectores mayores. A veces uno no se da cuenta de que sus palabras calan más hondo de lo que parece y es lo que le pasa a Lola.

Rodrigo Muñoz Avia se camufla tras la propia Lola, a la que le cede la palabra, ya que la novela está escrita en primera persona, y permite que se establezca un contacto directo entre la narradora y los lectores.

Gracián está ensayando todo el día y eso llega a ser molesto, para Lola y los vecinos, pero a su madre le resulta esencial. La madre de Lola es profesora de música y muy perfeccionista, su padre se lo toma todo con más ironía. Tanto es así que Lola toma clases de violín, instrumento para que cual, inicialmente, no está muy bien dotada, pero su madre así lo ha decidido.

La novela está llena de momentos tiernos, frescos, divertidos y realistas porque Lola, con la visión limpia que le da la edad, es la única que se da cuenta de que su hermano está agotándose de tanto ser genio. La bomba estalla cuando concursa para un premio muy importante y, a mitad del concurso, decide retirarse y dejar de hablar. Solo la intuición de la niña y su sensibilidad sacarán a Gracián del mutismo y darán una lección a sus padres. Por fin, de alguna manera, Gracián va a dejar de ser genio y empezará a ser una persona normal, como las demás.

Mi hermano el genio es una novela que habla de respeto hacia las propias características individuales de cada persona, sean hijos, hermanos o padres. No se puede obligar a nadie a que siga un camino que no le gusta puesto que fracasará; en todo caso, hay que acompañarlo en ese proceso, que es lo que, al final, hacen los padres de Lola con ella y su hermano. Es más, la niña nota que igual con el tiempo el violín le puede gustar.

 

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Totus Plautus (o casi)

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Totus Plautus (o casi)
Alzira, Algar, 2010

Los clásicos son esos libros que nos cuentan historias atemporales, puesto que siempre nos interesan ya que aluden a la entraña misma de lo humano, a nuestros sentimientos, pasiones, necesidades, dudas y miedos. Acercarse a los clásicos es acercarse a un buen amigo que siempre tendrá las palabras adecuadas para cada ocasión. Parece que la literatura clásica y la juvenil tengan que estar reñidas y nada es más falso puesto que ambas pueden darse la mano, acaso la literatura juvenil sirva para tender un puente necesario que llevará al adolescente o joven a disfrutar de los clásicos.
A menudo el problema está en cómo ofrecer la historia clásica si adaptada o en formato original. Muchas veces el idioma en el que fue escrita es un obstáculo para el lector actual ya que desconoce muchos de los giros idiomáticos y no tiene elementos del contexto para entender bien la historia. Se trata de acercárselo, de ofrecerle la historia de una manera nueva, sin desvirtuar la original, por supuesto, pero dándole la posibilidad de que entienda y disfrute de la lectura de la obra en sí.
José Antonio Martínez (Hellín, Albacete, 1956), profesor de Lengua y Literatura españolas, nos ofrece “Totus Plautus (o casi)”, editado por Algar recientemente en la colección Teatro de papel, que es una recopilación-adaptación de las mejores obras de Tito Maccio Plauto, el padre de la comedia teatral. Plauto no está lejos de nuestro mundo, en absoluto, y José Antonio Martínez así lo ha entendido al recrear sus momentos más significativos. Es una buena manera para que los jóvenes se acerquen, con la mirada limpia, a uno de los grandes clásicos del teatro latino.
En Plauto no sólo encontramos risa y chanza, sino que, a menudo, sus personajes reflexionan en voz alta y nos transmiten lecciones de vida que nos pueden ser muy útiles en este mundo nuestro tan convulso. Para que, por ejemplo, entendamos que, a veces, es verdad eso de que no hay nada nuevo bajo el sol, en la obra “Bacchides”, el padre y el esclavo preceptor se lamentan de la educación del momento, del poco respeto que tienen los jóvenes por sus mayores y del cambio de costumbres. ¿Nos suena, verdad?
La ironía, el gracejo, los juegos de palabras, los equívocos entre personajes son ingredientes que hacen que el teatro de Plauto sea inconfundible. En esta ocasión, José Martínez estructura la obra en torno a dos tramas, la “Aulularia” y “Amphitruo”, aunque también toma elementos de “Miles Gloriosus” y de “Casina” y otras obras. No obstante, encontramos partes de creación del profesor necesarias para unir unas escenas con otras e, incluso, hay mezcla de personajes y de caracteres. Las aportaciones personales siguen muy bien el espíritu de Plauto y tratan también de aludir a nuestros días. Ya en el prólogo podemos escuchar a Pseudolo que presenta la obra diciendo, por ejemplo: “En confianza, las modernas [comedias] que se estrenan ahora no les llegan [a las antiguas] ni a la suela de los zapatos. Nosotros en cuanto supimos que deseabais ver comedias de Plauto, como no sabíamos cuál ofreceros, decidimos preparar un surtido de lo más variado. Así que desterrad de vuestro espíritu las preocupaciones y olvidaos de las deudas, de los fracasos amorosos y de los problemas laborales, porque la representación va a comenzar”.
Cabe destacar la introducción a la obra en donde el profesor Martínez explica quién era Plauto y sus principales características. Es una herramienta útil para entender la obra en sí. En definitiva, “Totus Plautus (o casi)” pretende “que nuestros escolares estén lo más cerca posible del gran comediógrafo” y pensamos que lo consigue.
Las obras teatrales pierden con la lectura, puesto que, por sus características, necesitan otros elementos, el escenario, los actores; no obstante, son una buena introducción para sembrar la curiosidad y hacer futuros aficionados al teatro.
Así que, preparados para reírnos a carcajadas, con los personajes, ya arquetipos teatrales, del criado, el militar, el viejo avaro, los dioses intrigantes, la mujer joven, la alcahueta…

El embrujo de Chalbi

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El embrujo de Chalbi,
Fernando Claudín
Madrid, Anaya, 2004, (Espacio Abierto, 109)

El embrujo de Chalbi es una novela que gustará a todos los lectores y lectoras ansiosos por tener aventuras, a aquellos que crean en la importancia de la amistad y en la llamada del amor. No todos los viajes de fin de curso son iguales y buena prueba de ello es este libro.
Un grupo de jóvenes y sus dos profesores son abandonados, junto al conductor del vehículo, por el guía en pleno desierto de Chalbi (Kenya) y han de lluchar y poner a prueba todo lo bueno que tienen dentro para salir adelante. Chicos y chicas pasan por distas fases y todos acaban madurando y transformándose, incluidos los profesores.
Fernando Claudín escribe un relato ágil, lleno de diálogos y con gran sentido del humor porque, ante las situaciones extremas, intenta añadir un toque de ironía o de distancia.
Sea como sea, el libro nos habla de la solidaridad, de la convivencia y de muchos valores positivos que son indispensables para crecer.
En nuestra sociedad occidental, tan cómoda y llena de cosas, a veces se pierde la perspectiva de lo que de verdad importa. Por eso, libros como el que recomendamos son importantes para los jóvenes de hoy y los que lo fueron hace años, porque nos sitúan cara a cara con la vida, con lo que de verdad vale la pena.
Este grupo vive experiencias realmente excitantes y, a menudo, llenas de peligro. La magia de África planea en todo el relato, con su paisaje, con su fauna, con sus gentes. Es un canto a lo distinto y al respeto que nos debemos unos a otros.
Como bien nos dice el propio narrador, al principio del relato, El embrujo de Chalbi supone un viaje iniciático para estos chicos y chicas. Es, por lo tanto, mucho más que un simple viaje de final de curso : “Así pues su viaje de fin de curso a Kenia se transformó en un viaje iniciático, en un viaje de superación personal, que los ayudó a conocerse mejor, enseñándoles facetas de su personalidad que ignoraban” (pág. 8). El grupo es abandonado por el guía en pleno desierto y ha de aprender a sobrevivir en unas condiciones adversas, a la vez que cada uno de ellos pone a prueba lo mejor y lo peor de sí mismo. Todos salen reforzados de la experiencia, incluidos los profesores.

Guía de lectura: http://www.anayainfantilyjuvenil.com/catalogos/proyectos_lectura/IJ00128901_9999999394.pdf