Category Archives: Premi Literari

El faro de la mujer ausente

El faro de la mujer ausente,

David Fernández Sifres, Edelvives, 2011

Anabel Sáiz Ripoll

El faro de la mujer ausente, del escritor leonés David Fernández Sifres, XI Premio Alandar, es un relato lleno de registros y de aciertos literarios. En primera persona, Hugo, de 16 años, narra una historia del pasado que habría de conmoverlo y cambiarle la vida para siempre. Todo trascurrió en la localidad normanda de Bellemer donde Hugo pasó un verano más que distinto o emocionante, lleno de experiencias enriquecedoras que lo harán crecer y madurar. Y es que El faro de la mujer ausente es también el relato de un viaje iniciático que arranca con un Hugo escéptico, inseguro, y termina con otro chico, ni mejor ni peor, aunque sí más solidario y humano.
Hugo resultó ser el ganador de un curso intensivo de francés. De ahí que se trasladara solo, en avión, a París. Todo es nuevo para él, aunque sabe encajarlo bastante bien. Conoce a los que serán sus compañeros de grupo e, inicialmente, parece que todo va a ser normal. Hasta que un día, desoyendo las advertencias de un viejo pescador, se interna por un camino solitario y asiste a lo que él cree que es el asesinato de una mujer por un soldado. Una mujer quien desea entregarle un papel que aparece misteriosamente en sus bolsillos. Hugo sufre un desmayo y despierta en el hospital, atendido por una simpática enfermera. No obstante, ya nada será lo mismo. Poco a poco, con la ayuda de algunos de sus compañeros, Gabriella, sobre todo, va encontrando nuevas pistas que lo conmueven hasta lo más hondo y lo llevan al abismo porque Hugo, en más de una ocasión, cree que se ha vuelto loco.
El relato, por lo tanto, mezcla dos líneas narrativas. Por un lado, la actual, con el curso de francés y todas las actividades docentes y lúdicas. Por el otro, el episodio del asesinato que se remonta a la Segunda Guerra Mundial y que une al viejo farero, Bernard, con el pescador, la joven asesinada y un misterioso soldado alemán. Para solucionar ese episodio que aún no ha cicatrizado, Hugo y sus amigos tendrán que abrir aún más las heridas y removerlas hasta llegar al fondo y poder, así, cerrar un capítulo más de la guerra, uno de esos momentos que mezclan lo más sublime del ser humano con lo más abyecto, porque las situaciones límite, y una guerra lo es más que nada, ponen a prueba a las personas.
El faro de la mujer ausente es un relato antibelicista que clama contra todas las guerras y el dolor y la perdición que suponen para las buenas gentes que se ven abocadas a ellas sin haberlo pedito. En esta ocasión, se centra en el desembarco de Normandía, pero podemos aplicarlo a cualquier guerra. Dos de los compañeros de Hugo, uno alemán y otro inglés, que no cesan de criticarse mutuamente por esos orígenes, acaban, gracias a dos excombatientes de ambos bandos, aceptando que son más los puntos que los unen que los que los separan.
La novela también nos habla de sentimientos y alude a lo que podemos llamar el primer amor de Hugo, que no sería para toda la vida, no, pero que le dejó un poso importante. También lo enfrenta a la muerte, con el personaje entrañable de Klara. Y, sobre todo, permite que el lector reflexione sobre unos hechos que nunca debieron de haber ocurrido y que sembraron el dolor por doquier.
El faro de la mujer ausente recoge es una novela de amplios registros puesto que, siendo una novela histórica de base, contiene elementos de novela de misterio, con otros, como ya dijimos, de viaje iniciático y aún de novela sentimental. Todo forma un entramado narrativo muy sugerente. David Fernández Sifres maneja con destreza la descripción de sensaciones y sentimientos y emplea, para ello, imágenes y metáforas muy impactantes y con gran potencia emocional. En cuanto a la descripción de personajes logra introducirnos en la psicología de Hugo y, poco a poco, en la de los principales actores del relato. Muchos son personajes ancianos, lo cual es un ingrediente básico para la novela, porque son los ancianos quienes tienen la memoria de lo que ocurrió en la guerra.
La novela se divide en veintitrés capítulos y un epílogo y arranca de un presente, la muerte del viejo farero, que permite destapar todos los hechos que Hugo rescata para el lector, puros y frescos, como están grabados aún en su mente. Un relato, en suma, redondo, que gustará a los jóvenes, pero también a los adultos.

Industrias Gon


La Princesa Doña Letizia entregó ayer en Alcalá de Henares el XIV Premio Cervantes Chico al escritor de literatura infantil y juvenil Fernando Lalana como han reflejado medios como Periodista Digital

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Como Homenaje de Pizca de papel nuestra colaboradora Anabel Sáiz Ripoll ha preparado una reseña de sus últimos libros: Industrias Gon con la que inauguramos una serie dedicada a la obra de Fernando Lalana. ¡Enhorabuena Fernando!

Industrias Gon
de Fernando Lalana-José Mª Almárcegui.
Ilustraciones de Mike Casal.
Madrid, Macmillan Infantil y Juvenil,

col. Librosaurio, 2010. 144 pp.,

En el relato, Nico es un joven avispado y huérfano, que vive en un orfanato en Miranda del Ebro. Un buen día su vida cambia porque recibe una oferta de trabajo de la manera más insospechada, a través de un anuncio en el periódico que le llega volando… y con varios años de retraso; pero eso Nico no lo lee. Decide escaparse y tomar el tren que lo llevará de Miranda a Zaragoza, en donde está su futuro. Allí conoce al sr. Gon, de González, quien, en principio, se muestra reticente y desconfiado con la presencia de Nico.

Lo curioso de la historia es que Gon dirige una pequeña fábrica de artículos de broma y malvive más que otra cosa, porque su hermano, que era el cerebro, murió antes de llevar a cabo sus múltiples ideas. Ahora bien, Nico es mucho más listo de lo que parece y encuentra los cuadernos de Cecilio, quien se le aparece de una manera más bien estrambótica. Total, gracias a Nico, el sr. Gon vive una segunda juventud.
Venden sus productos a una gran empresa francesa, aunque se hace llamar Fumanchú, aunque la operación resulta fallida puesto que los de Fumanchú son unos piratas que comercializan los productos de Gon con su nombre. Ahora bien, eso no importa ya demasiado, porque la vida de Gon y de Nico ha cambiado, ha dado un vuelco espectacular gracias a Odile, una atractiva francesa, rica y relacionada con la industria de la broma. Y el lector ya verá qué pasa y cómo acaba la historia.
Industrias Gon es un relato muy divertido, que se desarrolla en la década de los 60, en una capital, Zaragoza, que Lalana, por supuesto, conoce muy bien y que suele recrear en sus obras. Los dos personajes principales, Nico y Gon aparecen muy bien caracterizados, sobre todo Gon, que es quien evoluciona más en la novela, porque, de aparecer como un viejo descuidado y desalentado, se convierte en un hombre maduro, de buen ver y con ilusiones.
En cuanto al negocio de la broma, que es el que ocupa a Gon, Lalana lo describe muy bien y se recrea en ello. Todo tipo de elementos divertidos, para gastar bromas les o pesadas aparecen en el relato, como las bombas fétidas. ¿Sabía el lector que existen cuatro tipos de bombas fétidas? Pues si lee Industrias Gon sabrá esto y mucho más.
La novela se estructura en dos partes, más una “Previa”. A su vez se organiza en capítulos que van desgranando una historia hilarante, llena de humor, aunque también tierna y muy humana. Resultan conmovedoras las apreciaciones que hace Gon de sí mismo, cuando se considera poca cosa para Odile.
Industrias Gon se lee deprisa, puesto que hay mucho diálogo y el estilo narrativo es ágil. Cada página se recorre con una sonrisa puesto que los dos personajes resultan entrañables. Mikel Casal, que es quien ilustra el libro, nos los muestra en la portada rodeados por sus inventos.
Los lectores de 10 años en adelante, y los mayores, se divertirán leyendo esta historia. Los adultos también reconocerán elementos de su época, como esas tiendas en que se vendían toda clase de artículos de broma mezcladas con otros productos. Y los pequeños disfrutarán con las ocurrencias de Gon y Nico.
Publicado por Carmen Fernández Etreros para El Blog de Pizca de Papel el 10/20/2010 01:16:00 AM

 

Por Anabel Sáiz Ripoll.
Industrias Gon es un relato firmado por dos autores que forman un tándem estupendo, Fernando Lalana y José Mª Almárcegui. No es que se sienten a escribir juntos, en absoluto, eso sería más bien complicado. Parece ser que José Mª Almárcegui tiene una imaginación desbordante y aporta las ideas, a cual más descabellada e ingeniosa; mientras que Fernando Lalana, reciente Premio Cervantes Chico, sabe muy bien cómo dar forma a este torrente imaginativo. Juntos, repetimos, has elaborado obras tan absolutamente geniales como Los hijos del Trueno.

Mujer mirando al mar

Mujer mirando al mar,
de Ricardo Gómez.
Madrid, SM, Premio Gran Angular 2010.
Cartoné, 128 pp., 15,5 x 23,8 cm., 15.50 €.

 

Por Anabel Sáiz Ripoll

 

Mujer mirando al mar, el reciente Premio Gran Angular, es un título daliniano para una novela diferente que ahonda, entre otros muchos aspectos, en el proceso de creación literario. Ricardo Gómez realiza un ejercicio de metaliteratura muy interesante puesto que no escribe un relato lineal, sino que, en su papel de autor y narrador, va exponiendo qué proceso sigue, como escritor, para organizar sus materiales y escribir una novela o un relato largo. Parte de una vieja carpeta encontrada y de unos poemas que cuentan una historia enclavada en la posguerra española, de amor y de luchas clandestinas, en una época en que casi todo estaba prohibido…”.

 

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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 6/01/2010 10:01:00 AM

Mi hermano el genio

Mi hermano el genio

 

 Mi hermano el genio, de Rodrigo Muñoz Avia (textos) e Jordi Sempere (ilustraciones). Premio Edebé de Literatura Infantil. Barcelona, Edebé,  col.Tucán verde, 2010. Rústica, 186 pp., 19×15 cm., 7.95 €. 

 Por Anabel Sáiz Ripoll.

Lola es una niña a la que le gusta el fútbol y juega en el equipo masculino de su colegio, porque no hay otras niñas que quieran jugar; pero ésta no es su preocupación. A Lola le preocupa no estar a la altura de las expectativas de su madre porque entiende muy bien que en el mundo hay dos categorías de personas: los genios y los demás. Entre los genios está su hermano Gracián, que es un virtuoso del piano y, entre los demás, están Lola y varios millones de personas. Lola lo cuenta de una manera divertida y directa, pero entendemos que esas comparaciones le hacen daño porque cada persona tiene su propia trayectoria y hay que evitar decir que uno es mejor que el otro, sobre todo, entre hermanos. No obstante, Lola se lo toma con humor y no siente celos de su hermano, en absoluto.

Mi hermano el genio, cuyas líneas argumentativas acabamos de trazar, ha obtenido el último Premio Edebé de Literatura Infantil y es un buen alegato para padres y lectores mayores. A veces uno no se da cuenta de que sus palabras calan más hondo de lo que parece y es lo que le pasa a Lola.

Rodrigo Muñoz Avia se camufla tras la propia Lola, a la que cede la palabra, ya que la novela está escrita en primera persona, y permite que se establezca un contacto directo entre la narradora y los lectores. Gracián está ensayando todo el día y eso llega a ser molesto, para Lola y los vecinos, pero a su madre le resulta esencial. La madre de Lola es profesora de música y muy perfeccionista, su padre se lo toma todo con más ironía. Tanto es así que Lola toma clases de violín, instrumento para el cual, inicialmente, no está muy bien dotada, pero su madre así lo ha decidido.

La novela está llena de momentos tiernos, frescos, divertidos y realistas porque Lola, con la visión limpia que le da la edad, es la única que se da cuenta de que su hermano está agotándose de tanto ser genio. La bomba estalla cuando concursa para un premio muy importante y, a mitad de éste, decide retirarse y dejar de hablar. Sólo la intuición de la niña y su sensibilidad sacarán a Gracián del mutismo y darán una lección a sus padres. Por fin, de alguna manera, Gracián va a dejar de ser genio y empezará a ser una persona normal, como las demás.

Mi hermano el genio es una novela que habla de respeto hacia las propias características individuales de cada persona, sean hijos, hermanos o padres. No se puede obligar a nadie a que siga un camino que no le gusta, pues fracasará; en todo caso, hay que acompañarlo en ese proceso, que es lo que, al final, hacen los padres de Lola con ella y su hermano. Es más, la niña nota que igual con el tiempo el violín le puede gustar.

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Palabras envenenadas

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PALABRAS ENVENENADAS,

Maite Carranza,

Barcelona, Edebé, 2010, (Periscopio, 78).

 

Anabel Sáiz Ripoll

 

Palabras envenenadas es el último Premio Edebé de Literatura Juvenil. Se trata de un libro valiente y comprometido que narra una historia estremecedora y arriesgada. Maite Carranza nos ofrece un relato de impecable factura en el que no sobra ningún detalle. Lejos de sus novelas más frescas e irónicas, más mordaces y divertidas, la escritora barcelonesa apuesta por un drama que nos remueve todos los cimientos.

Palabra envenenadas nos ofrece la crónica de un día, un día distinto y especial en el que, para algunos, el tiempo corría en su contra y, para otros, parecía hacerlo a su favor. Ofrece además un ejemplo de perspectivismo porque el relato, escrito en  3ª persona y 1ª persona, permite conocer el punto de vista de tres personajes más el de la propia protagonista.

Bárbara Molina lleva 4 años desaparecida, desde que tenía 15. Todos creen que ha muerto, menos el inspector que llevó su caso, Salvador Lozano, quien, a punto de jubilarse, se resiste a dar por pérdida a Bárbara. A estos dos personajes se suman, Núria Solís, la madre de Bárbara, y Eva, quizás la mejor amiga de la joven, al menos, hasta que las cosas se torcieron.

Gracias a estos personajes vamos atando cabos y llegando a una conclusión que nos parece monstruosa y que queremos desechar, pero que se acaba imponiendo sobre las demás hipótesis.

Bárbara era una chica hermosa, una chica con un buen porvenir, especial, sin embargo su propio padre se encargó de anularla, de vejarla y de torturarla porque Palabras envenenadas pone el dedo en la llaga al referirse a los abusos sexuales que sufren aún muchos niños y niñas, Bárbara es un ejemplo de ello.

Harta de esas prácticas, llena de miedo, pensó en huir, pero su padre fue más rápido y acabó sepultándola en vida en una especie de zulo al que acudía para darle de comer y saciar sus perversiones; no obstante, Bárbara aún tiene esperanzas, pero Él (al que conocemos al principio por el uso en mayúsculas del pronombre personal), se encarga de hacerla pasar por mala, por la causante de todas las desgracias.

El inspector Lozano, un hombre cabal y muy humano, aún sabe que hay algo en la historia que no casa y esa última pieza del puzzle se la da Eva, la joven a la que Bárbara pide ayuda. Ha conseguido el móvil del su padre y, con mil penurias, realiza esta llamada que le salva la vida y cambia el rumbo de la vida de todos los implicados en la trama, del inspector, de Eva, de Núria y, por supuesto, de Pepe Molina, el supuesto padre estupendo, entregado solo a la causa de recuperar a su hija, amante de su familia y un cínico por emplear un calificativo suave.

Interesa mucho destacar el personaje de Núria Solís, la madre, a la que Pepe se ha encargado de anular, a la que ha ninguneado toda la vida, ha desautorizado y ha sometido ha toda clase de presiones. Esta mujer que toma tranquilizantes, que es una sombra de lo que era, que se fía de su marido aún… cuando descubre la verdad empieza a entender muchas cosas y retoma, con esfuerzo, su propia personalidad, coge fuerzas de su propia hija y entiende que tiene que actuar. Ella y el inspector son los que corren más para parar el tiempo.

Palabra envenenadas ofrece el retrato de una sociedad que se nutre de las falsas apariencias, de vive de espaldas a la verdad, que, a menudo, no quiere saber la verdad y se escuda en tópicos y en mitos.

Maite Carranza escribe sin que le tiemble el pulso, pero es elegante en su prosa, no busca el sensacionalismo, sino la verdad y la denuncia, por eso no entra en escenas que podrían ser truculentas, solo la esboza y más bien se centra en la psicología de los personajes de los que hace unos retratos excelentes. Aprendemos a conocer a Bárbara, la acompañamos en su encierro y nos sentimos impotentes como ella misma; pero apreciamos de verdad al inspector Lozano y deseamos que solucione el caso antes de jubilarse; entendemos a Eva, sus dudas y vacilaciones y le damos coraje para sumar dos y dos y, por fin, levantamos a Núria, le soplamos al oído que tiene que ser ella y nadie más quien proteja a Bárbara.

Sin duda, es una novela que va a conmover a quien la lea y que merece ser difundida porque, a menudo, la verdad que más duele es la que está escondida. Palabras envenenadas se lee deprisa, con el aliento contenido y el alma en vilo. Es una novela realista, con un final inesperado, aunque mantiene, eso sí, la llama de la esperanza.

 

http://www.culturamas.es/2010/05/03/palabras-envenenadas-de-maite-carranza/

Mi hermano el genio

 

Mi hermano el genio,

Rodrigo Muñoz Avia,

Barcelona, Edebé, 2010, Tucán.

 

Lola es una niña a la que le gusta el fútbol y juega en el equipo masculino de su colegio, porque no hay otras niñas que quieran jugar; pero ésta no es su preocupación. A Lola le preocupa no estar a la altura de las expectativas de su madre porque entiende muy bien que en el mundo hay dos categorías de personas, los genios y los demás. Entre los genios está su hermano Gracián, que es un virtuoso del piano y, entre los demás, está Lola y varios millones de personas. Lola lo cuenta de una manera divertida y directa, pero entendemos que esas comparaciones le hacen daño porque cada persona tiene su propia trayectoria y hay que evitar decir que uno es mejor que el otro, sobre todo, entre hermanos. No obstante, Lola se lo toma con humor y no siente celos de su hermano, en absoluto.

Mi hermano el genio, cuyas líneas argumentativas acabamos de trazar, ha obtenido el último Premio Edebé de Literatura Infantil, aunque es un buen alegato para padres y lectores mayores. A veces uno no se da cuenta de que sus palabras calan más hondo de lo que parece y es lo que le pasa a Lola.

Rodrigo Muñoz Avia se camufla tras la propia Lola, a la que le cede la palabra, ya que la novela está escrita en primera persona, y permite que se establezca un contacto directo entre la narradora y los lectores.

Gracián está ensayando todo el día y eso llega a ser molesto, para Lola y los vecinos, pero a su madre le resulta esencial. La madre de Lola es profesora de música y muy perfeccionista, su padre se lo toma todo con más ironía. Tanto es así que Lola toma clases de violín, instrumento para que cual, inicialmente, no está muy bien dotada, pero su madre así lo ha decidido.

La novela está llena de momentos tiernos, frescos, divertidos y realistas porque Lola, con la visión limpia que le da la edad, es la única que se da cuenta de que su hermano está agotándose de tanto ser genio. La bomba estalla cuando concursa para un premio muy importante y, a mitad del concurso, decide retirarse y dejar de hablar. Solo la intuición de la niña y su sensibilidad sacarán a Gracián del mutismo y darán una lección a sus padres. Por fin, de alguna manera, Gracián va a dejar de ser genio y empezará a ser una persona normal, como las demás.

Mi hermano el genio es una novela que habla de respeto hacia las propias características individuales de cada persona, sean hijos, hermanos o padres. No se puede obligar a nadie a que siga un camino que no le gusta puesto que fracasará; en todo caso, hay que acompañarlo en ese proceso, que es lo que, al final, hacen los padres de Lola con ella y su hermano. Es más, la niña nota que igual con el tiempo el violín le puede gustar.

 

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Alba de Montnegre

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ÁLVAREZ, Luz; CAÑAS CORTÁZAR, Alicia (il.)
Alba de Montnegre
Madrid, Bruño, 2008, (Premio Lazarillo 2007), 170 páginas

Alba de Montnegre, Premio Lazarillo, pertenece al género de novela histórica, ya que se ambienta en Toledo, a finales del S. XV. Luz Álvarez, su autora, forma parte, en terminología empleada en la revista “Qué leer” de “La nueva ola de la literatura juvenil” porque se puede considerar un joven valor de la literatura actual que ya ha publicado otra novela dedicada al público juvenil, Tomás, buscador de la verdad.
Alba de Montnegre es una novela ágil, bien escrita y estructurada que se centra en un momento especial de nuestra historia: los preámbulos de la expulsión de los judíos, justo cuando los ánimos empezaban a estar más soliviantados y la pacífica convivencia entre culturas amenazaba con romperse. Alba es una joven chica, a la que su padre y su aya han educado de forma integral; es decir, gusta del estudio, pero también sabe montar a caballo y defenderse con una espada. Ignora quién fue su madre, aunque las malas lenguas dicen que fue bruja, de ahí que desapareciera. Su propio padre es un sabio entregado a sus investigaciones, pero solidario con los que son acusados injustamente. Padre e hija han de emplearse a fondo para defender sus principios y no sucumbir a las acusaciones de las que son objeto.
Alba de Montnegre recrea la vida en una ciudad como Toledo, su mercado, sus aromas; pero también la forma de hablar, muy cuidada por la autora, los usos sociales y la diferencia de clases, la manera de vestir y las costumbres. No olvida aludir al Santo Oficio y al terror que sembraba, ni a los Reyes Católicos que estaban empezando la campaña de Granada.
Es, en definitiva, una novela amena y atractiva, no exenta ni de misterio ni de suspense.

EL MISTERIO VELÁZQUEZ

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EL MISTERIO VELÁZQUEZ, Eliacer Cansino,
Bruño, (3 1999). Premio Lazarillo 1997. A partir de 14 años
Anabel Sáiz Ripoll

Eliacer Cansino nos ofrece una historia llena de misterio en torno a “Las Meninas”. Nicolás Pertusato, en primera persona, cuenta su vida, su llegada a la corte madrileña, sus avatares y, sobre todo, su relación con Diego Velázquez.
Nicolás, pese a su condición física, por su inteligencia y dotes de observación, se va haciendo un sitio y es el muchacho que aparece retratado en “Las Meninas”, con el perro al lado. El niño, de pequeño, aprendió a recitar versos de “La Divina Comedia”, sobre todo del Infierno y ahí se centra el misterio. Velázquez parece que hizo algún pacto con un tal Nerval, un personaje siniestro que gusta de escuchar estos versos del Infierno y, sólo a la muerte del maestro, descubre Nicolás la verdad. Así averigua por qué alguien pintó la Cruz de Santiago en el pecho del pintor y, sobre todo, que la esperanza ha de dejar atrás a las tinieblas; así lo entiende el muchacho que cumple 16 años cuando acaba la historia, aunque él se siente mucho mayor.
El libro se organiza en capítulos breves que son los cuadernos de Nicolás; está escrito con un estilo ágil, respeta la realidad histórica, aunque añade notas de misterio que son las que aportan el ingrediente mágico que tanto ayuda al relato.
Excelente reivindicación del personaje del bufón al que Velázquez tanto defendió.

Calvina

calvina
CALVINA,
De Carlo Fabretti, SM, 2007

Anabel Sáiz Ripoll

Carlo Frabetti (Bolonia, 1945) obtuvo con “Calvina” Premio Barco de Vapor, en la 29ª edición. El Jurado, entre otros aspectos, destacó, “su sentido del humor, su defensa de la lectura y su sentido poético y musical”. Para el autor, el Premio supuso un apoyo importante en su carrera profesional y en su trayectoria personal. Carlo Frabetti manifestó al saberse ganador que “Lo más importante al escribir es tener la sensación de estar logrando darle a algo que llevas dentro una forma accesible a otras personas. En una palabra, la sensación de compartir”.
“Calvina” es una historia sugerente y enigmática, puesto que se escribe casi a medida que transcurre. El lector se sorprende, al final del relato, siendo testigo de una historia que puede ocurrir en cualquier momento o que acaba de ocurrir.
“Calvina” narra las vicisitudes de una niña o un niño (no sabemos qué es en realidad) que vive con un enorme lobo negro en una gran casa, llena de recovecos, que guarda a su madre muerta en un frigorífico y que ansía tener un padre por encima de todo. Con estos preámbulos uno podría pensar que es una novela truculenta, pero se engañaría porque el humor es la clave para entenderla; el humor y la ternura.
Un ladrón, de buenos instintos, Lucrecio acaba fingiéndose padre de Calvina o Calvino y viviendo en el caserón escenas que rayan la locura o, al menos, lo surrealista. Así, visita un manicomio biblioteca donde los pacientes se identifican con personajes literarios o con sus propios autores, ya sea Italo Calvino, Tarzán, Alicia…; también conoce a un enano que, en realidad, es un gigante –porque eso de la estatura se mide por otras coordenadas, al fin y al cabo, todo es relativo en la vida-. La magia envuelve continuamente la historia, al lado de episodios de intriga.
“Calvina” presenta dos hilos argumentales: el ladrón que entra a robar en la casa de Calvino y la peripecia del verdadero padre del niño/niña quien, en realidad, es el hermano del ladrón; pero eso ya forma parte de la lectura privada y cada uno ha de llegar a sus propias conclusiones.
Sea como sea, “Calvina” es una defensa a ultranza de la lectura, del placer de compartir una historia en soledad, de recrearla y de vivirla en nuestra propia mente. Así, en un momento, la bibliotecaria de esa extraña biblioteca-manicomio dice: “… leer un buen libro, una buena historia, nos ayuda a ordenar nuestras ideas y a comprender el mundo en el que vivimos”.
La novela está divida en 19 capítulos más un epílogo (que nos da las claves para que entendamos lo ocurrido hasta entonces) y se lee de un tirón puesto que resulta, al principio, tan chocante y excéntrica que el lector tiene ganas de saber qué hay detrás de la vida de Calvina o Calvino, sea quien sea. Carlo Frabetti juega con la ambigüedad y echa mano de una serie de elementos propios del género de terror, de suspense o policial, a los que dota de nueva vida puesto que los tamiza con humor.
Pensamos que los jóvenes lectores pasarán un rato divertido y que los lectores adultos podrán reflexionar acerca de ese juego de verdades y mentiras, de claroscuros, de magia y de fantasía, al fin y al cabo, como dice uno de los personajes estrafalarios de “Calvina”: “Estoy un poco loco, pero no soy tonto”.

Días de Reyes Magos

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DÍAS DE REYES MAGOS,
De Emilio Pascual, Madrid, Anaya, 2007

Anabel Sáiz Ripoll

“Días de Reyes Magos”, Premio Lazarillo 1998 y Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2000, es uno de esos libros que ganan con la relectura ya que, su contenido, sus matices y su expresión no pueden aprehenderse a la primera lectura. Necesita un poso, como los buenos vinos. Y es que “Días de Reyes Magos” es una novela que plantea el conflicto generacional típico entre padres e hijos, aparte de una historia de amor, pero es mucho más que eso, puesto que “Días de Reyes Magos” es un homenaje bellísimo a la literatura de todos los tiempos.
Si empezamos ya mirando la portada, de Javier Serrano, y tratamos de fijarnos en los detalles descubriremos que muchos son los personajes que la componen y todos ellos extraídos de grandes obras literarias: Max Estrella, el Principito, el Lzarillo… y un largo etcétera.
Uli, el personaje principal, nos cuenta, desde el pasado, una historia que le sucedió 20 años atrás, cuando era un adolescente y que le cambió la vida por completo. Uli no se entendía con sus padres y quería marcharse de casa y abandonarlo todo. Entonces, Cali, Calypso, la chica más dulce que él nunca conoció y de la que estaba enamorado, pone en marcha una conspiración literaria para tratar de retenerlo. El padre de Uli, que nunca ha sido un buen padre, se vuelca en ello y se convierte en un actor para que Uli acabe prendido de las redes de la literatura y leyendo a un supuesto ciego que está en el metro y que no es otro que su padre disfrazado, al que le aguarda un final rápido, pero antes, quiere ser el primer Rey Mago en la vida de su hijo. Cali actúa como el segundo Rey Mago. La madre de Uli sería el tercero, aunque al principio parece que su presencia es escasa, pero Uli la acaba reconociendo y valorando. Y la profesora de literatura sería el cuarto Rey Mago, una mujer que se hace la encontradiza en los pasillos y que le proporciona lecturas. Uli, en suma, cuando descubre qué hay detrás de todos los sobres que recibe, de todos los libros que le mandan al azar y de su relación con el ciego, aprende a valorarse y sabe, con certeza, que ha crecido y ha madurado.
Uli, el joven Ulises de nuestra historia, vive también su particular regreso a Ítaca. Empieza el libro, siempre en primera persona, contando que él dejó de creer en los Reyes Magos a los 8 años, pero, mira por dónde, como le dice su madre, 8 años después tiene que creer de nuevo.
“Días de Reyes Magos” se organiza en 15 capítulos breves que estructuran la historia en tres bloques clásicos, la presentación de los personajes, las vicisitudes en el metro y el desenlace de la historia. En el libro nada es gratuito, no lo son las citas iniciales, no lo es el comentario de la portada y las solapas, porque todo forma parte, como ya se ha dicho, de ese magnífico canto a la vida y a la literatura. Como bien le dice su padre o el ciego, depende de la perspectiva: “Hay tres clases de libros: los que no has leído ni hace falta que los leas; los que empezaste a leer una vez por equivocación y no tuviste el valor de abandonar en la página merecida, y los que lees y relees como quien visita al amigo o a la amada. En algún lugar de este triángulo ideal habría que situar las excepciones: los que no has leído, pero alguien de quien te fías te recomienda que leas. Estos últimos, como los amigos y las amadas, suelen ser fuente de consuelos y también de decepciones” (pág. 81).