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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 6/01/2010 10:01:00 AM
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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 6/01/2010 10:01:00 AM
La vida y poesía de Miguel Hernández,
Rosa Navarro Durán (textos),
Jordi Vila (ilustraciones),
Barcelona, Edebé, 2010.
Cartoné, 27 x 22,5 cm., 48 pp., 11.95 €.
ISBN: 978-84-236-9613-0
A partir de 8 años
Por Anabel Sáiz Ripoll,
especialista en Literatura Infantil y Juvenil
Miguel Hernández, su poesía y su personalidad, van a ser recordadas en este año en que se celebra el centenario de su nacimiento. Por lo tanto, será difícil no incurrir en repeticiones, incluso en tópicos. No obstante, la Dra. Rosa Navarro Durán en La vida y poesía de Miguel Hernández tiene la habilidad de ofrecernos un libro, que, en principio, se destina a los niños, que nos acerca, de una manera diáfana a la figura de este oriolano universal. No obstante, Rosa Navarro no pretende hacer apología de Miguel Hernández, sino contar, de una manera sobria, clara y real, las principales líneas biográficas del poeta.
Miguel Hernández, pues, se convierte en un hombre de carne y hueso, no en un mito, ni en un personaje ajeno o endiosado, sino en alguien que vivió, que sintió, que se enamoró y que siempre tuvo cierta propensión a la melancolía, aunque, a diferencia de otros hombres y mujeres, él fue capaz de plasmarlo en forma de poesía.
El libro, ya lo hemos dicho, va destinado a los niños, aunque la prosa de Rosa Navarro es tan precisa, amena y viva que, para quien no conozca nada o poco del poeta, el libro puede ser una aproximación correcta y muy cuidada.
La autora no se limita a dar las coordenadas biográficas, sino que las sitúa en su época y las contextualiza con versos del propio Miguel Hernández. La poesía de Miguel Hernández, sin duda, es una de las mejores de nuestra literatura y pensamos que es un acierto reproducir algunos de sus mejores versos para tratar de relacionarlos con su vida.
El libro se organiza, de una manera muy didáctica, en breves capítulos que van acotando los principales acontecimientos de la vida del poeta, sus lecturas en la sierra, el amor por Josefina, sus primeros versos, la muerte de su primer hijo, la guerra civil, la cárcel, su muerte. Rosa Navarro trata de mostrarse objetiva en lo que cuenta, tarea muy difícil porque la figura de Miguel Hernández, magnética y apasionada, atrapa desde el primer momento, aunque agradecemos a la autora esa capacidad de distanciamiento que permite que sean los lectores, y no ella, quienes extraigan sus propias conclusiones.
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Jordi Vila es el ilustrador de la vida de Hernández y capta de manera precisa todo el ambiente y todos los detalles que permitirán que, adultos, niños y jóvenes, entiendan de una manera más gráfica la peripecia vital del poeta quien, al fin y al cabo, en su vida solo pretendió un objetivo:
Querer, querer, querer:
Ésa fue mi corona,
Ésa es.
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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 3/22/2010 01:59:00 AM
MALA LUNA,
de Rosa Huertas,
Edelvives, 2009 (Alandar, 115).
248 págs., 9.20€.
ISBN: 9788426372505
A partir de 14 años, Literatura Juvenil
Por Anabel Sáiz Ripoll,
especialista en Literatura Infantil y Juvenil
A menudo en la literatura juvenil, se echan de menos historias comprometidas, que nos acerquen al presente sin olvidar el pasado. A veces se cae en el error de pensar que a nuestros chicos y chicas no entenderán ese pasado, porque se aleja de sus intereses, de sus ideas y nada más lejos de la realidad. Nuestros jóvenes necesitan aprender, necesitan saber dónde se hallan, cuáles son sus señas de identidad para no operar en el vacío. Nuestra sociedad tiende a los productos del quita y pon, al tengo o no tengo; pero huye de compromisos históricos, de todo lo que suponga un esfuerzo, un dolor o un hurgar en la herida. Por eso, Mala luna” supone una sorpresa para cerrar este año 2009, una sorpresa que une literatura con historia, sin olvidar los intereses de los adolescentes ni los temas más actuales. Rosa Huertas, profesora de instituto, conoce muy bien a los lectores y siente respeto por ellos, por eso no les escribe una historia almibarada ni rosa, sin pena ni gloria, sino que les brinda un relato cargado de compromiso, de luz, de verdad.
Clara y Víctor son dos jóvenes que estudian en un instituto de Orihuela, aunque, al principio, parece que nada tienen que ver, el azar los acaba uniendo. Los abuelos de ambos sí están relacionados por una historia con más claros que oscuros que les lleva a descubrir los últimos años del poeta oriolano por excelencia, Miguel Hernández. El abuelo de Clara estuvo con él en la cárcel los últimos tiempos y sabe del dolor que sufrió el poeta, aunque no ha querido compartirlo con nadie hasta que la propia Clara ha tirado del ovillo. El abuelo de Víctor, por su parte, Aurelio, ya ha muerto y no goza de las simpatías del Sr. Castillo, el abuelo de Clara, recién operado y convaleciente.
Víctor y Clara se alían para encontrar algo que parece una quimera, de lo que hablan los dos abuelos, el cuaderno de tapas negras en el que Miguel Hernández escribió sus últimos versos y que le fue requisado, a traición, por Aurelio, cuando murió en la cárcel de Alicante. Castillo ha vivido con la pena de saber que esos poemas están en malas manos y ahora, con Clara y Víctor implicados, parece que llega al final de la historia.
Aurelio Sánchez-Macías, el chino, arrastra un pasado lleno de contradicciones que le lega a su nieto en forma de memorias. Leemos, con el muchacho, una historia de amistad y de desconfianza. Aurelio fue amigo de Miguel Hernández, eran del mismo pueblo y quiso emularlo; pero la excelencia del poeta lo eclipsó. Con el estallido de la guerra, tan bien descrito en el libro, Aurelio supo estar del bando de los vencedores y no ayudó a su amigo, al contrario. Aurelio acabó medrando, amasando una gran fortuna y viviendo, en su interior, en una perpetua contradicción, entre la lealtad y la traición.
Clara y Víctor sufren con la historia de los abuelos y acaban medio enemistados, aunque, al final, puede más la juventud, la vida y se tienden la mano que no se tendieron los abuelos. El cuaderno de tapas negras de Miguel Hernández es el mismo en el que Aurelio escribe sus memorias y de donde el propio Miguel Hernández arrancó antes de morir las cuartillas escritas y le ofreció un poema al abuelo de Clara, “Ausencia de Aurora”.
Mala luna toma el título del verso hernandiano “Yo nací en mala hora” y sirve de contraste para Aurelio que, según piensa, él sí tuvo buena luna, pero no le sirvió de nada, aunque, en cualquier vida, hay momentos de luces y de sombras y Víctor acaba entendiendo que su abuelo es también digno de perdón y de cariño.
En la novela es interesante el tratamiento de los personajes. Por un lado, los dos abuelos, sobre todo Aurelio, un personaje redondo, torturado por su pasado, que no somos capaces de juzgar. Clara y Víctor son los dos adolescentes, que conectan con los lectores, llenos de vida, de proyectos, pero también de pesares y contradicciones. Víctor es un joven hijo de padres separados, muy serio y metódico, que no acaba de encajar en ningún sitio. Clara es una chica alegre, bulliciosa, que adora a su abuelo. Y, sobre todo, Miguel Hernández, el poeta, que es descrito por unos y por otros. Su vida, la incomprensión que sufrió por parte de su padre, las frustraciones que tuvo que vivir en Madrid, su dolor en la guerra y esa fuerza que transmitía siempre a los que lo rodeaban. Miguel Hernández el llamado “poeta cabrero” es un tópico manido, porque si bien es cierto que fue pastor de cabras, no lo es menos que se nutrió de la mejor literatura y que fue un autodidacta. Por casualidad no surgen sus imágenes gongorinas en “Perito en lunas”, sin ir más lejos.
Destacan los últimos momentos en la cárcel. Sabemos que allí, en otro cuaderno que sí se conserva, escribió su “Romancero y cancionero de ausencias”, su testamento poético en donde se incluyen las “Nanas de la cebolla” dedicadas a su segundo hijo (el primero murió muy pequeño).
Mala luna, por fin, es un buen preámbulo para empezar a celebrar el Centenario de Miguel Hernández y para acercar esa figura, de una manera humana y real, a los jóvenes lectores de hoy en día que no tienen por qué no gustar de la buena poesía.
Rosa Huertas se documenta con rigor, muestra gran respeto por sus personajes, maneja con soltura los distintos registros del idioma y, en suma, nos transmite de forma vivaz y realista un fragmento de nuestra historia reciente.
Más:
– Entrevista a Rosa Huertas en SEHACESABER.org
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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 12/31/2009 07:51:00 AM
RAFAEL ALBERTI PARA NIÑOS Y NIÑAS…
Y OTROS SERES CURIOSOS
Ediciones de la Torre, Madrid, 2007, Alba y Mayo, 490.
Anabel Sáiz Ripoll
El próximo año, que estamos a punto de iniciar, conmemorará el décimo aniversario de la muerte del poeta gaditano quien no pudo ver el año 2000 y quien fue, durante muchos años, la única voz viva de la llamada Generación del 27 o de la Amistad.
Buen momento, pues, para ofrecer de nuevo y recomendar vivamente este precioso libro con poemas de Alberti e ilustraciones de Federico Delicado. Nunca es demasiado pronto para empezar a leer poesía y la colección Alba y Mayo brinda, para niños y mayores, selecciones cuidadísimas de nuestros poetas a los que acompaña de ilustraciones muy esmeradas. Es lo que ocurre en el libro que hoy comentamos.
Rafael Alberti es un poeta de obra amplia y desigual, que se paseó por distintos estilos con total habilidad y que nos dejó un buen número de poemarios repartidos a lo largo de su fructífera vida.
En “Rafael Alberti para niños y niñas…” se recogen una serie de poemas muy musicales que juegan con la forma y el ritmo y que resultan muy apropiados para los más pequeños que, aunque no los entiendan del todo, gozarán con la sonoridad de las palabras de Alberti. Son poemas de su etapa neopopular, pero también de su etapa vanguardista y también de su exilio. Destacan algunos de los poemas que escribió en Roma, la antesala de su regreso definitivo a España, que ocurrió en 1977.
El libro se inicia con dos versos de Alberti que podemos hacer nuestros también y que representan toda una filosofía vital:
“Yo nunca seré de piedra.
Lloraré cuando haga falta”.
Son, pues, 23 poemas, que han sido mimados por las ilustraciones de Federico Delicado que se hermanan perfectamente con los textos. Rimas fáciles y no tan fáciles, alguna nana, animales, seres curiosos, sentimientos, personajes como la novia, afectos, juegos de palabras y mucha buena poesía, por descontado, es lo que nos encontraremos en “Rafael Alberti para niños…”.
El libro acaba con “Algunos datos del autor” que nos sitúan, breve, pero de manera completa, en la vida y en la obra de Rafael Alberti permiten al lector que aún no lo haya leído acercarse a la dimensión personal de este poeta que tanto amó el mar.
Se completa el texto con una página en blanco muy sugerente que se da en llamar “Notas del lector” y tiene la misión de servir de acicate al lector para que escriba su poema, pinte o recoge las impresiones que acaba de sentir al leer a Alberti… antes de que el tiempo las difumine.
En definitiva, excelente libro, de muy cuidada presentación y con un contenido impecable.
CAMINOS Y CANTARES,
ANTONIO MACHADO Y MANUEL MACHADO.
SELECCIÓN ANTONIO RODRÍGUEZ ALMODÓVAR,
EDELVIVES, 2009
Anabel Sáiz Ripoll
El libro que estamos reseñando es un volumen de gran calidad, tanto por el contenido como por la forma. Se trata de una pequeña joya, encuadernada con tapas duras, e ilustrada por Patricia Metola con unos trabajos hermosísimos que dignifican la palabra de los hermanos Machado al tiempo que enriquecen su mensaje gracias a la finura y a la sutileza de sus creaciones.
Antonio Rodríguez Almodóvar ha unido en el libro a los dos hermanos Machado, Manuel y Antonio, como lo estuvieron en vida, ya que ambos fueron inseparables y se educaron siguiendo una misma línea de pensamiento, la propia de la Institución Libre de Enseñanza. No obstante, ambos sufrieron peripecias vitales distintas. Cuando estalló la guerra, Manuel optó por permanecer en Sevilla y Manuel siguió el itinerario de la República, por lo tanto, el exilio y una serie de penurias que ya todos los que gustan de su poesía las saben. La historia ha sido injusta con Manuel y lo relegó a un segundo término, aunque sus poemas son de gran calidad literaria y su pensamiento también es digno de tenerse en cuenta. No hay por qué comparar a los dos hermanos, sino darles a cada uno su relevancia.
En el libro, Antonio Rodríguez Almodóvar escoge una serie de poemas populares, de tema tradicional en su mayoría o cercano, que tratan de recoger el sentir de la tierra andaluza, pero muestra cómo Antonio y Manuel a veces tratando el mismo tema lo hacen de manera distinta. Antonio mira más hacia dentro, en un modernismo sobrio y contenido, mientras que Manuel es más vistoso, sigue más de cerca la estela rubeniana y da más color y más alegría a sus poemas, aunque quizá Antonio sea el más profundo.
Merece la pena revisar a los clásicos y releerlos y darles nuevo brillo y nueva luz para que los jóvenes se acerquen sin prevención a la poesía, sin pensar que se trata de textos polvorientos y anquilosados que nada dicen. No hace mucho, con una alumna leí unos poema de Manuel Machado, de este mismo libro, los que dedica a la pintura y me confesó que le habían impactado sus imágenes y que le gustaría leer más. Eso es lo que pretende Antonio Rodríguez Almodóvar y lo va a conseguir.
“Caminos y cantares”, como el buen vino, contiene una serie de poemas reposados y meditados que darán al lector joven la idea de que lo añejo no tiene por qué estar anticuado y que, en definitiva, desde que el mundo es mundo, las aspiraciones de los seres humanos han sido siempre las mismas, y eso bien los saben los poetas. Los saben Don Antonio y don Manuel.