Monthly Archives: agost 2011

La niña que podía volar

 

La niña que podía volar

Victoria Forester,

Montena, Barcelona, 2010.

 

La niña que podía volar es un relato acerca de las diferencias y de lo difícil que es, a menudo, ser distinto en un mundo en el que se tiende a la homogeneidad. Parece que todos hubiéramos de seguir un dictamen y si alguien se sale de la fila está perdido o se le tacha de excéntrico o de imprudente o, lo que es peor, se le arrincona y ningunea. Por eso, novelas como la que estamos comentando, suponen una bocanada de aire fresco para los lectores. Piper es la protagonista y tiene un secreto enorme: puede volar. Es algo que ha descubierto sola, por sus padres, temerosos, no saben cómo enfocar el tema y es algo que le llevará a descubrir su talento y su potencial. Piper acaba ingresada en una escuela especial con unos chicos especiales y en unas condiciones especiales. La idea del centro, cuyas siglas son DEMENTE, es unificar a los seres vivos y quitar de en medio a aquellos que destacan por cualquier cosa. Lo dirige la doctora Hellion que, en principio, se muestra encantadora, pero que también esconde un secreto. Piper y sus compañeros preparan un plan de huida porque se dan cuenta de que lo que quieren hacer con ellos y no están dispuestos a renunciar a sus dones naturales que, bien mirado, pueden ser muy útiles para la sociedad.

La niña que podía volar está narrada en tercera persona de una manera ágil y directa. Su autora, Victoria Forester, escribe fluidamente, con sencillez, pero sin obviar ningún detalle. No pretende escribir una novela de fantasía, de magia o de aspectos sobrenaturales, sino una novela realista, que muestra lo positivo que es distinto y que, al fin y al cabo, todos somos distintos. Si Piper sabe volar y goza con ello. ¿Qué inconveniente hay? Para llegar a esta conclusión hace falta un largo camino lleno de escollos que solo las personas positivas, como Piper, son capaces de superar.

Interesa mucho destacar el friso de personajes que aparecen en el relato, desde los padres de Piper, una pareja entrañable, hasta los compañeros del centro –con seguridad Conrad es la mejor creación- pasando por la doctora Hellion y una serie de personajes más, como la intrigante del pueblo de Piper que goza sembrando chismes y que acaba, como se dice coloquialmente, con “dos palmos de narices”.

Por otro lado, en la novela también hay una clara crítica hacia los valores que predominan en la actualidad donde el tener es más importante que el ser y en donde las apariencias pueden ocultar mucho dolor y confusión. Lo que realmente es esencial para estos niños con dones es que los quieran y acepten, que se sepan parte de una familia. Eso es lo único que importa.

La niña que podía volar, está llena de momentos líricos, de gran fuerza literaria, como cuando un grillo, también especial, se pone a cantar con todas sus fuerzas y hace que muchas de las corazas se vengan abajo o cuando uno de los niños, el tímido Jasper, recuerda de repente cuál es su don y lo aplica con total vehemencia. La solidaridad, el saber parte de un grupo, el sentirse amparado, la autoestima y una serie de virtudes positivas presiden el relato y permiten que el lector, joven o adulto, pueda reflexionar acerca de sus propios comportamientos.

Es una novela coral que merecería una adaptación cinematográfica.

Apariencias

 

 

Apariencias, Madeleine George,

Madrid, Editex, 2011, (Libros de Mochila)

Apariencias, de Madeleine George es un libro realista, a veces descarnado, que no disfraza los acontecimientos, sino que los enfrenta y los expone de una manera directa y, a menudo, demoledora. El título del relato, Apariencias, ya indica, de alguna manera que quiere huir de los estereotipos y que, como les ocurre a las protagonistas del relato, a menudo, por no decir casi siempre, la primera visión engaña. Se necesita observar muy de cerca y meditar despacio para hacerse cargo de lo que ocurre y de cómo son las personas y, aun así, nos podemos equivocar.

Las dos protagonistas de Apariencias son, en principio, dos chicas completamente antagónicas, condenadas, si nos dejamos guiar por los tópicos, a no entenderse, a ignorarse, incluso. Meghan Ball es una chica con una realidad difícil. Está llena de miedos, de angustias y de frustraciones. No sabe cómo canalizar esta ansiedad y acude a la comida. Solo comiendo, grandes cantidades de alimentos, nota que se apacigua su alma. Es una chica sin amigos que, pese a su corpulencia, pasa más bien desapercibida, aunque nadie le hurta los malos ratos ni las humillaciones. Meghan, además, es muy observadora y enseguida se ha dado cuenta de la presencia de una nueva alumna que acaba de llegar a clase: Aimee Zorn. Esta chica es lo opuesto a Meghan: apenas come y si lo hace, es de una manera simbólica. Aimee también arrastra un pasado emocionalmente difícil. Escribe unos poemas muy especiales y tiene problemas familiares. Las dos chicas se sienten solas y no encajan para nada en el ambiente escolar que les ha tocado vivir.

La autora, Madeleine George vive en Nueva York y, aparte de escribir, ha sido profesora de escritura y, en la actualidad, dirige un programa educativo en la prisión para mujeres de Manhattan. Demuestra conocer muy bien la realidad de un centro educativo medio, americano, puesto que las descripciones del ambiente, de la atmósfera escolar, de docentes y alumnos, son certeras e, insistimos, muy críticas. En este ambiente, en donde parece que solo pueden triunfar los que tienen éxito, los que son populares, Meghan y Aimee se sienten rechazadas y acosadas. Las situaciones que se describen son, en algún momento, duras y descarnadas. Las dos jóvenes acaban uniéndose por mera solidaridad y para consolidar su revancha. Las dos, como leemos al final, han inventado “una manera de ser invisibles”.

Apariencias está escrita en tercera persona y estructurada en 19 capítulos. Abundan las descripciones puesto que las dos protagonistas son muy observadoras y la autora ha querido dotar su relato con esta cualidad.

Es un libro destinado para lectores de 14 a 17 años, aunque pensamos que lo entenderán mejor los mayores, los de 4º de ESO e, incluso bachillerato. También es recomendable para los docentes ya que les ayudará a entender ciertas conductas que se pueden dar en las aulas (de cualquier lugar) y que, a veces, pasan bastante desapercibidas; aunque, por supuesto,  tampoco vendría mal que lo leyeran los padres y madres.

Apariencias no es un libro alegre, en absoluto, pero sí que propicia una buena reflexión acerca de los comportamientos que pueden darse en los centros escolares, de acoso y de desprestigio, que tanto daño causan a quienes los padecen. Es, en suma, un relato que lucha contra los tópicos y las “falsas apariencias”.

La misteriosa fragua de Vulcano

 

La misteriosa fragua de Vulcano,

Jorge M. Juárez,

Bruño, Madrid, 2011, Paralelo Cero, 69

En una época tan convulsa y apasionante para el país como fue el periodo de Felipe IV y el conde-duque de Olivares se desarrolla la novela La misteriosa fragua de Vulcano, de Jorge M. Juárez. El autor tiene la habilidad de convertir en novela aquello que fue historia y viceversa, hacer historia de lo que solo está en la ficción. Así, logra un relato lleno de aventuras, de lances y de intrigas.

Esta primera novela del autor está cuajada de aspectos que merecen el comentario y nuestra atención. Para empezar, consigue crear en el lector una gran expectación que va aumentando conforme el relato avanza. La trama se inicia cuando el pintor Velázquez se dirige a Italia, acompañado de algunos de sus discípulos, entre ellos Juan Bautista Martínez del Mazo quien, con el tiempo, llegaría a ser un pintor reputado y el yerno del propio Velázquez, aunque ésta es ya otra historia. Viajan en una galera acompañados del gran Spínola, el héroe que logró pacificar Holanda. La travesía está al punto de fracasar por un abordaje que sufren y que los pone sobre aviso de ciertas maniobras pocos claras. Por si fuera poco, en España, el padre de Juan Bautista, herrero de profesión, es acusado ante el Santo Oficio por tener sueños premonitorios. De una manera rocambolesca consigue salir de la cárcel –el episodio está admirablemente resuelto- y acaba galopando, herido, hacia Italia para avisar a su hijo y al pintor de un complot que está al punto de acabar con la seguridad del país y la propia monarquía.

El lector irá, sin aliento, asistiendo a la resolución de distintos lances, aunque, pese a la rapidez del relato, el autor no deja de reposarse, en algún momento, para retratar a algunos personajes importantes, como el herrero o su mujer, que es una pieza indispensable para la resolución del conflicto. Por otro lado, hay una fina ironía a la hora de referirse a Felipe IV, más atento a sus veleidades que al gobierno. Baja, también, del pedestal a los grandes hombres, como a Velázquez a quien acusa de tacaño, aunque de una manera muy sutil. No menos importante es la figura de Diego Fernández de Córdoba.

La misteriosa fragua de Vulcano entremezcla, como hemos dicho, episodios reales con momentos de pura ficción, pero todos muy bien entrelazados. De alguna manera, la novela podría considerarse un viaje iniciático de Juan Bautista Martínez del Mazo, quien también tiene sueños premonitorios, y de sus compañeros, quienes, por su juventud, están formándose y creciendo gracias al sinfín de aventuras que vivirán y que pondrán en peligro sus vidas en más de una ocasión.

Finalmente, se desvela el porqué del título, La misteriosa fragua de Vulcano, en el último capítulo. En este momento, el lector disfrutará enormemente atando cabos y fijándose en la pintura para tratar de reconocer a los personajes reales, de carne y hueso.

La novela de Jorge M. Juarez, en suma, es un relato emocionante escrito por um buen conocedor de la historia que no busca solo aclarar algunos episodios, sino que quiere entrar, como diría Unamuno, en la “intrahistoria”, esto es, en los comportamientos de personajes anónimos que, son, en suma, quienes hacen la verdadera historia.

La misteriosa fragua de Vulcano se estructura en 41 capítulos y está escrita en 3ª persona narrativa por un autor omnisciente que disfruta enormemente con su trabajo. Abundan, no obstante, los diálogos y el léxico está muy ajustado a la época, así como la alimentación, la manera de vestir, la vida de los soldados, la rutina en alta mar y los usos un general. Es una obra muy documentada que no lo parece, ésa es su virtud, porque lo que domina es la intriga, la aventura, la lectura que nos deja sin aliento.

Me`n torno al carrer Kieran

 

Me`n torno al carrer Kieran,

M. Lluïsa Amorós,

Barcelona, Barcanova, 2008, Narrativa nova, 124.

L`autora M. Lluïsa Amorós (Reus, 1954) ofereix aquest relat directe, molt ben escrit i ple de registres. Coneix molt bé la problemàtica del jovent d`avui i la reflecteix amb tota claredat i respecte.

En Bru és un jove de 18 anys amb un passat complicat. Orfe de pares, que van morir en un accident, fa cinc anys que viu amb una tia seva a Irlanda, encara que cada estiu torna a Reus a casa del Raimon, el seu millor amic. El darrer estiu que ens narra l`autora és diferent perquè no segueix res igual. Els pares d`en Raimon s`han separat, en Raimon té un nou amic, en Sesé, amb qui viu al límit i en Bru pensa que no té ja lloc a les seves vides, per això decideix tornar cap a Irlanda, al carrer Kieran on viu (i aquest és el sentit del títol del llibre). No ho fa perquè hi ha uns esdeveniments que li ho impedeix.

En Bru és un noi assenyat, massa reflexiu per la seva edat, que ha après a viure d`una manera diferent. La seva tia és una dona gran, que se l`estima molt, però no és el mateix que si visqués amb els pares. Com ja té 18 anys, ja és pot fer càrrec d`algunes coses i acaba tornat al pis familiar, on feia 5 anys que no posava els peus. Els records i la tristesa el surten a rebre. Ara bé, fa una descoberta important. Troba una sèrie de quaderns escrits per la seva mare, l`Eulàlia, qui, d`alguna manera, torna a estar als seu costat, perquè, amb els seus escrits li parla del passat, de la família, de com va conèixer al seu pare, dels pressentiments, de com s`estimava en Bru.

En Raimon, per la seva banda, acaba tenint un accident greu i això fa que la vida s`aturi i que tots els personatges reflexionin. És una parada necessària i un punt de trobada entre els diferents sentiments.

Me`n torno al carrer Kieran és un relat escrit amb agilitat, que es llegeix ràpidament. L`autora no fa massa descripcions i digressions. Narra d`una manera amena, molt acurada, això sí, i que connecta directament amb els lectors joves. Perquè la novel·la no és només el que hem explicat, ni molt menys. Al relat trobarem aspectes importants que fan referència al viatge iniciàtic d`en Bru, però també d`en Raimon. Ens parla també dels sentiments i hi ha un primer amor important per en Bru, amb la figura de la Cèlia, una noia que, en principi, sembla separar els amics, però que, finalment, sap posar en Bru en el seu lloc. Hi ha referències locals, però el missatge de la novel·la, sens dubte, no és local, sinó universal, podríem dir.

La lectura no només interessarà als joves, sinó als adults, perquè trobem personatges adults de prou pes com per reflexionar sobre els seus comportaments, en especial la Marta i en Josep, però també els pares d`en Bru, sobretot l`Eulàlia. Ens sembla un encert narratiu, per altra banda, incloure, en primera persona, fragments dels quaderns de la mare, encara que el relat estigui escrit en 3ª persona. La figura de la vella Àgata és també prou acollidora i important.

En resum, Me`n torno al carrer Kieran és un llibre que no ens deixarà indiferents i que té prou ingredients com per interessar a un públic lector ben ampli.

Sueños rotos

Sueños rotos,

Jordi Sierra i Fabra, Alzira, Algar, 2011, (Algar Joven, 48).

Elsa escribe un diario cuyos fragmentos abren y cierran este libro estremecedor de Jordi Sierra i Fabra, Sueños rotos. Elsa, desde el presente, recuerda un episodio que vivió, en su adolescencia, que la marcó profundamente. Y lo escribe en su diario.

No obstante, la historia la narra un narrador en tercera persona sin que le tiemble el pulso puesto que quiere llegar hasta el final y concienciarnos de que hay temas frente a los cuales no podemos permanecer ajenos. Nos jugamos mucho. La sociedad se juega mucho. Uno de ellos es el que trata el libro que estamos reseñando.

La casi niña Niaga está muy contenta porque, por fin, podrá ir a Gambia y conocer el país del que procede. No se puede creer que su padre haya conseguido el dinero y está pletórica. Niaga es una chica inteligente, que estudia en un centro español y que está casi del todo integrada, puesto que su padre y su entorno familiar no le dejan salir de casa, lo justo para estudiar; pero ella no se lo cuestiona y sigue con su vida. Muchos de los compañeros no acaban de aceptarla y la llaman con nombres ofensivos porque, a veces, lo que no se conoce da miedo.

Elsa es una joven española, que estudia y vive a buen ritmo. Ella sí se siente amiga de Niaga. Elsa está cansada de hacer siempre lo mismo, hasta su novio, un chico con pocas pretensiones y menos sueños, la aburre ya. Elsa quiere comerse el mundo y ser feliz.

Cuando Niaga le cuenta lo de su viaje, algo se enciende en la mente de Elsa y se disparan todas las alarmas. Empieza una lucha contrarreloj contra lo que ella cree que le podría pasar a su amiga. Piensa, y no se equivoca, que su familia quiere llevarla a Gambia para que le practiquen la ablación del clítoris. Y Elsa mueve todos los resortes que conoce hasta despertar las conciencias dormidas. Implica a sus amigos, a uno muy especial, Lorenzo; implica a sus padres y mejora así la relación que tiene con ellos; implica a su profesora de lengua e implica, en suma, a todos los compañeros de su centro escolar. Tanto es así que logran, en el último momento, parar el viaje que Niaga iba a hacer hacia su propia soledad y tristeza.

Jordi Sierra i Fabra pone el dedo en la llaga al hablar de esta practica ancestral, que nos negamos a llamar cultural y al demostrar, con cifras, que se sigue realizando. Hay que concienciar a las gentes y demostrarles que la ablación del clítoris no es nada necesario para la mujer, al contrario, menoscaba su autoestima y pone en peligro su salud. Sueños rotos así lo muestra, más aún al personificarlo en una joven que vive aquí desde hace más de 10 años y que, pese a todo, su familia, no sabe prescindir del lastre que los acompaña, al menos, hasta que alguien se lo hace ver claro.

Sueños rotos está escrito de una manera trepidante, luchando contra el paso del tiempo que es el enemigo de Niaga, pero también entrando en aspectos que tanto le gustan al autor barcelonés: la juventud vivida con autenticidad, el deseo de crecer, los sueños… la vida que ha de ser vivida sin que nadie nos lo cuente.

Interesa mucho el personaje de Elsa, la joven idealista, que lucha por lo que cree y que no se resiste a perder la confianza en los demás. Elsa es una de esas chicas que un buen día descubre que no le gusta cómo vive, que está harta de las cosas manidas y trilladas y que necesita volar; aunque también valora sus raíces.

Los prejuicios, en definitiva, nunca son buenos compañeros de viaje.

El faro de la mujer ausente

El faro de la mujer ausente,

David Fernández Sifres, Edelvives, 2011

Anabel Sáiz Ripoll

El faro de la mujer ausente, del escritor leonés David Fernández Sifres, XI Premio Alandar, es un relato lleno de registros y de aciertos literarios. En primera persona, Hugo, de 16 años, narra una historia del pasado que habría de conmoverlo y cambiarle la vida para siempre. Todo trascurrió en la localidad normanda de Bellemer donde Hugo pasó un verano más que distinto o emocionante, lleno de experiencias enriquecedoras que lo harán crecer y madurar. Y es que El faro de la mujer ausente es también el relato de un viaje iniciático que arranca con un Hugo escéptico, inseguro, y termina con otro chico, ni mejor ni peor, aunque sí más solidario y humano.
Hugo resultó ser el ganador de un curso intensivo de francés. De ahí que se trasladara solo, en avión, a París. Todo es nuevo para él, aunque sabe encajarlo bastante bien. Conoce a los que serán sus compañeros de grupo e, inicialmente, parece que todo va a ser normal. Hasta que un día, desoyendo las advertencias de un viejo pescador, se interna por un camino solitario y asiste a lo que él cree que es el asesinato de una mujer por un soldado. Una mujer quien desea entregarle un papel que aparece misteriosamente en sus bolsillos. Hugo sufre un desmayo y despierta en el hospital, atendido por una simpática enfermera. No obstante, ya nada será lo mismo. Poco a poco, con la ayuda de algunos de sus compañeros, Gabriella, sobre todo, va encontrando nuevas pistas que lo conmueven hasta lo más hondo y lo llevan al abismo porque Hugo, en más de una ocasión, cree que se ha vuelto loco.
El relato, por lo tanto, mezcla dos líneas narrativas. Por un lado, la actual, con el curso de francés y todas las actividades docentes y lúdicas. Por el otro, el episodio del asesinato que se remonta a la Segunda Guerra Mundial y que une al viejo farero, Bernard, con el pescador, la joven asesinada y un misterioso soldado alemán. Para solucionar ese episodio que aún no ha cicatrizado, Hugo y sus amigos tendrán que abrir aún más las heridas y removerlas hasta llegar al fondo y poder, así, cerrar un capítulo más de la guerra, uno de esos momentos que mezclan lo más sublime del ser humano con lo más abyecto, porque las situaciones límite, y una guerra lo es más que nada, ponen a prueba a las personas.
El faro de la mujer ausente es un relato antibelicista que clama contra todas las guerras y el dolor y la perdición que suponen para las buenas gentes que se ven abocadas a ellas sin haberlo pedito. En esta ocasión, se centra en el desembarco de Normandía, pero podemos aplicarlo a cualquier guerra. Dos de los compañeros de Hugo, uno alemán y otro inglés, que no cesan de criticarse mutuamente por esos orígenes, acaban, gracias a dos excombatientes de ambos bandos, aceptando que son más los puntos que los unen que los que los separan.
La novela también nos habla de sentimientos y alude a lo que podemos llamar el primer amor de Hugo, que no sería para toda la vida, no, pero que le dejó un poso importante. También lo enfrenta a la muerte, con el personaje entrañable de Klara. Y, sobre todo, permite que el lector reflexione sobre unos hechos que nunca debieron de haber ocurrido y que sembraron el dolor por doquier.
El faro de la mujer ausente recoge es una novela de amplios registros puesto que, siendo una novela histórica de base, contiene elementos de novela de misterio, con otros, como ya dijimos, de viaje iniciático y aún de novela sentimental. Todo forma un entramado narrativo muy sugerente. David Fernández Sifres maneja con destreza la descripción de sensaciones y sentimientos y emplea, para ello, imágenes y metáforas muy impactantes y con gran potencia emocional. En cuanto a la descripción de personajes logra introducirnos en la psicología de Hugo y, poco a poco, en la de los principales actores del relato. Muchos son personajes ancianos, lo cual es un ingrediente básico para la novela, porque son los ancianos quienes tienen la memoria de lo que ocurrió en la guerra.
La novela se divide en veintitrés capítulos y un epílogo y arranca de un presente, la muerte del viejo farero, que permite destapar todos los hechos que Hugo rescata para el lector, puros y frescos, como están grabados aún en su mente. Un relato, en suma, redondo, que gustará a los jóvenes, pero también a los adultos.