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El rastro del Anillo Magno

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EL RASTRO DEL ANILLO MAGNO,
DE Jordi Sierra i Fabra, Edelvives, 2006

Anabel Sáiz Ripoll
Doctora en Filología

“El rastro de Anillo Magno” es un relato lleno de suspense y aventura que sucede en pocos días y que presenta un ejemplo de cómo el tiempo se vive de distinta manera según sucedan los acontecimientos.
Adriana, una joven estudiante, cuyos padres, antropólogos, están en una expedición, es casi testigo de la muerte de su abuelo, Wenceslao Marimón, un viejo y reputado anticuario, quien muere, aparentemente, a causa de un misterioso objeto que todo el mundo parece disputarse y que sólo él tiene: el anillo de Alejandro Magno.
Según la leyenda, quien posea ese anillo poseerá también la salud y un inmenso poder, de ahí que Andrea, de la noche a la mañana, se vea envuelta en una trama que apenas le permite reaccionar. Para empezar, la CIA está muy interesada en ese anillo, también un comprador de antigüedades muy rico y, por si fuera poco, el conservador del Museo Nacional de Irak y muchos más, por supuesto.
Andrea se pasa las horas posteriores a la muerte de su abuelo tratando de recomponer el puzzle de su vida y descubriendo que su abuelo era una persona capaz de amar, aún en la vejez, ya que averigua, por una carta que el propio Wenceslao ha dejado a su abogado, que se había vuelto a enamorar, tras la muerte de su mujer, que lo dejó sumido en una gran pena. El abuelo estaba viviendo una aventura hermosa con Elisabet, una mujer ya mayor, elegantes y discreta que fue el motivo de la felicidad del abuelo en el último año. Eso es lo que más impacta a Andrea; eso y saber que el anillo lo tiene la mujer, quien padece de cáncer terminal y el abuelo creyó de verdad en el poder del anillo para curar, aunque parece que es pura leyenda.
Andrea, sola, en la ciudad, ve cómo todos quieren acercarse a ella y ganarse su confianza y ve cómo no puede confiar en nadie, más que en su amiga de toda la vida y en su propio abuelo, ya fallecido. La aventura se resuelve, como decíamos antes, en poco tiempo, en dos días; la víspera del entierro del abuelo.
Sierra i Fabra, con la pluma veloz, escribe una novela emocionante que se lee rápido y que permite que nos internemos en distintos mundos. Late en todo el relato una crítica hacia Estados Unidos y su papel en la guerra de Irak, puesto que Sierra i Fabra nunca soslaya sus compromisos y sus reivindicaciones. Hay asimismo una crítica hacia el tráfico de antigüedades y hacia los expolios que han sufrido distintas ciudades, como es el caso de Irak.
“El rastro del Anillo Magno”, sin duda, hará pasar un buen rato al lector o lectora. Está dividido en 27 capítulos, sólo numerados, como suele hacer el escritor y se basa en el diálogo, un diálogo chispeante y rápido que nos permite, poco a poco, conocer a los personajes y hacernos una idea de la tela de araña en la que ha caído Andrea y de la que saldrá por propia intuición.

MAGIA DE UNA NOCHE DE VERANO

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MAGIA DE UNA NOCHE DE VERANO,
Maite Carranza, Barcelona, Edebé, 2009, 510 pág.

Anabel Sáiz Ripoll

Magia de una noche de verano es una novela llena de ingenio y de frescura. Maite Carranza sigue el camino de la fantasía, aunque lo entremezcla con la realidad y consigue así una disparatada historia en la que todo es posible. Ocurre como en la obra teatral de Shakespeare, El sueño de una noche de verano, en la que nada es lo que parece. De alguna manera ambas obras muestran que la magia de una noche de verano nos puede cambiar a todos la vida. Solo hace falta toparse con esa noche.
Marina es una adolescente llena de complejos, que está harta de que la comparen con su hermana, la todo perfecta Ángela y que, de alguna manera, siente que sus padres las comparan y ella siempre es la que sale peor parada. No obstante, por un azar, por una casualidad, ella, el patito feo de la familia, ha de suplantar a su hermana en un viaje a Irlanda, para aprender inglés. Ha de hacer creer a todos que ella es Ángela, incluso a su novio irlandés, de la que Marina está secretamente enamorada. Marina, o Ángela-Marina mete la pata, es poco modélica y es especialista en atraer problemas, pero ése es su mayor encanto, según piensa C.C., un friki desesperado porque sus padres le han prohibido conectarse a la red y él cree que no lo podrá resistir. A ello se suman dos chicas, Antaviana y Luci, compañeras de viaje y de clase de la nueva Ángela y C.C. Entre ellos se establecen las más disparatadas relaciones y los equívocos más impensables. Todo se complica aún más cuando Lilian, que es quien ha metido en el problema a Marina, entra en acción y ha de cumplir un encargo muy especial, del rey Finvana, el rey de los Tuatha De Danann, bajo las colinas mágicas de Irlanda. Sea como sea se mezclan el mundo mágico con el real y nada es lo que parece.
Magia de una noche de verano nos habla del despertar amoroso en la adolescencia, de lo difícil que puede ser hacer amigos en esa época de cambios, de lo problemático que es sentirse siempre comparado con un hermano o una hermana perfecta; pero también de magia, de sueños que de cerca no lo parecen tanto y de casualidades que hacen que la vida valga la pena siempre.
En 62 capítulos, Maite Carranza va desgranando un relato lúdico que atrapará al lector porque nunca va por donde uno piensa que iría, ya que los personajes parecen tener vida propia y, repetimos, nada es lo que parece. Ni Marina es Ángela, ni Antaviana es tan odiosa, ni Luci tan simple, ni Ángela tan perfecta, ni su supuesto novio tan atractivo (es un cursi redomado hablando), ni C.C. tan apocado como creíamos. El diálogo, por lo tanto es esencial y nos muestra mejor el sentir de los personajes, pero, a veces, complica la comunicación porque todo son equívocos y es que el idioma no siempre puede captar la realidad; a menudo hay que acudir al lenguaje corporal como ocurre aquí en que C.C. ve una realidad, en la supuesta Ángela, que no le acaba de gustar, pero intuye otra que le gusta más y que es, al fin, la propia Marina, la real.
Magia de una noche de verano es una especie de comedia de enredo en la que todo y todos han de descolocarse antes de ocupar su sitio correcto. Es como si tras el desorden viniera la calma, la serenidad, la claridad. En suma, el lector o lectora no se aburrirá porque a cada paso descubrirá nuevos personajes, nuevas actitudes que lo pasmarán una y otra vez. Y ésa es la magia de la lectura: encontrar una sorpresa en cada página.

El trébol de Kinsale

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EL TRÉBOL DE KINSALE
De Laura Andujar Lorca, Madrid, Anaya, 2007

Anabel Sáiz Ripoll

Ahora que ya se adivina el verano quizás sea el momento también de incluir algún libro en el equipaje que nos ha de acompañar estos meses estivales. Habrá más tiempo y una buena lectura nos puede abrir nuevos mundos y nuevos horizontes.
“El trébol de Kinsale” es uno de esos títulos sugerentes en principio destinado al público juvenil, pero que, sin duda, como ya hemos dicho muchas veces cuando nos referimos a la buena literatura, puede gustar a cualquier tipo de lector.
Se trata de un libro lleno de magia y de frescura que se ambienta, precisamente, en un verano, para favorecer más la identificación con el receptor, al menos en estos días. Alicia, la joven protagonista, ha obtenido muy buenas notas en Selectividad y su premio es viajar Irlanda para aprender inglés y para trabajar también, en una pensión, ayudando a la dueña. Kinsale es su pueblo de destino y, para ella, resulta todo un descubrimiento que la llevará de la magia a la aventura, del amor al desengaño, de la sorpresa a la certeza.
La novela se divide en doce capítulos más un prólogo y un epílogo. El prólogo es interesantísimo porque en él se condensa todo el embrión de la historia, ya que nos habla de la Batalla de Kinsale, aunque deja los aspectos bélicos y se centra en los personales. Una hermosa viuda, Colette Callaghan, en 1602, recibe a los hombres de la Armada Española y se prenda de Rodrigo Vergara, con el que vive una historia de amor no correspondido puesto que él, cuando se pierde la batalla y Kinsale pasa a manos de la reina de Inglaterra, regresa a España y abandona a Colette quien espera un hijo suyo al que pondrá Vergara y así sucesivamente. No obstante, antes culmina su villanía y le roba una joya de incalculable valor: el Trébol de las Cuatro Sagas. Pues bien, aquí tenemos ya el núcleo de la historia.
Muchos años después, siglos después, Alicia conoce a un Vergara y también asiste a algunas celebraciones que tienen como núcleo la búsqueda de un trébol de cuatro hojas. Poco a poco va penetrando en el misterio porque el marido de Mary, la dueña de la pensión que tan amable es con ella, ha desaparecido, aunque todo está relacionado, como veremos al final, con el extraordinario trébol, pero ésa es la historia que tiene que leer el lector.
“El trébol de Kinsale” está escrito con buen pulso, en primera persona y capta muy bien todos los matices de Kinsale y el estado de ánimo de Alicia, una chica curiosa que observa su mundo con mucha atención y acaba entendiendo un poco más el alma humana. Descubre que tras los espejismos a veces no hay nada, pero también descubre el poder de la amistad y el del amor. Para Alicia nada será como antes después de ese verano en Kinsale y así nos lo cuenta en el epílogo que es una puerta abierta a quién sabe qué nueva aventura.
La edición está muy cuidada y seguro que resulta una lectura atractiva para el verano… o para cualquier época, sin duda.

EL MISTERIO VELÁZQUEZ

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EL MISTERIO VELÁZQUEZ, Eliacer Cansino,
Bruño, (3 1999). Premio Lazarillo 1997. A partir de 14 años
Anabel Sáiz Ripoll

Eliacer Cansino nos ofrece una historia llena de misterio en torno a “Las Meninas”. Nicolás Pertusato, en primera persona, cuenta su vida, su llegada a la corte madrileña, sus avatares y, sobre todo, su relación con Diego Velázquez.
Nicolás, pese a su condición física, por su inteligencia y dotes de observación, se va haciendo un sitio y es el muchacho que aparece retratado en “Las Meninas”, con el perro al lado. El niño, de pequeño, aprendió a recitar versos de “La Divina Comedia”, sobre todo del Infierno y ahí se centra el misterio. Velázquez parece que hizo algún pacto con un tal Nerval, un personaje siniestro que gusta de escuchar estos versos del Infierno y, sólo a la muerte del maestro, descubre Nicolás la verdad. Así averigua por qué alguien pintó la Cruz de Santiago en el pecho del pintor y, sobre todo, que la esperanza ha de dejar atrás a las tinieblas; así lo entiende el muchacho que cumple 16 años cuando acaba la historia, aunque él se siente mucho mayor.
El libro se organiza en capítulos breves que son los cuadernos de Nicolás; está escrito con un estilo ágil, respeta la realidad histórica, aunque añade notas de misterio que son las que aportan el ingrediente mágico que tanto ayuda al relato.
Excelente reivindicación del personaje del bufón al que Velázquez tanto defendió.

Calvina

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CALVINA,
De Carlo Fabretti, SM, 2007

Anabel Sáiz Ripoll

Carlo Frabetti (Bolonia, 1945) obtuvo con “Calvina” Premio Barco de Vapor, en la 29ª edición. El Jurado, entre otros aspectos, destacó, “su sentido del humor, su defensa de la lectura y su sentido poético y musical”. Para el autor, el Premio supuso un apoyo importante en su carrera profesional y en su trayectoria personal. Carlo Frabetti manifestó al saberse ganador que “Lo más importante al escribir es tener la sensación de estar logrando darle a algo que llevas dentro una forma accesible a otras personas. En una palabra, la sensación de compartir”.
“Calvina” es una historia sugerente y enigmática, puesto que se escribe casi a medida que transcurre. El lector se sorprende, al final del relato, siendo testigo de una historia que puede ocurrir en cualquier momento o que acaba de ocurrir.
“Calvina” narra las vicisitudes de una niña o un niño (no sabemos qué es en realidad) que vive con un enorme lobo negro en una gran casa, llena de recovecos, que guarda a su madre muerta en un frigorífico y que ansía tener un padre por encima de todo. Con estos preámbulos uno podría pensar que es una novela truculenta, pero se engañaría porque el humor es la clave para entenderla; el humor y la ternura.
Un ladrón, de buenos instintos, Lucrecio acaba fingiéndose padre de Calvina o Calvino y viviendo en el caserón escenas que rayan la locura o, al menos, lo surrealista. Así, visita un manicomio biblioteca donde los pacientes se identifican con personajes literarios o con sus propios autores, ya sea Italo Calvino, Tarzán, Alicia…; también conoce a un enano que, en realidad, es un gigante –porque eso de la estatura se mide por otras coordenadas, al fin y al cabo, todo es relativo en la vida-. La magia envuelve continuamente la historia, al lado de episodios de intriga.
“Calvina” presenta dos hilos argumentales: el ladrón que entra a robar en la casa de Calvino y la peripecia del verdadero padre del niño/niña quien, en realidad, es el hermano del ladrón; pero eso ya forma parte de la lectura privada y cada uno ha de llegar a sus propias conclusiones.
Sea como sea, “Calvina” es una defensa a ultranza de la lectura, del placer de compartir una historia en soledad, de recrearla y de vivirla en nuestra propia mente. Así, en un momento, la bibliotecaria de esa extraña biblioteca-manicomio dice: “… leer un buen libro, una buena historia, nos ayuda a ordenar nuestras ideas y a comprender el mundo en el que vivimos”.
La novela está divida en 19 capítulos más un epílogo (que nos da las claves para que entendamos lo ocurrido hasta entonces) y se lee de un tirón puesto que resulta, al principio, tan chocante y excéntrica que el lector tiene ganas de saber qué hay detrás de la vida de Calvina o Calvino, sea quien sea. Carlo Frabetti juega con la ambigüedad y echa mano de una serie de elementos propios del género de terror, de suspense o policial, a los que dota de nueva vida puesto que los tamiza con humor.
Pensamos que los jóvenes lectores pasarán un rato divertido y que los lectores adultos podrán reflexionar acerca de ese juego de verdades y mentiras, de claroscuros, de magia y de fantasía, al fin y al cabo, como dice uno de los personajes estrafalarios de “Calvina”: “Estoy un poco loco, pero no soy tonto”.

Kôt

kotKÔT,
De Rafael Ábalos, Mondadori, 2007

Anabel Sáiz Ripoll

“Kôt” es una novela singular en cuanto a su estructura, ya que sigue tres líneas paralelas que, de alguna manera, acaban concluyendo o solapándose. En pleno S. XX, en Estados Unidos, en Nueva York, una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, se suceden, casi en cadena, una serie de asesinatos de científicos célebres que parecen unidos por un nexo: a todos les han extraído el cerebro de una manera sofisticada e increíble y todos aparecen vinculados a la palabra “Kôt” y a un extraño símbolo que reproduce dos serpientes enfrentadas.
El Detective Fowler es el primero en investigar los hechos, aunque después acaba trabajando con la teniente Taylor del FBI. Juntos, poco a poco, van centrando las posibles relaciones de todos los científicos que estudiaron en una misma universidad. Por otro lado, dos adolescentes con conocimientos superiores en informática y astronáutica, entran en un extraño juego virtual que reproduce lo que pasa en la realidad. Beth y Nicholas, junto a su guía en la red, Carol, son los encargados de resolver los distintos enigmas que les llevarán a descubrir la llamada Esencia del Misterio o lo que es lo mismo, la piedra filosofal, desvelo de tantos alquimistas en la Edad Media. Por otro lado, la tercera línea narrativa es la protagonizada por el siniestro Walter Stuck, de apariencia encantadora, pero con un fondo oscuro ya que es el Gran Maestre de una secta extraña que tiene como dios al diablo. Stuck promueve la creación de un gran parque temático dedicado a la Edad Media.
“Kôt” es, en realidad, la abreviatura de “Gótico”, el seudónimo que usó Adam Grosling. Grosling era uno de los científicos que formó parte de un grupo especial, que tenían como objetivo proteger la Esencia del Misterio. Estos científicos son los que mueren y detrás de sus muertes está Grosling y el Centro Grosling que él mismo fundó y que se dedicaba a investigaciones dudosas en torno a trasplantes de cerebros humanos. Grosling quiso vengarse de sus amigos científicos y quiso proteger su propia vida más allá de la muerte –de hecho ha muerto ya al iniciarse la novela-. Uno de los enigmas es que el extraño señor Stuck acaba siendo, ni más ni menos, que el portador del cerebro de Grosling.
Muchos más detalles nos aguardan si leemos “Kôt”, una novela llena de intriga, de aventura, de emoción que tiene mucho de ciencia ficción, pero también parte de novela histórica e, incluso, de novela negra y, como decimos, de aventuras.
“Kôt” se relaciona directamente con “Grimpow”, la novela anterior de Ábalos, ya que los jóvenes Beth y Nicholas acaban descubriendo el fantástico libro que escribiera, en su tiempo, Grimpow, “El manuscrito de los prodigios cósmicos” que entronca con la mítica sociedad Ouróboros, que ya conocimos gracias a la lectura de la anterior novela. Suponemos, incluso, que habrá una tercera entrega ya que “Kôt” termina de una manera enigmática y abierta.
“Kôt” no está dirigida de manera directa a los jóvenes, porque no tiene un público definido, puesto que a todos puede gustar; no obstante son los jóvenes los que representan el futuro en “Kôt” y quienes desvelan los misterios.
Son interesantes los escenarios y elementos que recrea la novela que nos lleva desde la Edad Media –como decorado siniestro- hasta los principales símbolos de la sociedad norteamericana, como la Estatua de la Libertad y los principales recursos de internet. Novela que combina, pues, los misterios del pasado con el potencial que nos depara el futuro en la ciencia; aunque la recomendación que leemos entre líneas es que la ciencia nunca debe perder el aspecto ético o moral en sus investigaciones para no caer en los horrores en los que cayó, por ejemplo, la Dra. Hart.
“Kôt” es una novela extensa divida en tres partes, como iniciales del título, cada parte divida, a su vez, por tres grandes bloques que se van sucediendo ya que, como dijimos, la narración sigue tres líneas paralelas. Como se lee en la contraportada: “Tres historias aparentemente inconexas unidas por un tenebroso secreto que solo dos adolescentes podrán desvelar”.

Sangre de tinta

sangre-de-tintaSangre de tinta
Cornelia Funke, Ediciones Siruela, 2005

Anabel Sáiz Ripoll

“Sangre de tinta” es la segunda parte, como sabemos, de “Corazón de tinta”. Si entonces vimos a los personajes del mundo inventado por Fenoglio habían cobrado vida gracias a la lectura de Mo, Lengua de Brujo, y habían ocasionado más de un problema en nuestro mundo real (Capricornio y sus secuaces); en esta ocasión vemos que hay tres líneas narrativas que, en algún momento, confluyen, algunas de ellas, al menos:
1. Orfeo es tan buen lector como Mo y consigue que Dedo Polvoriento vuelva a su país. Farid tiene tantas ganas de ir con él y convence a Meggie para que lea el texto de Orfeo y puedan ir los dos. Meggie, imbuida por las explicaciones que la ha dado su madre del país de Umbra, siente ganas de conocerlo y lee el texto. Farid y Meggie, pues, con Dedo Polvoriento llegan a Umbra, al país del Príncipe Orondo. Ésta sería una línea narrativa.
2. Elionor, Mo y Resa permanecen en este mundo, aunque por poco tiempo, ya que llega Basta, Mortola y Orfeo y todo se complica. Orfeo vuelve a leer y todos son trasportados al país de Tinta, aunque no Elionor ni Darius, que son hechos prisioneros, en su propia casa, por Orfeo y su ayudante. Esto ocurre en el mundo real.
3. En Umbra nos encontramos a Fenoglio que ha hecho fortuna como escritor de romances y poemas y que ha inventado a un personaje, el Arrendajo, a imagen y se semejanza de Mo. Eso causa problemas a Mo, que aparte de morir casi por un disparo de Mortola, es hecho prisionero por Cabeza de Víbora.
En un momento las líneas narrativas se mezclan, por un lado, cuando Dedo Polvoriento, que se encuentra con su mujer, la juglaresa Roxane, sabe que Farid ha vuelto. También encontramos que Fenoglio localiza a Meggie y a Farid. Y, por último, confluyen todas las líneas, cuando Mo, Resa y Meggie son hechos prisioneros y Farid y Dedo Polvoriento acuden en su ayuda.
Bien, mucho se podría escribir sobre el argumento, que es mucho más intenso que en la primera parte, al menos en lo que a personajes se refiere y a la cantidad de aventuras que se viven. Quisiéremos hacer hincapié en la figura del escritor que, poco a poco, va influyendo en los hechos (logra de alguien parecido a Cósimo, que ha muerto, vuelva, con lo que aún se complican más los hechos; logra que Mo no muera y trata de influir en el final). No obstante, en esa historia todo el mundo interviene, para desesperación de Fenoglio que ve que sus personajes se revelan y piensa que es mejor que ya no escriba más. No obstante, ha de hacerlo y, como no se siente capaz, hacen que Orfeo aparezca en el país de Tinta para que se convierta en una especie de discípulo del escritor y logre salvar a Dedo Polvoriento de las Damas Blancas.
“Sangre de tinta” es una novela que mantiene un ritmo intenso desde que los personajes principales aparecen en Tinta, logra que el lector siga interesado los acontecimientos y viva la continua evolución de los personajes (Meggie y Farid, por ejemplo se enamoran…).
Cabe señalar, de nuevo, la riqueza de los textos que sirven de pórtico a cada uno de los capítulos y la excelente labor de los traductores que han vertido el texto al castellano y al catalán, que es la edición que hemos manejado nosotros.
“Sangre de tinta” complica aún más las relaciones entre el mundo real y el imaginario, deja a Elionor fuera, ansiando entrar también en Tinta, y permite que Resa, Mo y Meggie vivan unas vidas que no eran las que tenían destinadas y que, sin embargo, los van a enriquecer personalmente y van a hacer que culminen en la tercera entrega, que comentaremos en otro momento.
Literatura, vida, imaginación, destino, fantasía, violencia, crueldad, amistad, amor… son algunos de los ingredientes que encontramos en este friso que nos ofrece Cornelia Funke que trata de describir un mundo cercano a la Edad Media, pero con muchos elementos fantásticos. Umbra y el reino de Cabeza de Víbora están tan cerca que no sabemos cuál de los dos permanecerá. Y, en medio, nuestros personajes del mundo real y alguno que ya no sabemos si es real o es de papel, como Farid, que procede de “Las mil y una noches” y Dedo Polvoriento que, en esta segunda entrega, ha crecido como personaje.
Es, insistimos, una lectura muy recomendable para todos aquellos lectores que disfruten con historias llenas de fantasía y que piensen que, a veces, la separación entre literatura y realidad es tan tenue como una voz o una palabra pronunciada en el momento oportuno. “Sangre de tinta” es un gran homenaje a la literatura, en mayúsculas, oral y escrita.

El disco del tiempo

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EL DISCO DEL TIEMPO
MARÍA GARCÍA ESPERÓN, SM, MÉXICO, 2004
(El Barco de Vapor)

Anabel Sáiz Ripoll

“El disco del tiempo” fue premio El Barco de Vapor 2004, en México. Han pasado desde entonces cinco años y la fascinación por la historia que narra esta escritora mexicana, María García Esperón, sigue creciendo. Los lectores que se acerquen a la novela encontrarán un relato bien estructurado y una muy exhaustiva documentación detrás de la historia, aunque eso, lejos de lastrar la trama con una carga de detalles eruditos, la dota de mayor realismo y atractivo.
¿Qué haría cualquiera nosotros si fuera requerido por correo electrónico para protagonizar la mayor aventura de su vida? Es lo que le sucede a Nuria, estudiante mexicana de informática y a Philippe, un joven francés que ha dedicado parte de su vida a crear una página web sobre el disco de Festos. Pues bien, ése es el encargo de reciben: encontrar el verdadero significado del disco. El azar o la casualidad o los dioses hacen que estos dos chicos se encuentren y unas fuerzas con un tercero, Marco, también mexicano, y estudiante de historia. Juntos llegan a Creta y juntos viven experiencias que les llevarán a interpretar el disco de Festos como una especie de oráculo, una especie de objeto para viajar en el tiempo. De hecho, María García Esperón lanza esta hipótesis para aguijonear a los estudiosos del tema y hacer que sus mentes y sus corazones se pongan a trabajar y traten, al fin de encontrar, el porqué de esta fabulosa pieza de la arqueología minoica.
No obstante, el libro es mucho más que eso puesto que la autora, enamorada de las lengua antiguas y de la cultura grecolatina, intercala, junto al relato actual protagonizado por los tres chicos, los avatares de los verdaderos protagonistas del disco, aquellos que hicieron posible su creación; esto es, Minos, Egeo, Teseo, Ariadna y, por encima de ellos, Dédalo, el gran Dédalo. Claros y sombras se van tejiendo en torno a estos personajes míticos que hicieron de la griega una cultura floreciente. La escritora les da humanismo y hace que cobren vida para nosotros y que parezcan personajes contemporáneos puesto que sus deseos, pasiones y ambiciones son las mismas que podamos tener cualquiera de los seres humanos que vivimos este convulso S. XXI, no menos convulso que la época en que la cultura minoica vivió su máximo apogeo. Si leemos despacio lo que nos cuenta María García Esperón entenderemos que detrás de los mitos se oculta una interpretación del tiempo, de los fenómenos de la naturaleza, de la vida y de la muerte.
“El disco del tiempo” une Internet con el pasado y lo hace de manera fácil, sin aspavientos porque la escritora sabe de las virtudes de Internet y de sus inconvenientes; por eso trata de implicar a los jóvenes en un proyecto del pasado con herramientas del presente y del futuro. Como dice el profesor Dimitri, uno de los personajes más ambiguos de la novela, “… quiero que sean los jóvenes quienes descubran esos mensajes, por ellos mismos, que los jóvenes los presenten a los jóvenes a través de las herramientas de comunicación que su tiempo les ofrece”.
La novela, creemos, está destinada al público juvenil y adulto, no al infantil como reza en la solapa del libro, porque su lectura requiere un bagaje de experiencias y cultural que los niños aún no tienen. En manos de la autora, el idioma se dulcifica y se transforma, sobre todo, en los capítulos protagonizados por los personajes del pasado; entonces el relato adquiere tonos de gran belleza, casi líricos, puesto que se introduce en la mente y en la voz de esos seres que vivieron hace miles de años y que quisieron atrapar el tiempo, aunque, como a todos los humanos, se les escapó de las manos… ¿o no? ¿O es que el disco encierra un mensaje que, como aventura la autora, nos permitirá entrar en comunión con la eternidad? ¿Algún dios tendrá piedad de nosotros y nos tenderá la mano del conocimiento?
Tampoco hay que olvidar las referencias geográficas, el afán por apresar la topografía griega que es también protagonista del relato. Zeus y Poseidón, cada uno en sus dominios, hacen y deshacen a su antojo y van cambiando la faz de la tierra griega. Los diálogos entre los tres jóvenes son realistas y jugosos y no carecen de ironía. Otros personajes secundarios adquieren interés como el editor griego, el vehemente patriota cretense que se niega a adaptarse a las normas establecidas. El análisis psicológico que realiza de los personajes griegos antiguos es, asimismo, notable. Encontraremos a una Ariadna torturada por su destino, a un Dédalo exiliado una y otra vez, a un Egeo condenado a la tristeza, a un Minos que no sabe qué hacer con fuerza, a una Pasífae consciente de su magnetismo y, en definitiva, a un universo que nos evoca ese tiempo en que el mar, Thalassa, lo fue todo.
“El disco del tiempo” es, por así decirlo, un oráculo de los tiempos modernos. Y es que la palabra oráculo, como explica la propia autora en el epí-logo, es “el lugar de la palabra”.

Yo

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YO,
DE JORDI SIERRA I FABRA,
MADRID, SM, 2008, Los libros de Jordi, 5

Anabel Sáiz Ripoll

“Yo” es uno de los libros más divertidos que hemos leído en los últimos tiempos del polifacético Jordi Sierra i Fabra. En primera persona, un adolescente de 17 años, Daniel, desgrana sus sentimientos y sus ideas, pero de manera directa, fresca y muy real. Daniel es aficionado a hacer listas y las hace de cualquier cosas, de sus ideas, de su vida, de sus sentimientos… las listas ocupan una parte importante en su vida, aunque a veces le fallan.
Durante un curso escolar, Daniel asiste a la charla de un escritor y eso le cambia la vida porque el escritor le habla de la libertad, de las oportunidades que da el hacer lo uno quiere, de lo hermoso que es vivir y Daniel se siente renacer y decide ser escritor. Bien, el escritor no es otro que Jordi Sierra i Fabra y los problemas con los que se topa Daniel en su casa son, sin duda, los mismos que tuvo Sierra i Fabra cuando le dijo a su padre que quería ser escritor y don Valeriano, su padre, igual que el padre de Daniel, le pidió que estudiase algo con salida y que viese que era una tontería ser escritor porque “este es un país de burros en el que nadie lee”. Pese a todo, Daniel va a ver al escritor a su casa y se queda prendido aún más de esta ilusión y sigue los consejos que le da el maestro. Fruto de esos consejos con los textos que él escribe con mucho afán y, sobre todo, la novela, “Yo”, la que ahora estamos comentando.
Aparte, Daniel decide que debería aprender a relacionarse con las chicas y hace otra lista. La chica más guapa del instituto no le conviene, porque solo es eso, guapa y va eliminando posibilidades hasta que le queda Berta, la poca cosa de Berta que se salva por su gran sonrisa. Y lo que son las cosas, Berta es una caja de sorpresas, que también escribe y que fascina a Daniel desde el principio.
La novela, pues, va contándonos las primeras experiencias amatorias de Daniel, el descubrimiento que hace de “la mujer”; cómo conoce a aun vagabundo y aprende de él bastante, cómo son sus padres, dos buenas personas que a veces no lo entienden, pero sí lo quieren (Daniel es hijo único), cómo son las clases (habla de don Mariano, su profesor de literatura), de las pequeñas frustraciones que él vive como adolescente y que gracias a su amigo el escritor, a Sierra i Fabra, canaliza en beneficio propio y llama, por supuesto, “rabia”, como otro de los títulos del escritor barcelonés.
El libro se completa con una autobiografía de Sierra i Fabra y una entrevista que son tan interesantes como la propia novela. “Yo” refleja a un chico que se siente raro, porque no hace las cosas que hacen los demás, que a veces se ha notado raro o fuera de lugar y que, sin embargo, acaba encontrando su sitio y disfrutando de su ironía, su especial humor y, sobre todo, su afición por la escritura.
“Yo” gustará a los jóvenes, chicos y chicas, y me atrevo a decir que también a los padres y, por supuesto, a los seguidores de Sierra i Fabra porque es un libro, si se me permite la expresión, muy “sierrafabrista”.

BEL: AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

belBEL: AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
De Care Santos, Madrid, SM, 2009

Anabel Sáiz Ripoll

“Bel: amor más allá de la muerte” es la última novela publicada por Care Santos, una escritora con una producción más que atractiva que nos ofrece, en esta ocasión, una historia que combina la novela sentimental, con la novela de terror e, incluso la fantástica. Una mezcla bien curiosa que adereza con una banda sonora muy particular –que incluye en un cd en el propio libro- y que se ofrece como un relato destinado al público juvenil, pero, como siempre decimos, en esto de las edades solo juega un factor: que sea buena o mala literatura. El lector, que no tiene por qué leer las críticas, ni falta que le hacen, es quien tiene la última palabra y quien, no nos cabe duda, porque somos lectores ante todos, disfrutará con esta fascinante novela.
La joven Bel se encuentra desplazada, no sabe muy bien qué le ha pasado, su mundo le resulta ajeno y solo tiene una obsesión: acudir a la cabecera de Ismael, el chico del que está enamorada. Poco a poco, a la vez que Bel, el apócope de Belinda, descubrimos conmocionados que está muerta y que ha fallecido de manera violenta. Bel, por lo tanto, es un espíritu que está custodiando a Ismael, también en coma. Pero aún hay más. La familia de Bel, sus padres, cada uno por su cuenta, viven el drama como pueden. La madre resistiéndose a olvidar. El padre, que es policía, investigando por su parte porque no le cuadra que Bel se suicidase, como acaso se dijo, tirándose desde una montaña rusa en pleno funcionamiento. Poco a poco, Care Santos, en tercera persona, nos ofrece más piezas de este curioso puzzle y no damos crédito cuando descubrimos la verdad. Su mejor amiga, Amanda, parece estar implicada en los hechos y solo tiene una obsesión: conseguir el amor de Isma. Para ello no duda en acudir a encantadoras, a pócimas secretas y a distintos elementos que harán que al lector se le ponga el pelo de punta, puesto que la bruja embaucadora es una especie de aprendiz de Celestina.
En “Bel: más allá de la muerte” entran en juego muchos elementos, ya lo dijimos. Gracias a la música que Bel le canta a Isma cada noche, él parece despertar del coma. Hay también personajes que intervienen para ayudar a Bel, en su atormentado camino de vuelta, ya que, cuando descubre la verdad, se vuelve un espíritu agresivo, un poltergeist. Para ello Alma, una médium, e Hyerónimus, un parapsicólogo, tratan de ayudarla y hacer que encauce su misión como espíritu antes de irse del todo. Bel resuelve algunos conflictos, no siempre de manera pacífica, ayuda a sus padres, encuentra un hogar al pequeño Bruno, cuyo cuerpo posee durante un tiempo y, en suma, puede reafirmar su amor por Isma quien, con certeza, sabe que Bel no se ha ido del todo.
Se trata de una historia hermosa, pero nada ñoña puesto que tiene momentos de verdadera violencia, de miedo, de terror, diríamos, de duda, de evolución de los personajes y, en suma, de diversos ingredientes que permiten que el lector no se aburra y vaya atando cabos, aunque no se crea del todo lo que está averiguando hasta el final de relato.
En “Bel: amor más allá de la muerte” el tiempo es importante, puesto que se inicia un lunes 2 de febrero y acaba un sábado, 11 de abril. Los capítulos vienen marcados por la fecha exacta y el relato se estructura en tres partes más un epílogo. El relato se ambienta en Barcelona, recrea el parque de atracciones del Tibidabo y da relevancia a una de las leyendas urbanas más atractivas, la de las paradas de metro fantasmas; pero es el lector quien tiene que abrir los ojos y fijarse cuando vaya a la ciudad condal.
Al final del libro, en la nota de la autora y agradecimientos, podemos averiguar algunos detalles del origen de la historia y los títulos de las piezas musicales que son tan importantes para los personajes.
La portada del libro, en blanco y negro, traspasada por un corazón rojo y una flecha –en la o de amor- y con una pequeña calavera presidiéndolo –calavera que aparece sucesivamente en el interior, así como un pequeño disco-, nos da una pista del contenido del libro, aunque ni por un momento nos permite pensar en todos los avatares que va a vivir Bel.
En la novela de faltan momentos de humor, ni de fina crítica, aunque, por encima de todo, la narradora se muestra respetuosa ya que el tema que trata es sumamente delicado y, como bien piensa Bel, cuando ve que sus amigos hacen una sesión de espiritismo en su tumba: “Mientras queda en la tierra un solo ser vivo que te recuerda, no has muerto del todo”.