Category Archives: Novel·la de sentiments

Historia de un segundo

Historia de un segundo,
de Jordi Sierra i Fabra.
Carlos Velázquez (ilustraciones).
Madrid, Ediciones SM, Premio Barco de Vapor 2010.
Cartoné, 264 pp., 16 x 19 cm., 15.50€.

 

Por Anabel Sáiz Ripoll

 

Historia de un segundo es un relato tierno y hermoso, que nos habla de un amor adolescente que tiene como protagonistas a Eliseo, de 16 años, y a Elena, de 15. Este amor está condenado a no fraguar puesto que ambos pertenecen a clases sociales muy diferentes. Mientras que Eliseo, huérfano de padre y madre, prácticamente es el esclavo del doctor Quijano, quien trata al muchacho sin consideración alguna; Elena es la hija de una dama y un caballero encumbrados, que han ido a tomar las aguas termales al pueblo en donde vive Eliseo…

 

 

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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 6/08/2010 02:32:00 AM

Mujer mirando al mar

Mujer mirando al mar,
de Ricardo Gómez.
Madrid, SM, Premio Gran Angular 2010.
Cartoné, 128 pp., 15,5 x 23,8 cm., 15.50 €.

 

Por Anabel Sáiz Ripoll

 

Mujer mirando al mar, el reciente Premio Gran Angular, es un título daliniano para una novela diferente que ahonda, entre otros muchos aspectos, en el proceso de creación literario. Ricardo Gómez realiza un ejercicio de metaliteratura muy interesante puesto que no escribe un relato lineal, sino que, en su papel de autor y narrador, va exponiendo qué proceso sigue, como escritor, para organizar sus materiales y escribir una novela o un relato largo. Parte de una vieja carpeta encontrada y de unos poemas que cuentan una historia enclavada en la posguerra española, de amor y de luchas clandestinas, en una época en que casi todo estaba prohibido…”.

 

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Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 6/01/2010 10:01:00 AM

Mi hermano el genio

Mi hermano el genio

 

 Mi hermano el genio, de Rodrigo Muñoz Avia (textos) e Jordi Sempere (ilustraciones). Premio Edebé de Literatura Infantil. Barcelona, Edebé,  col.Tucán verde, 2010. Rústica, 186 pp., 19×15 cm., 7.95 €. 

 Por Anabel Sáiz Ripoll.

Lola es una niña a la que le gusta el fútbol y juega en el equipo masculino de su colegio, porque no hay otras niñas que quieran jugar; pero ésta no es su preocupación. A Lola le preocupa no estar a la altura de las expectativas de su madre porque entiende muy bien que en el mundo hay dos categorías de personas: los genios y los demás. Entre los genios está su hermano Gracián, que es un virtuoso del piano y, entre los demás, están Lola y varios millones de personas. Lola lo cuenta de una manera divertida y directa, pero entendemos que esas comparaciones le hacen daño porque cada persona tiene su propia trayectoria y hay que evitar decir que uno es mejor que el otro, sobre todo, entre hermanos. No obstante, Lola se lo toma con humor y no siente celos de su hermano, en absoluto.

Mi hermano el genio, cuyas líneas argumentativas acabamos de trazar, ha obtenido el último Premio Edebé de Literatura Infantil y es un buen alegato para padres y lectores mayores. A veces uno no se da cuenta de que sus palabras calan más hondo de lo que parece y es lo que le pasa a Lola.

Rodrigo Muñoz Avia se camufla tras la propia Lola, a la que cede la palabra, ya que la novela está escrita en primera persona, y permite que se establezca un contacto directo entre la narradora y los lectores. Gracián está ensayando todo el día y eso llega a ser molesto, para Lola y los vecinos, pero a su madre le resulta esencial. La madre de Lola es profesora de música y muy perfeccionista, su padre se lo toma todo con más ironía. Tanto es así que Lola toma clases de violín, instrumento para el cual, inicialmente, no está muy bien dotada, pero su madre así lo ha decidido.

La novela está llena de momentos tiernos, frescos, divertidos y realistas porque Lola, con la visión limpia que le da la edad, es la única que se da cuenta de que su hermano está agotándose de tanto ser genio. La bomba estalla cuando concursa para un premio muy importante y, a mitad de éste, decide retirarse y dejar de hablar. Sólo la intuición de la niña y su sensibilidad sacarán a Gracián del mutismo y darán una lección a sus padres. Por fin, de alguna manera, Gracián va a dejar de ser genio y empezará a ser una persona normal, como las demás.

Mi hermano el genio es una novela que habla de respeto hacia las propias características individuales de cada persona, sean hijos, hermanos o padres. No se puede obligar a nadie a que siga un camino que no le gusta, pues fracasará; en todo caso, hay que acompañarlo en ese proceso, que es lo que, al final, hacen los padres de Lola con ella y su hermano. Es más, la niña nota que igual con el tiempo el violín le puede gustar.

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El embrujo de Chalbi

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El embrujo de Chalbi,
Fernando Claudín
Madrid, Anaya, 2004, (Espacio Abierto, 109)

El embrujo de Chalbi es una novela que gustará a todos los lectores y lectoras ansiosos por tener aventuras, a aquellos que crean en la importancia de la amistad y en la llamada del amor. No todos los viajes de fin de curso son iguales y buena prueba de ello es este libro.
Un grupo de jóvenes y sus dos profesores son abandonados, junto al conductor del vehículo, por el guía en pleno desierto de Chalbi (Kenya) y han de lluchar y poner a prueba todo lo bueno que tienen dentro para salir adelante. Chicos y chicas pasan por distas fases y todos acaban madurando y transformándose, incluidos los profesores.
Fernando Claudín escribe un relato ágil, lleno de diálogos y con gran sentido del humor porque, ante las situaciones extremas, intenta añadir un toque de ironía o de distancia.
Sea como sea, el libro nos habla de la solidaridad, de la convivencia y de muchos valores positivos que son indispensables para crecer.
En nuestra sociedad occidental, tan cómoda y llena de cosas, a veces se pierde la perspectiva de lo que de verdad importa. Por eso, libros como el que recomendamos son importantes para los jóvenes de hoy y los que lo fueron hace años, porque nos sitúan cara a cara con la vida, con lo que de verdad vale la pena.
Este grupo vive experiencias realmente excitantes y, a menudo, llenas de peligro. La magia de África planea en todo el relato, con su paisaje, con su fauna, con sus gentes. Es un canto a lo distinto y al respeto que nos debemos unos a otros.
Como bien nos dice el propio narrador, al principio del relato, El embrujo de Chalbi supone un viaje iniciático para estos chicos y chicas. Es, por lo tanto, mucho más que un simple viaje de final de curso : “Así pues su viaje de fin de curso a Kenia se transformó en un viaje iniciático, en un viaje de superación personal, que los ayudó a conocerse mejor, enseñándoles facetas de su personalidad que ignoraban” (pág. 8). El grupo es abandonado por el guía en pleno desierto y ha de aprender a sobrevivir en unas condiciones adversas, a la vez que cada uno de ellos pone a prueba lo mejor y lo peor de sí mismo. Todos salen reforzados de la experiencia, incluidos los profesores.

Guía de lectura: http://www.anayainfantilyjuvenil.com/catalogos/proyectos_lectura/IJ00128901_9999999394.pdf

Siete días de julio

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SIETE DÍAS DE JULIO,
Jordi Sierra i Fabra,
Barcelona, Plaza y Janés, 2010

Anabel Sáiz Ripoll

“Siete días de julio” es una novela vibrante e intensa, cuya acción se desarrolla en siete días que significan, para Miquel Mascarell, un punto de inflexión importante en su vida. A Mascarell lo conocemos ya gracias a otra novela, “Cuatro días de enero”. Se trata de un inspector de policía republicano que ha pasado los últimos años de su vida en el Valle de los Caídos, trabajando en su construcción. En 1947 sale en libertad y regresa a Barcelona. Barcelona ya no es su ciudad, sino un lugar gris, triste en el que la gente trata de salir adelante. El hambre, el estraperlo, los chanchullos de la burguesía, la tristeza conforman el telón de fondo por el que se mueve Mascarell quien, pese a todo, acaba encontrando algún motivo de esperanza gracias a Patro, la joven prostituta a la que ayudó en su anterior caso y que ahora le devuelve, con creces el favor.
“Siete días de julio”, pese a tener aspectos de novela intimista, es una novela negra, de acción en la que Mascarell, de una manera que parece casual y que, sin embargo, no lo es, se hace cargo de un caso e investiga la muerte de una joven prostituta en el metro de Barcelona. No obstante, tras esa muerte que no fue tan accidental como se creía, se esconde el odio y la venganza. Mascarell está al punto de caer en las garras del hijo de uno de sus detenidos más famosos. Solo el azar y algo parecido a la buena suerte lo librarán.
Queremos destacar el ritmo narrativo de la novela que va, capítulo a capítulo, llevándonos a un desenlace que presagia nuevas entregas porque un caso se ha cerrado, pero quedan aún muchos cabos sueltos. Lo que interesa es la proyección psicológica de Mascarell quien comienza siendo un hombre abatido y viejo, que echa terriblemente de menos a su esposa Quimeta y acaba siendo un hombre rehecho, con fuerzas de flaqueza, que aprecia la vida y que siente alguna ilusión por salir adelante. Muchas veces se ha dicho que Sierra i Fabra no describe bien a sus personajes, en este caso no hay nada más falso porque Mascarell se nos va dando progresivamente, va evolucionando, va mostrando sus pensamientos, sus sentimientos, su especial talante, su proyecto de vida. E personaje femenino de Patro está bien resuelto, es una mancha blanca entre tanta oscuridad y merecería tal vez una nueva historia.
Por otro lado, la prosa de “Siete días de julio” es clara, directa y nos sitúa directamente en el ambiente de posguerra, aunque sin hurgar más en la herida. No es una novela que hable de la posguerra, no, es una novela que se desarrolla en la posguerra y que, por lo tanto, tiene que hacer referencia al tiempo y al espacio, pero centrándose más en el episodio policíaco que narra.
En “Siete días de julio” queda muy clara la división entre las dos Españas, los vencedores amasando sus grandes fortunas sin el más mínimo pudor (aunque llenos de miserias morales) y los vencidos tratando de subsistir. El ser humano, como en muchas otras novelas del autor, muestra aquí diversidad de rostros.
“Siete días de julio”, por fin, no es estrictamente una novela juvenil, pero ¿quién dijo que los jóvenes no puedan leer novelas, buenas novelas?

La ruta del huracán

La ruta del huracán, Care Santos,
Barcelona, Alba Editorial, 2000.

“La ruta del huracán” puede definirse como un libro de crecimiento personal, ya que nos habla de Aida, una joven de 13 años quien, gracias a un viaje, cambia su manera de entender el mundo y, lo que es mejor, el propio conocimiento que tenía de ella misma.
En primera persona, a través de un cuaderno que hace las veces de diario, Aida nos cuenta el viaje que realiza con su padrastro Nacho a El Salvador. Ambos viven una situación personal triste puesto que acaba de fallecer la madre de Aida. Nacho le regala un cuaderno a Aida y le ofrece la posibilidad de cambiar de aires y trasladarse por una temporada a El Salvador. Aida, poco a poco, va saliendo de su ensimismamiento y contempla con ojos asombrados todo lo que ve a su alrededor, gentes, cultura, tradiciones, usos idiomáticos… nada escapa de la mirada de la joven quien, además, escribe algunos correos electrónicos a una buena amiga, Helena, gracias a los cuales vamos entendiendo mejor la historia.
El viaje de Aida coincide con el paso del huracán Mitch por Centroamérica, de ahí el título del libro. Nacho ha aceptado una invitación para dar un par de conferencias sobre primates, el tema que le apasiona, a Costa Rica. No obstante, las comunicaciones se cortan, por el huracán y Aide, junto con su amigo salvadoreño Roque, deciden emprender el viaje de sus vidas en busca del padre. Así, pasan por Honduras y llegan a Costa Rica y son testigos de la devastación que ha ocasionado el huracán, de la miseria en la que viven muchas personas y de las terribles desigualdades sociales que Care Santos no soslaya en ningún momento.
Aida y Roque conocen a otras personas, la mayoría de las cuales les ayudan a llegar a su destino y descubren qué es el hambre, qué es la sed, qué es la sociedad, qué es la tristeza… Cuando llegan ya no son los mismos, son infinitamente mejores. Por fin, reencuentran a Nacho y pueden regresar, cerrando así el círculo del viaje iniciático.
Hay una serie de personajes ricos en la novela como es el mismo Nacho, Roque, el joven amigo de Aida y quién sabe si algo más y Marcela, la madre de Roque; aparte de los personajes que se van encontrando por el camino (Irving, Ro…) y que les ayudan a entender un poco más la naturaleza humana. “La ruta del huracán” es un libro que nos habla de respeto, de tolerancia, de comprensión, de igualdad y, por qué no, de justicia social.
“La ruta del huracán” va destinado a lectores desde 12 años en adelante, aunque, como decimos muchas veces, puede gustar al público en general. Contiene una lección vital, aunque huye de didactismos y de monsergas. Aida escribe de manera fresca, directa, llena de humor, a veces de ternura y, así, la autora logra transmitirnos de manera mucho más directa la peripecia de una niña que ya se está despidiendo de su niñez.
Interesa mucho destacar el conocimiento de la autora de la geografía y sociedad centroamericana y cómo describe el paisaje destrozado por la fuerza de la naturaleza. Como dice la propia Care Santos en su web, http://www.caresantos.com/Propuestas%20La%20ruta%20del%20huracan.htm:
“Conozco una estupenda forma de viajar: a través de los amigos, de nuestra gente especial. Muchas veces aprendemos a amar algunos lugares en función al cariño que tenemos a quienes los habitan. Algo parecido a eso me pasó a mí con América Central, donde tengo algunos amigos inolvidables: Alejandra Castro, Rafael Francisco Góchez, Roberto Cortés, Javier Alas… de su mano, en más de una ocasión, he recorrido las tierras de ese istmo que es Centroamérica, y de su mano espero volver muchas otras veces. He escrito mucho sobre esas porciones de tierra que son los países que lo firman: Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá… Y espero seguir haciéndolo”
la_ruta_del_huracan

El lindero, de María Eugenia Mendoza

ellinderoEL LINDERO,
De María Eugenia Mendoza Arrubarrena,
SM, México, 2003, Gran Angular, 16

Anabel Sáiz Ripoll

“El lindero” es una novela que nos habla de la memoria y de lo importante que es el lugar en el que uno vive, puesto que la casa, El Lindero propiamente dicho, tiene vida y sus habitaciones guardan y transpiran la felicidad que los antiguos dueños vivieron allí. Una nueva familia, la familia de Sara, la joven narradora, ha conseguido hacerse con la finca y la casa; pero lo que parecía simplemente un nuevo lugar para vivir, mucho más amplio y hermoso que el anterior, se convierte en algo más porque los nuevos inquilinos reciben en herencia todos los recuerdos de El Lindero y todo su pasado. No obstante, no es una novela ni de terror ni de fantasmas ni de misterio, es una novela de sentimientos, de remembranzas, de amor a la tierra y a la vida.
María Eugenia Mendoza tributa un homenaje a Carl Sagan y su “Cosmos” en “El Lindero”, pero va mucho más allá porque la novela combina distintos registros y facetas que no hay que pasar por alto. Para empezar, los nuevos inquilinos, una familia formada por el padre, la madre y tres hijos, Mariana, Omar y Sara, llegan a El Lindero y se admiran de encontrar muchos objetos personales en la casa, como si los antiguos dueños hubieran salido huyendo. Un vestido de novia y una cápsula del tiempo son los elementos que enganchan al lector y a la nueva familia propietaria. Gracias a la cápsula conocemos a la dueña anterior, Montserrat, una bióloga enamorada de su casa y a sus hijos, Gregorio, Roberta y Carla y, aunque menos, al marido, Mauricio.
Un elemento importante de la casa es su huerto, un huerto que es algo así como un símbolo, como el nexo entre lo que fue y lo que es, ya que sigue dando frutos y sigue siendo cultivado por el matrimonio que ya lo hiciera para los anteriores dueños, Abundio y Filo, que son unos personajes entrañables y que nos unen con la raíces, con lo más tradicional e importante de la vida, la herencia cultural y ancestral que no debemos desdeñar en aras de una modernidad, a veces, mal entendida.
Los tres jóvenes, gracias a la palabra de Abundio y los elementos de la cápsula del tiempo, aprenden a amar y a entender qué su nueva casa es un verdadero hogar. Es más, gracias a ella, se siente mucho más unidos que antes.
“El Lindero” es una novela escrita de forma fresca, con palabras y expresiones propias del español de México, ya que la autora es mexicana. El uso de la primera persona –en boca de Sara, pero también de los anteriores propietarios- hace más directa la acción, aunque el diálogo es importantísimo para entender a los personajes y descubrir, poco a poco, el pasado de la casa. Una casa que huele a durazno, que siente, que vive al son que le marcan sus moradores.
Hay algunos aspectos que no queremos soslayar de la novela porque nos parecen interesantes, como, por ejemplo, el deseo de la narradora, y pensamos que de la propia autora, de superar los hechos de la Conquista española porque, como leemos, “…ya pasaron más de 500 años. Hay que estar orgullosos de que tenemos raíces tan bien plantadas, con las que debemos crecer y ser mejores”. Este deseo habla de futuro, de unión, de colaboración y de tolerancia. No queremos olvidar otro tema que aparece en la novela, como es la cocina. Filo es una gran cocinera, pero mucho más que eso, porque pone su alma y su sentimiento al servicio de lo que cocina y es que, como también leemos, “la cocina es el lugar más sensual de cualquier casa…”. Y, por supuesto, el tema del huerto, de cómo los terrenos de El Lindero se fueron llenando de frutales, de plantas, de vida… a la vez que la casa se convertía en un refugio para toda la familia, exceptuando para el padre, Mauricio quien, de alguna manera, es el desencadenante de la historia ya que, por su causa, Montserrat y sus hijos tuvieron que abandonar, de forma precipitada ese hogar por el que tanto suspiraban y en el cual dejaron grabada la impronta de sus ilusiones, deseos y esperanzas.
En definitiva, “El Lindero” es una novela llena de misterios, de secretos, de voces, de susurros y de sugerencias y, sobre todo, nos arropa en la seguridad que da un hogar y en cómo las personas pueden acabar apegadas a su casa y convertirla en una proyección de ellas mismas.

MALA LUNA

malaluna
MALA LUNA,
de Rosa Huertas,
Edelvives, 2009 (Alandar, 115).
248 págs., 9.20€.
ISBN: 9788426372505

A partir de 14 años, Literatura Juvenil

Por Anabel Sáiz Ripoll,
especialista en Literatura Infantil y Juvenil

A menudo en la literatura juvenil, se echan de menos historias comprometidas, que nos acerquen al presente sin olvidar el pasado. A veces se cae en el error de pensar que a nuestros chicos y chicas no entenderán ese pasado, porque se aleja de sus intereses, de sus ideas y nada más lejos de la realidad. Nuestros jóvenes necesitan aprender, necesitan saber dónde se hallan, cuáles son sus señas de identidad para no operar en el vacío. Nuestra sociedad tiende a los productos del quita y pon, al tengo o no tengo; pero huye de compromisos históricos, de todo lo que suponga un esfuerzo, un dolor o un hurgar en la herida. Por eso, Mala luna” supone una sorpresa para cerrar este año 2009, una sorpresa que une literatura con historia, sin olvidar los intereses de los adolescentes ni los temas más actuales. Rosa Huertas, profesora de instituto, conoce muy bien a los lectores y siente respeto por ellos, por eso no les escribe una historia almibarada ni rosa, sin pena ni gloria, sino que les brinda un relato cargado de compromiso, de luz, de verdad.

Clara y Víctor son dos jóvenes que estudian en un instituto de Orihuela, aunque, al principio, parece que nada tienen que ver, el azar los acaba uniendo. Los abuelos de ambos sí están relacionados por una historia con más claros que oscuros que les lleva a descubrir los últimos años del poeta oriolano por excelencia, Miguel Hernández. El abuelo de Clara estuvo con él en la cárcel los últimos tiempos y sabe del dolor que sufrió el poeta, aunque no ha querido compartirlo con nadie hasta que la propia Clara ha tirado del ovillo. El abuelo de Víctor, por su parte, Aurelio, ya ha muerto y no goza de las simpatías del Sr. Castillo, el abuelo de Clara, recién operado y convaleciente.

Víctor y Clara se alían para encontrar algo que parece una quimera, de lo que hablan los dos abuelos, el cuaderno de tapas negras en el que Miguel Hernández escribió sus últimos versos y que le fue requisado, a traición, por Aurelio, cuando murió en la cárcel de Alicante. Castillo ha vivido con la pena de saber que esos poemas están en malas manos y ahora, con Clara y Víctor implicados, parece que llega al final de la historia.

Aurelio Sánchez-Macías, el chino, arrastra un pasado lleno de contradicciones que le lega a su nieto en forma de memorias. Leemos, con el muchacho, una historia de amistad y de desconfianza. Aurelio fue amigo de Miguel Hernández, eran del mismo pueblo y quiso emularlo; pero la excelencia del poeta lo eclipsó. Con el estallido de la guerra, tan bien descrito en el libro, Aurelio supo estar del bando de los vencedores y no ayudó a su amigo, al contrario. Aurelio acabó medrando, amasando una gran fortuna y viviendo, en su interior, en una perpetua contradicción, entre la lealtad y la traición.

Clara y Víctor sufren con la historia de los abuelos y acaban medio enemistados, aunque, al final, puede más la juventud, la vida y se tienden la mano que no se tendieron los abuelos. El cuaderno de tapas negras de Miguel Hernández es el mismo en el que Aurelio escribe sus memorias y de donde el propio Miguel Hernández arrancó antes de morir las cuartillas escritas y le ofreció un poema al abuelo de Clara, “Ausencia de Aurora”.

Mala luna toma el título del verso hernandiano “Yo nací en mala hora” y sirve de contraste para Aurelio que, según piensa, él sí tuvo buena luna, pero no le sirvió de nada, aunque, en cualquier vida, hay momentos de luces y de sombras y Víctor acaba entendiendo que su abuelo es también digno de perdón y de cariño.

En la novela es interesante el tratamiento de los personajes. Por un lado, los dos abuelos, sobre todo Aurelio, un personaje redondo, torturado por su pasado, que no somos capaces de juzgar. Clara y Víctor son los dos adolescentes, que conectan con los lectores, llenos de vida, de proyectos, pero también de pesares y contradicciones. Víctor es un joven hijo de padres separados, muy serio y metódico, que no acaba de encajar en ningún sitio. Clara es una chica alegre, bulliciosa, que adora a su abuelo. Y, sobre todo, Miguel Hernández, el poeta, que es descrito por unos y por otros. Su vida, la incomprensión que sufrió por parte de su padre, las frustraciones que tuvo que vivir en Madrid, su dolor en la guerra y esa fuerza que transmitía siempre a los que lo rodeaban. Miguel Hernández el llamado “poeta cabrero” es un tópico manido, porque si bien es cierto que fue pastor de cabras, no lo es menos que se nutrió de la mejor literatura y que fue un autodidacta. Por casualidad no surgen sus imágenes gongorinas en “Perito en lunas”, sin ir más lejos.

Destacan los últimos momentos en la cárcel. Sabemos que allí, en otro cuaderno que sí se conserva, escribió su “Romancero y cancionero de ausencias”, su testamento poético en donde se incluyen las “Nanas de la cebolla” dedicadas a su segundo hijo (el primero murió muy pequeño).

Mala luna, por fin, es un buen preámbulo para empezar a celebrar el Centenario de Miguel Hernández y para acercar esa figura, de una manera humana y real, a los jóvenes lectores de hoy en día que no tienen por qué no gustar de la buena poesía.

Rosa Huertas se documenta con rigor, muestra gran respeto por sus personajes, maneja con soltura los distintos registros del idioma y, en suma, nos transmite de forma vivaz y realista un fragmento de nuestra historia reciente.
Más:
– Entrevista a Rosa Huertas en SEHACESABER.org


Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 12/31/2009 07:51:00 AM

LA CRIATURA DEL BOSQUE

lacriaturadelbosque

LA CRIATURA DEL BOSQUE,
de Pedro Riera,
Barcelona, Edebé, Colección Otros títulos 13+, 2009.
320 págs., 21×14 cm., 15 €.
ISBN: 978-84-236-9410-5

Literatura Juvenil

Por Anabel Sáiz Ripoll, especialista en Literatura Infantil y Juvenil

La criatura del bosque de Pedro Riera es una de esas novelas que crean lectores y que pueden leerse varias veces a lo largo de la vida ya que, en cada lectura, dependiendo de la edad de lector, uno irá descubriendo nuevos aspectos e identificándose con un personaje u otro.

No es fácil ser un niño como Matías, el protagonista de 10 años, que tiene una cualidad que no siempre es bien entendida por los demás. Matías puede comunicarse con las cosas y con los animales; pero no es algo que le permita vivir de una manera idílica, en absoluto, porque, a menudo las cosas son realmente impredecibles. ¿Cómo parar a una cerilla pirómana?, ¿cómo proteger a un servilletero roto de la crueldad de sus compañeros?, ¿cómo entenderse con un abejorro conquistador?, ¿cómo ayudar a un bonsái deforme?, ¿cómo guardar esos secretos? Matías, pese a todo, es un niño feliz que vive con su madre, hasta que un buen día, su padre, Simón Rotundo, decide tomar cartas en el asunto y hacer de su hijo el modelo que él quisiera para sí mismo, sin pensar en los intereses del pequeño, sino solo en su vanidad, en su egoísmo de hombre hecho a sí mismo, que ha superado un pasado de pobreza y que hace de su riqueza material su tarjeta de presentación. Simón es publicista (vendedor de coches, dice su hijo) y quiere que Matías siga sus pasos e inscribirlo en una escuela de élite, contra los deseos del niño. Para ello lo lleva un verano a su pueblo, Acedo de los Aguiluchos, en donde Matías entra en contacto con otras realidades y conoce el secreto del “Bichogordo”.

Todos los vecinos del pueblo pensaban de el “Bichogordo” era uno de ellos disfrazado, ya que desde hace 30 años, una noche especial, los niños del pueblo se internan en el bosque para recibir su bautismo de miedo a cargo del llamado “Bichogordo”. No obstante, con Matías todo cambia porque él descubre la realidad, desea proteger al pobre animal, por el que siente una infinita pena, y acaba callando y ocultando una información, aunque eso le suponga dejar su escuela de siempre y cumplir los deseos de su padre.

Matías crece a lo largo de ese verano, aprende a respetar a los que no son iguales y a valorar mucho más la palabra dada; es más, de alguna manera entiende que la posición de soberbia de su padre es fruto de su inseguridad porque hace del dinero su bandera.

La criatura del bosque presenta una serie de personajes muy interesantes, como son la tía Úrsula, la prima Asia, Belisario, el futbolista retirado, el conde György y otros más que hacen de la novela una historia tierna, hermosa, llena de humanidad.

La criatura del bosque se cuestiona también algunos de los valores de nuestra sociedad actual que no siempre está bien orientada que se suele fijar más en la apariencia de las cosas que en el verdadero trasfondo. Por eso, la mirada de Matías, limpia y no contaminada por el dinero, ve en el “Bichogordo” a un ser desvalido y amable cuya identidad hay que preservar a costa de lo que sea porque, si no, corre peligro su vida. Hay, por lo tanto, una serie de valores implícitos de la novela nada desdeñables y que apelan a la verdad de las personas y de las relaciones humanas.

Un libro escrito en tercera persona y nos descubre, a través de los diálogos y de los fragmentos narrativos, la psicología de los personajes cuyas relaciones van evolucionando a lo largo de la historia. La criatura del bosque es, pues, una novela amena, llena de humor, amor y sensibilidad que gustará, como dijimos al principio, a todos los lectores.


Publicado por Carmen Fernández Etreros para EL BLOG DE PIZCA DE PAPEL el 12/27/2009 01:09:00 PM

Només tu…

nomes-tuNomés tu… (Solo tú…),
Jordi Sierra i Fabra,
Barcelona, Columna, 2009

Anabel Sáiz Ripoll

El libro que hoy reseñamos no es propiamente una novela juvenil, aunque tampoco deja de serlo. Pensamos que se trata de una historia que puede gustar indistintamente, sin tener en cuenta la edad. Y precisamente la edad es el factor que desencadena todo el relato.
Mónica es una joven que está acabando bachillerato, que no sabe muy bien qué hacer con su vida y que tiene una afición singular: fotografía a las parejas que ve en el parque, el Turó Park de Barcelona, para luego quemar las imágenes de aquellas que están enamoradas y así impregnar el ambiente de ese sentimiento. Mónica además es hija de padres separados. Con el padre, que ha rehecho su vida, mantiene una excelente relación y con su madre las cosas no van muy bien, porque es una mujer que se ha instalado en el papel de víctima y así es difícil poder relacionarse. Hay aún otro aspecto importante en la vida de Mónica y es que mantiene un blog, que es, por así decirlo, su ventana al mundo. Un buen día decide dar su opinión acerca de un grupo musical tópicamente juvenil que a ella no le gusta nada porque conoce la buena música y además tiene un amigo, Daniel, que compone canciones.
Roger es el otro protagonista de la historia, tiene 38 años, trabaja como representante de grupos musicales y procede de una familia bien, cuyo padre es de ideas fijas. A Roger le persigue la muerte de su antigua novia. Su presente, en materia sentimental, es nefasto. Precisamente él es el representante del grupo que no le gusta Mónica y lee su comentario en el blog.
En definitiva, Roger y Mónica se enamoran porque, como se lee en el relato, uno tiene la edad de quien se enamora. Viven momentos de auténtico amor y no quieren pensar en la diferencia de edad. Además a Mónica le falta solo un mes para cumplir los 18 años. No obstante, realidad se impone y Roger no quiere acabar haciendo daño a Mónica y permite que la relación se enfríe. Mientras, Mónica ha de pasar el verano en un pueblo del Pirineo donde vive su abuela. Es precisamente su abuela, en un papel muy propio de Sierra i Fabra, quien le abre los ojos. Finalmente, el amor se impone a todo lo demás y la novela presenta un final abierto y muchos cabos sueltos, pero a la pareja decidida a superar los escollos.
Només tu… es una novela llena de referencias musicales, que incluye poemas y muchos pasajes llenos de pasión e, incluso, erotismo. Es una historia que nos habla de primeras veces y que nos remueve sentimientos e ideas. Nunca hay que juzgar por las apariencias.
Escrita en tercera persona, Sierra i Fabra permite, como suele hacer, que su personajes se descubran a través del diálogo y vayan creciendo ante el lector de manera progresiva.
Como se lee en la contraportada del libro: quién dice que hay que ser mayor de edad para enamorarse?