WENDY ATACA,
Andreu Martín, Algar, 2009 (Algar Joven)
Anabel Sáiz Ripoll
“Wendy ataca” es una nueva aventura protagonizada por la joven mosso d`esquadra a quien conocimos en su primera entrega, “La noche que Wendy aprendió a volar”. Wendy es una joven de no más de 24 años que tiene sus miedos y sus dudas, que no es una policía de película y que, sin embargo, ya sea por intuición, por tozudería o por casualidad, Wendy acaba tirando del hilo que le lleva a la resolución de los casos en los que participa. No obstante, como lo hace de manera poco ortodoxa, sin prestar atención a las normas, sus superiores no la felicitan, sino que la regañan por exponerse tanto, por no pensar mejor las cosas. Wendy, por lo tanto, es una joven como todas las demás, aunque ella se dedica a una profesión, hasta no hace mucho tiempo, considerada solo de hombres.
En “Wendy ataca”, nos encontramos a Wendy en compañía de Roger, con el que tiene una extraña relación, una especie de tira y afloja. Ambos patrullan por la ciudad y resuelven distintos altercados. Es de noche y las patrullas son de 12 horas. En un momento han de acudir a una discoteca en donde se está librando una batalla campal entre hispanoamericanos y autóctonos. Es tanto el atropello, que un joven hispano resulta muerto por arma blanca y aquí empieza el caso de Wendy que la llevará a averiguar quién está detrás de esa muerte y a involucrarse de manera directa en su resolución; tanto que, su vida también llega a correr peligro.
Conectando con la anterior entrega, de nuevo la niña Mon protagoniza parte del relato y ayuda a Wendy de manera directa.
Andreu Martín escribe un texto que dura prácticamente lo mismo que su lectura, por lo tanto se ajusta muy bien el ritmo narrativo al cronológico. Por otra parte, “Wendy ataca” responde al género de novela negra que tanto gusta al autor y tan bien domina. No faltan notas de ironía en el relato, ni diálogos chispeantes y fluidos. Distintos y dispares son los personajes que pululan por las páginas de la novela y para todos Andreu Martín tiene la descripción más certera y el retrato más preciso, no exento de crítica social.
“Wendy ataca” alude también a distintos temas que tienen que ver con la vida nocturna y los oscuros de una gran ciudad: forofos del fútbol, bandas organizadas, vagabundos, malos tratos, robos… Todo ello contado de manera directa, sin aspavientos, muy cercana al lector porque Wendy, insistimos, no es una superheroína, es una chica de barrio que aspira a ser buena en su oficio, que tiene sus debilidades y sus afectos, que le gustaría mayor reconocimiento de sus padres y que, en fin, es humana. Ésa es la característica que la hace entrañable y cercana.