Umberto Eco: “Aquellos que olvidan la historia”

Aquellos que olvidan la historia 

Es una verdad obvia que los jóvenes carecen de conocimientos generales de historia. Pero en my experiencia, para los jóvenes el pasado se ha aplanado en una enorme nebulosa indiferenciada. Es por eso que en una carta abierta publicada recientemente en la revista italiana L’Espresso, le recomendé a mi nieto adolescente que ejercitara su memoria aprendiéndose de memoria un poema largo.

Me temo que las generaciones jóvenes de la actualidad corren el riesgo de perder tanto la memoria individual como la colectiva. Las encuestas han revelado dos tipos de falsos conceptos que persisten entre jóvenes evidentemente con estudios: por ejemplo, leí que muchos estudiantes italianos de universidad creen que Aldo Moro fue el líder de la organización militante Brigadas Rojas, cuando en realidad él era el primer ministro de Italia y las Brigadas Rojas fueron las responsables de su muerte en 1978.

Le escribí esa carta a mi nieto en diciembre, más o menos por el tiempo en que cierto video se había vuelto viral en YouTube. Éste era de un episodio de “L’Eredità”, un programa de concursos de la televisión italiana que al parecer elige a los concursantes por su buen aspecto y afabilidad, junto con un mínimo de conocimientos generales. (Podemos suponer que esto es para evitar llenar la trasmisión con gente bonita pero despistada que se devana los sesos solo para responder a preguntas de opción múltiple como: ¿Giuseppe Garibaldi fue un ciclista, un explorador, un líder militar o el inventor del agua caliente?)

En un episodio, el presentador, Carlo Conti, pidió a los concursantes que identificaran el año en que Adolf Hitler fue nombrado canciller de Alemania. Las cuatro opciones de respuesta eran: 1933, 1948, 1964 y 1979. Los cuatro concursantes que tenían la oportunidad de responder eran: Ilaria, una joven bastante bonita; Matteo, un hombre de buena complexión de unos 30 años, con el cráneo afeitado y una cadena alrededor del cuello; Tiziana, una atractiva joven que también parecía tener unos 30 años; y una joven de nombre Caterina que llevaba anteojos y tenía aires de sabelotodo.

Debería ser universalmente sabido que Hitler murió al final de la Segunda Guerra Mundial, por lo que obviamente la respuesta solo podía ser 1933; las otras fechas eran simplemente demasiado tardías. Pero Ilaria supuso que fue en 1948, Matteo eligió 1964 y Tiziana, 1979. Cuando le llegó el turno a Caterina ya estaba obligada a elegir 1933, pero fingió cierto titubeo al elegirla, no sabemos si por ironía o asombro.

Conti también les preguntó a los concursantes en qué año el entonces primer ministro Benito Mussolini se había reunido con Ezra Pound; aquí también las opciones eran 1933, 1948, 1964 y 1979. Ahora bien, nadie está obligado a saber quién fue Ezra Pound (para que conste, él fue poeta y crítico estadounidense) y de no haber sido una pregunta de opción múltiple, yo tampoco habría indicado el año correcto. Pero dado que Mussolini fue asesinado en 1945, la única respuesta posible era 1933. (Confieso que quedé asombrado al enterarme en qué medida el dictador se mantenía al tanto con la poesía estadounidense.) La dulce Ilaria, pidiendo indulgencias con su tierna sonrisita, supuso que en 1964.

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Mor Umberto Eco

L’any 1980 va publicar la novel·la El nom de la rosa. [Il nome della rosa, edizione Bompiani, setembre de 1980]

“[…] De manera que, per consell de Marsilio, que m’havia pres afecte, van decidir que acompanyés a fra Guillermo de Baskerville, savi franciscà que estava a punt d’iniciar una missió en l’acompliment de la qual tocaria moltes ciutats famoses i abadies antiquíssimes […] El meu mestre em va donar molts consells bons per als meus futurs estudis, i em va regalar les lents que li havia fabricat Nicola, atès que ja havia recuperat les seves. Encara era jove, em va dir, però arribaria el dia en què em serien útils (i de fet les tinc sobre el meu nas mentre escric aquestes línies). Després em va estrènyer entre els seus braços, amb la tendresa d’un pare, i em va dir adéu.
No vaig tornar a veure-ho. Molt més tard vaig saber que havia mort durant la gran pesta que es va abatre sobre Europa cap a mitjan aquest segle. Prec sempre que Déu hagi acollit la seva ànima i li hagi perdonat els molts actes d’orgull que la seva supèrbia intel·lectual li va fer cometre […]
Fa fred en el scriptorium, em dol el polze. Deixo aquest text, no sé per a qui, aquest text, que ja no sé de què parla: stat rosa pristina nomini, nomina nuda tenemus”.

  • Itàlia honora el seu gran savi [Eusebio Val, La Vanguardia 21-2-2016]
    A Eco el preocupava internet perquè  “anima a viure en el present- i això fa que les noves generacions hagin perdult la memòria i desconeguin la història. Les seves declaracions sempre eren sucoses. “La informació pot perjudicar el coneixement, tal com passa avui amb els mitjans de masses i internet, perquè ens diuen masses coses- va adveritr en un programa de la RAI, el gener del 2015. Masses coses juntes fan soroll i el soroll no és un instrument de coneixement.

Umberto Eco nació en la ciudad piamontesa de Alessandria –ojo, no confundir con la homónima egipcia, a pesar de que se hubiera sentido cómodo en su legendaria biblioteca– y murió este viernes a los 84 años  en su piso de Milán, el mismo donde le visitamos no hace siquiera un año, en marzo del 2015. Vivía en una de las dos mejores plazas de la capital editorial de Italia, frente al imponente Castello Sforzesco, punto de atracción de los turistas y que él desmitificó con una simple frase: “Es una copia del siglo XIX… como todo el gótico francés”. Fue la última –y la más larga– de una serie de cinco conversaciones que mantuvimos y que se habían iniciado en Barcelona en el 2001.

Clac, clac. El paso de Eco por las calles de Milán, acompasado por los golpes de su bastón de sauce contra el pavimento mojado por la lluvia, es el primer recuerdo, sonoro, de aquel encuentro. Con su sombrero modelo Fedora, su gabardina y unos andares nerviosos, tenía el aspecto de ser un detective clásico que nos guiara por una ciudad de otro tiempo, repleta de conspiraciones, anécdotas y aventuras.

El momento más intenso fue, ya en su piso, el paseo por “el pasillo de la literatura”, una parte de su impresionante biblioteca de 35.000 volúmenes, que se distribuía de modo aleatorio por las dos plantas del domicilio. “Este es el estudio de los ensayos, allá junto al lavabo tengo a los lógicos ingleses”, decía señalando un lugar en el que no reinaba ningún orden aparente. “¡¿Caos?!”, clamó fingiendo indignación. “¡A ver, dígame el nombre de un filósofo!”. “Mmm… Hume”. Y Eco apartó una butaca giratoria que le había salido al paso, avanzó hacia un tabique de estanterías y agarró un grueso volumen que contenía la Investigación sobre el entendimiento humano del ensayista escocés. “¡Dígame otro!”. Y, así, iban apareciendo Aristóteles, Nietzsche, Wittgenstein…

En una cajita guardaba su colección de pipas, tras unas vitrinas adivinamos manuscritos medievales, en el salón reinaba una escultura de Hermes de mármol, y unos facsímiles de los evangelios reposaban sobre un atril. También pasamos ante un muro que él llamaba “mi cementerio” porque en él colgaba fotos de sus amigos muertos, como la actriz Franca Rame –esposa de su vecino, el Nobel Dario Fo– o la editora catalana Esther Tusquets. Nos preguntó con ojos traviesos por Beatriz de Moura, “¡la editora más guapa de toda la feria de Frankfurt!… y tal vez del mundo”.

Pero lo que a él le hacía más gracia era una viñeta de The New Yorker que había enmarcado, “la mejor de su historia”: en ella aparece un niño a quien su madre le dice: “No, tú has sido parido, no descargado”. Conservaba también la caricatura que le hizo el dibujante Georges Wolinski, del semanario Charlie Hebdo, asesinado en el atentado de París. Había dos ordenadores, aunque confesaba que “puedo pasarme horas escribiendo sentado en el baño, de hecho lo hago bastantes veces”.

Mordía tabaco constantemente y llegamos a temer que, en algún momento, fuera a escupirlo todo, pero no, por lo que dedujimos que acababa tragándoselo. “No se asusten, fumé en pipa de los 20 a los 60 años, pero la tenía siempre en la boca y lo tuve que dejar. Sé que da una imagen rara esto de mascar un cigarrillo, el otro día una señora me dijo: ‘¿Por qué no lo enciende? Va todo el día con eso en la boca’, y yo le respondí: ‘Señora, ¿no ha tenido nunca usted cosas en la boca sin encenderlas?’”. “Umberto, por favor…”, le recriminó la alemana Renate Ramge, su esposa desde 1962.

Eco se reinventó a sí mismo a los 48 años. Cuando era uno de los semiólogos más importantes del mundo, publicó en 1980 la novela El nombre de la rosa, que ha vendido 50 millones de ejemplares y que salvó de la quiebra a algunas editoriales, entre ellas la barcelonesa Lumen.

De veinteañero había sido incluso guionista de televisión, en la RAI –junto al filósofo Gianni Vattimo, por si alguien aún duda del deterioro actual de los contenidos audiovisuales–. Empezó a publicar por esa época, en 1956, en concreto su tesis doctoral, titulada El problema estético en Tomás de Aquino. Le seguirían, años después, ensayos míticos como Apocalípticos e integrados (1964) y el Tratado de semiótica general (1975). El éxito que obtuvo su primera novela le condujo a publicar después otras ficciones como El péndulo de Foucault (1988), La isla del día antes (1994), Baudolino (2000), La misteriosa llama de la reina Loana (2004), El cementerio de Praga (2010) o Número cero (2015), una sátira sobre los medios de comunicación.

Autor de siete novelas y 42 ensayos, su libro más leído es Cómo se hace una tesis, de lo que se mostraba orgulloso. “Millones de estudiantes lo han usado en todo el mundo como guía. Sigue siendo útil en la era de internet aunque yo lo haya escrito a mano. Después de mi muerte, ese será el único libro que me sobrevivirá”.

Recordaba con afecto a su padre, director de una empresa que vendía hierro y bañeras que combatió en las dos guerras mundiales y, entre ellas, en el frente de Libia. “Era hijo de un tipógrafo, tuvo 12 hermanos, no podían comprarse libros, y se iba a los quioscos a leer los fascículos de las novelas por entregas, hasta que el quiosquero le echaba, se iba a otro quiosco y allí leía otro trozo. Colecciono aún libros impresos por mi abuelo. Yo leía en su casa, recuerdo Los tres mosqueteros de Dumas ilustrados por Maurice Leloir. Cuando murió, se le quedaron muchos manuscritos por editar en una caja, novelas populares a las que nadie hizo caso, y yo, a los 8 o 10 años, devoré esos manuscritos, eran aventuras fantásticas”. La otra influencia fue “mi abuela materna, una mujer que no tenía educación, tal vez la primaria, pero sí una pasión increíble por la lectura, se iba a las bibliotecas y siempre tenía un montón de novelas en casa. Leía Balzac o Stendhal como si fueran una novela rosa, sin sentido crítico, pero me prestaba esos libros y yo me sumergía en la gran novela francesa ya a los 12 años”.

A pesar de la guerra, Eco fue un niño feliz: “Siento nostalgia de aquellas noches en los refugios antibombardeos, en un sótano muy oscuro y húmedo, mientras fuera se escuchaba caer las bombas. Nos despertaban en casa de madrugada y nos llevaban allá abajo, los padres se asustaban, pero los niños jugábamos. Para mí es un recuerdo agradable”.

“¿En qué año se jodió Italia, professore?”, le preguntamos parafraseando a su amigo Mario Vargas Llosa. “En 1994, cuando llegó Berlusconi”, respondió sin vacilar.

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[La Vanguardia, 20-2-2016]
Frases de Umberto Eco
El escritor, semiólogo y filósofo italiano Umberto Eco se caracterizó por dictar sentencia sobre diversos temas a lo largo de su carrera. 

Sobre los libros

”Los libros no están hechos para que uno crea en ellos, sino para ser sometidos a investigación. Cuando consideramos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué significa”.

Sobre la corrupción

”Hoy, cuando afloran los nombres de corruptos o defraudadores y se sabe más, a la gente no le importa nada y solo van a la cárcel los ladrones de pollos albaneses”.

Sobre el amor

”El amor es más sabio que la sabiduría”.

Sobre el periodismo

”No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias, y saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta”.

La honestidad

”El verdadero héroe es héroe por error. Sueña con ser un cobarde honesto como todo el mundo”.

Sobre Dios

”Cuando los hombres dejan de creer en Dios, no quiere decir que creen en nada: creen en todo”.

Sobre los villanos

”Los monstruos existen porque son parte de un plan divino y en las horribles características de esos monstruos se revela el poder del creador”.

La televisión

”Hoy no salir en televisión es un signo de elegancia.”

Sobre su día a día

”Para sobrevivir, tengo que contar historias”.

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La mediocridad en aforismos [Jorge Wagensberg, El País-Babelia- 03-01-2015]

 

La mediocridad en aforismos [Jorge Wagensberg, El País-BABELIA, 03-01-15]

Hay grupos humanos que funcionan y otros que no funcionan. Y tal cosa ocurre con países, ciudades, barrios, empresas, partidos políticos, universidades, escuelas, clubes, familias, escaleras de vecinos… ¿Dónde están las claves individuales que hacen que un colectivo funcione? ¿Están en el conocimiento adquirido o quizá en la tradición acumulada? ¿Están en los valores morales o quizá en el espíritu de los tiempos? Todo ello está en la receta, no hay duda, pero ¿cómo es posible que la misma cultura en la que florecen creadores como Bach, Beethoven, Brahms, Kant, Hegel, Leibniz, Goethe, Heine, Durero, Cantor, Hilbert, Noether, Einstein o Planck se precipite colectivamente al infierno en un instante del siglo XX? Para comprender, quizá baste con un par de conceptos antagónicos e inseparables: la creatividad y la mediocridad. Probemos a ver.

1. El mediocre sabe que lo es porque ser mediocre es una decisión personal.

2. El mediocre no está interesado por descubrir ese talento que todos llevamos dentro.

3. La humanidad se divide en dos clases de personas, la de las que van más bien a favor de los proyectos y la de las que van más bien a favor de sí mismas.

4. Los proyectos suelen empezar bien empujados por personas que van más bien a favor de los proyectos y se van arruinando a medida que son reemplazadas por personas que van más bien a favor de sí mismas.

5. Casi todo el mundo tiene la tendencia natural de ir a favor de sí mismo, pero en el caso del mediocre hay un plan, un plan estratégico innegociable.

6. Lo mediocre es peor que lo bueno, pero también es peor que lo malo, porque la mediocridad no es un grado que pueda mejorar o empeorar, es una actitud.

7. El mediocre solo entiende la lealtad en la dirección vertical y en el sentido ascendente.

8. La suma de la mediocridad y de la creatividad es constante: a más de la una menos de la otra.(Versión universal de la Primera Ley de la Termodinámica).

9. Construir es ir de cualquier parte a una parte muy especial, y para ello hay que invertir tiempo, talento y esfuerzo; destruir es ir de una parte muy especial a cualquier otra parte, y para ello no se requiere absolutamente nada.(Versión universal de la Segunda Ley de laTermodinámica).

10. En una empresa aislada la mediocridad aumenta espontáneamente hasta un valor máximo que corresponde a un estado de no retorno desde donde ni siquiera se puede ya empeorar.(Versión social de la Segunda Ley de la Termodinámica).

11. El mediocre está convencido de que no hay función que no se pueda delegar.

12. El mediocre se considera particularmente bien dotado para la función de delegar funciones.

13. El comentario más socorrido del mediocre es ¡no lo veo claro!, y se basa en una esperanza doble: que todo el mundo lo olvide si el proyecto llega a buen puerto y que todo el mundo lo recuerde si el proyecto naufraga.

14. La mediocridad no consiste en pensar que nadie es imprescindible (se puede prescindir de Mozart, claro) sino en pensar que todo el mundo es reemplazable (que me busquen otro Mozart).

15. Cualquier empresa humana tiene un cupo máximo de mediocres que puede soportar antes de entrar en colapso irreversible.

16. El mediocre no reconoce la crítica para corregir, sino que encarga la corrección de la crítica a expertos de reconocido prestigio.

17. Todo mediocre cree haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir.

18. La mediocridad puede hacer que, durante un instante, se tambalee una cultura de siglos: ciencia, filosofía, poesía, arte, matemática y música.

19. La mediocridad, que nunca duerme, puede sorprender a la creatividad que sestea.

20. Acabar con la élite se puede hacer de dos maneras: matando a todos los que están dentro (opción mediocre) o invitando a entrar a todos los que están fuera (opción creativa).

Convertir en èxit el fracàs [Margarita Rivière, El País, 21-10-2014]

Cita

“Tenen raó els que donen per segur que vivim una nova etapa de la humanitat: aclaparant tecnologia, big data, carregat ambient a-cultural. Aquí estem, atònits, estupefactes davant el no funciona i elgran festival del circ polític i la corrupció. Ambient paradoxal: els intel·ligents són exclosos, marginats, els trilers i tramposos són model social. Bravo: el fracàs es transforma en èxit.

El no funciona es produeix en temps en què un avionet teledirigit (dron) fa la guerra i les empreses són mastodonts totpoderosos capaços de deixar el món sense llum elèctrica. El no funcionas’expressa en el fracàs de l’ebola, oblidat a l’Àfrica per governs i farmacèutiques. A Espanya (malgrat la bona voluntat i la impecable competència mèdica) l’episodi ebola ens confirma com a número u en nyaps polítics: el nostre fort no és l’organització. No funcionen tantes coses imprescindibles en la vida diària!

La senyora Merkel continua amb la religió econòmica de l’austeritat que anihila petites empreses, porta milions de persones a l’atur i destrueix serveis que greixen la vida. No funciona. Tindrem pressupostos per al 2015 els catalans? Per a què?

El que importa és la festa: el gran festival del circ polític sota el qual creix la corrupció. Quelcom terrible per a les generacions del futur, espectacle nou, brutal, amb unes parenceries de niciesa no imaginables pels que ho hem vist gairebé tot. És la festa del fracàs que porta a l’èxit: així passa amb el desbordament excloent del capitalisme salvatge. El gran festival del circ corrupte és un déjà-vude l’extraordinari relat d’Edward Gibbon sobre la Caída ydecadencia del Imperio Romano (1776 i 1788). Cicles històrics implacables, líders obtusos.

Què hem de pensar dels 1.977,9 milions d’euros repartits entre televisions i ràdios públiques el 2013, davant dels 1.912 milions que va gestionar el mateix any el Ministeri de Sanitat? Encara que són les comunitats autònomes les que gestionen el gruix dels serveis sanitaris, el ministeri és responsable de funcions de prevenció i programes pels quals el 2015 disposarà de només 1.919 milions d’euros. Simptomàtic.

Aznar retreu a Rajoy que vulgui (?) dialogar amb els catalans (amb quins?). Mas, en lloc de dimitir, lidera l’ona del gran circ i inventa una consulta/espectacle. Reivindicació o estratègia electoral? I la democràcia? Què no decaigui! No hi ha govern, ni pressupostos però sí espectacle non stop. El no funciona català (amb el desgovern) és imparable i el circ també (amb la seva corrupció a les espatlles).

En el festival del que se salvi qui pugui ara comença la pel·lícula de la llista (electoral) de país encapçalada pel reeixit líder del poble, anomenat Artur Mas. Què en serà, d’aquest invent? Convergència busca la seva autodestrucció o autosalvació? Es tracta que manin Forcadell o Casals? Dones per salvar Catalunya? El conseller Homs i alguns altres haurien de passar per la factoria Disney/Hollywood i proposar innovacions especialitzades en què el més inútil sigui per fi el més útil. El món ens mira i la llista de país és l’última prioritat!

Fins i tot l’Acadèmia Espanyola reconeix vocables que semblen trets d’una cançó de Lola Flores com serendipia —descobriment inesperat quan es buscava una altra cosa— que descriuen la màgia del no funciona combinada amb el gran festival de circ i corrupció. Així és la nova etapa. No cregueu que és res estrany: Michael Jackson, diuen, guanya molt més diners mort que viu.

Aquestes coses, tan noves?, són estudiades a tot arreu. Byung-Chul Han, professor coreà de Filosofia a la Universitat de Berlín (de moda entre nosaltres gràcies al col·lega Francesc Arroyo i El País) publica ara un assaig de 127 pàgines: Psicopolítica (Herder). Idees molt clares: els contemporanis estan encantats de sotmetre’s per si mateixos a l’entramat de dominació i la seva propaganda/espectacle que els integra definitivament i igualitàriament. “Vivim una fase històrica especial en la qual la llibertat mateixa dóna lloc a coaccions. (…) El subjecte del rendiment, que es pretén lliure, és en realitat un esclau absolut (…) que s’explota a si mateix de forma voluntària”, escriu.

Han es refereix al sistema (cultural) creat pel capitalisme que ens envolta i subratlla que el subjecte no és conscient de la seva submissió. Porta el seu treball amb mà radical i conclou: “Davant de la creixent coacció a la conformitat avui seria més urgent que mai agusar la consciència herètica. (…) L’herètic és qui disposa d’una elecció lliure. Té el valor de desviar-se de l’ortodòxia (…) i de la conformitat. (…) L’idiota, com l’heretge, és una figura de la resistència contra la violència del consens. (…) L’idiotisme s’oposa al poder de la dominació neoliberal, a la comunicació i a la vigilància totals”. Ja saben, l’idiota és el savi, l’heretge que no segueix les consignes és un individu lliure. Bonic, oi? Quants heretges/idiotes queden? Només el Papa?”

Margarita Rivière és periodista.

“LA EDUCACIÓN EN AFORISMOS”

Cita

[Jorge Wagensberg -EL PAÍS, 16-10-2014]
El ser humano conserva algunos de sus rasgos juveniles más allá de su madurez sexual. Técnicamente el fenómeno se llama neotenia y, en general, está asociado a saltos significativos de la evolución. Nuestros primos primates son naturalmente proclives a jugar y a aprender durante su fase juvenil, pero pronto pierden el interés por ello. Nosotros en cambio jugamos hasta el último minuto de nuestra vida, por lo que un humano bien podría nombrarse como un mono inmaduro,un curioso individuo cuya educación en las aulas puede superar un cuarto del tiempo total que le toca vivir. Siguen unos aforismos en su honor…

1. Educar no es llenar, sino encender.

2. Educar es favorecer la adicción al gozo intelectual.

3. Aprender tiene tres fases: el estímulo, la conversación y lacomprensión, y con cada una de ellas existe la oportunidad para un gozo intelectual.

4. El buen estímulo a favor del conocimiento está en las paradojas que surgen entre lo que vemos y lo que creemos, por tal cosa la realidad no se puede reemplazar por nada mejor a la hora de buscar estímulos. (¿Por qué no dedicar un día de la semana a salir del aula para visitar la realidad que es, por cierto, lo que tenemos más a mano?).

5. Conversar es escuchar antes de hablar: qué fácil, qué difícil.

6. Conversar no es esperar turno para continuar con lo que se estaba diciendo.

7. El gozo intelectual por conversación se produce cuando un punto de llegada no coincide del todo con el anterior punto de salida.(¿Qué tal una asignatura de conversación?).

8. Comprender es caer en la mínima expresión de lo máximo compartido.

9. El gozo intelectual por comprensión ocurre en el momento exacto en el que uno descubre que dos cosas diferentes tienen algo en común.

10. Enseñar a alguien es llevarlo, de la mano de la conversación, hasta el borde mismo de la comprensión.

11. Enseñar no consiste en inyectar comprensiones, sino en señalar caminos para tropezarse con ellas.

12. Los estímulos que se revuelcan en sí mismos y que no conducen a una conversación o a una comprensión no son el principio de educación alguna, sino el fin último de alguna clase de pornografía (el best seller de diseño, la llamadaautoayuda…).

13. La clase magistral en la que más de cien alumnos asisten a una exposición —que siempre pueden leer antes o después— es un timo educativo.

14. Se puede estimular y conversar, pero comprender, lo que se dice comprender, se comprende siempre en la más estricta soledad.

15. Diez personas pasean y conversan (método peripatético); 40 escuchan y quizá pregunten, pero ya no conversan; 100 son espectáculo, y 500, ceremonia.

16. Conocimiento sin crítica es más preocupante que crítica sin conocimiento.

17. El examen tradicional se parece a una confesión forzada en la que el alumno accede a simular que ha comprendido.

18. En los primeros 10 años de escuela quizá solo merezcan la pena dos cosas: ejercitar el lenguaje (leer y escribir en varios idiomas, matemática, música, dibujo…) y entrenar el hábito de la conversación y la crítica.

19. En la escuela, ni una sola idea blindada contra la duda, ni una sola.

20. Las creencias no se enseñan, se trasfunden.

21. Combinando solo cuatro conceptos (lo propio y lo ajeno, la alegría y la tristeza) se obtienen las pasiones humanas elementales:compasión: tristeza propia por la tristeza ajena; morbo: alegría propia por la tristeza ajena; alegría empática: alegría propia por la alegría ajena; autoestima: alegría propia por la alegría propia;autocompasión: tristeza propia por la tristeza propia…

22. La educación es un recurso cultural para matizar una pasión natural (prestigiar la compasión, desprestigiar la envidia…

23. Ni siquiera comer es una excusa para aplazar el conocer, por lo menos mientras la hipoglucemia no nos nuble la vista.

24. Existe una inversión en la que siempre se gana y cuyo beneficio siempre cabe en el equipaje de mano, no se puede perder, ni nadie puede robar: la educación.

Ni oasis ni ´omertá ´

[José Maria Mena, exfiscal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya]

Cita

<<Por eso algunos dicen ahora que se ha roto la omertá catalana. Pero, igual que nunca hubo oasis catalán, nunca hubo omertá catalana. La omertá es la ley del miedo, del silencio de la mafia. Aquí nunca se impuso el silencio con miedo. Solo hay un provechoso pacto de silencio cooperador o cómplice. Voluntaria e interesadamente, callan los que piden y los que dan, los que ofrecen y los que aceptan, los que obtienen ventajas y los que las esperan.>>[EL PAÏS, 13-09-2014]

 

 

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Gabriel García Márquez: la soledad de América Latina.

Cita

“Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a tres mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios, ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. […]

Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: “me niego a admitir el fin del hombre”. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace treinta y dos años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra” [Gabriel García Márquez, La soledad de América Latina. Conferencia Nobel 1982, Barcelona: ed. Mondadori, 2002].

Sálvate, la vida te espera [Boris Cyrulnik]

[Boris Cyrulnik. Sálvate, la vida te espera. Barcelona: septiembre, 2013. TO: Sauve-toi, la vie t’appelle].

Cita

<<Estupefacto, volví sobre mis pasos y descubrí que acababa de cruzar la rue Adrien-Baysselance. Había pasado por delante de la casa de madame Farges sin darme cuenta. No había vuelto a verla desde 1944, pero un indicio, la hierba entre los adoquines separados o el estilo de las escaleras, había activado en mi memoria el retorno del escenario de mi detención.
Incluso cuando todo va bien, basta un indicio para reavivar un rastro del pasado. La vida diaria, las relaciones, los proyectos sepultan el drama de la memoria, pero a la menor evocación -la hierba entre los adoquines, una escalera mal construida- puede surgir un recuerdo. Nada se borra, simplemente creemos haber olvidado.

En enero de 1944, yo no sabía que debería vivir con esta historia. De acuerdo, no soy el único que ha pasado por la experiencia de una muerte inminente: “Yo viví la muerte, se convirtió en una experiencia de mi vida…” `[J. Semprún, l’Écriture ou la vie], pero a los seis años todo deja huella. La muerte se graba en la memoria y se convierte en un nuevo organizador del desarrollo [pàg. 15] >>.

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<<En los libros escolares de la época nazi, los niños tenían que resolver el siguiente problema: sabiendo que la atención a un débil mental , cuya vida no tiene valor , cuesta lo mismo que tres viviendas para tres parejas de jóvenes, ¿qué decisión hay que tomar?.
Los niños indignados, deciden abandonar al débil, al inútil, al malvado que causa la desgracia porque impide que tres parejas modélicas alcancen la felicidad; lo que fue una “incitación al odio y al exterminio es la traducción de una promesa estatal de dicha y de igualdad social”. De modo que en nombre de la humanidad pudieron cometerse todos los crímenes contra la humanidad [pàg. 159].>>

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<<La historia se ilumina a la luz del presente, y el presente a su vez es estructurado por su contexto. Los relatos circundantes constituyen un marco de creencias, de recuerdos y de comportamientos que pueden evolucionar según las relaciones. La clave del pasado es el presente. Y lo que estructura el presente es nuestra relación [pàg. 149]>>

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<<La memoria de uno mismo está fuertemente vinculada a los marcos sociales. Las historias que contamos dependen de nuestra posición social y de los relatos de la cultura en que estamos inmersos     [pàg.206]>>

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<<Ya sea colectiva o individual, la memoria es intencional: busca en el pasado los hechos que dan forma a lo que uno siente en el presente [pàg 146]>>

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<<El contexto relacional es el que pone de relieve lo que el niño recuerda. Pero para hacer una historia, se requiere que haya una armonía entre los relatos de uno mismo y los relatos circundantes, una “coherencia narrativa” (…) Cuando el entorno no está dispuesto a escucharos o cuando los relatos del entorno narran una cosa distinta a la que habéis vivido, es difícil y hasta peligroso testimoniar. Decir es ser excluido. Callarse es aceptar la amputación de una parte del alma [pàg. 143]>>.

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<<Un traumatizado no elige el silencio. Es su contexto el que le hace callar. (…) Cuando no se entiende nada de lo que se dice, cuando las palabras son distorsionadas, ¿cómo no callarse? La personalidad se escinde en una parte socializable y, de repente, un mutismo en el que uno se siente seguro en su silencio, protegido en su encierro     [pàg 119]>>.

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EL tiempo en aforismos [Jorge Wagensberg, EL PAÍS – BABELIA, 080214]

Citació

[Jorge Wagensberg, EL PAÍS BABELIA, 080214]

No hay científico, artista, filósofo o poeta que no haya detenido su reloj para sentarse a pensar un rato sobre el tiempo. San Agustín dejó una frase sincera y entrañable: “yo sé lo que es el tiempo, pero dejo de saberlo cuando alguien me pregunta por él“. Existe el tiempo inmutable de los astros /tanto se puede prescindir de él), el tiempo irreversible de la termodinámica (fluye desde el pasado hacia el futuro, pero no en sentido contrario), el tiempo acelerado de la fisiología (preguntemos a nuestros mayores), el tiempo caprichoso de la psicología (rápido para las emociones, lento para el tedio), el tiempo de la Relatividad Especial (según sea la velocidad), el tiempo ralentizado de la evolución del Cosmos (lo asegura el profesor Senovilla en nombre de la Relatividad General: el tiempo se nos muere), el tiempo histórico de las bifurcaciones (en torno de las cuales reina el azar)….El primer homínido que cayó en la cuenta de que la primavera ya la había visto antes dio un primer paso de gigante en la concepción del tiempo. El Homo Sapiens busca anticipar el futuro en nombre de su supervivencia y rebusca en el pasado en honor de su identidad. ¿Qué es el tiempo? Intentamos atrapar tan escurridizo concepto con un puñado de aforismos.

 

  1. No se puede definir el tiempo sin aludir al cambio ni definir el cambio sin aludir al tiempo.
  2. Los minutos son todos iguales para que el tiempo no sea responsable directo de los cambios que se suceden en la realidad.
  3. Una ballena de 200 toneladas vive más de ochenta años y una musaraña de dos gramos apenas dos, pero si no medimos sus vidas en años, ni en días, sino en número de latidos del corazón, igual resulta que viven lo mismo.
  4. Se puede viajar al pasado pero dejando, necesariamente, el cuerpo en el presente (mirando un álbum de fotos).
  5. Se puede viajar al futuro pero llevándose, necesariamente, el cuerpo como equipaje (viajando a una velocidad cercana a la de la luz).
  6. En la historia de la humanidad nadie se ha tropezado nunca con un turista procedente del futuro y eso que, dado que el futuro es en principio infinito, la probabilidad debería ser muy alta si tal cosa no fuera del todo imposible.
  7. Existe el kilómetro cero en la carretera, pero no existe el año cero en el calendario; de ahí el error recurrente de celebrar los cambios de siglo y de milenio con un año de antelación.
  8. La armonía es el ritmo del espacio y el ritmo la armonía del tiempo.
  9. Determinista no significa anticipable, por ejemplo: la teoría del caos es a la vez determinista y no anticipable.
  10. El cerebro se inventó para salir de casa, la memoria para volver a casa.
  11. La paleontología humana tiene un pasado con mucho futuro.
  12. No se puede existir si luego no se persiste una mínima fracción de tiempo, ni se puede persistir si antes no se accede a la existencia.
  13. Si la existencia implica persistencia y la persistencia implica existencia, entonces existir y persistir son en el fondo la misma cosa.
  14. Existir es persistir: he aquí la indisoluble relación entre Ser y Tiempo que Heiddegger no quiso expresar con una sola frase.
  15. Muchas novelas, en su primera frase, aluden explícitamente al tiempo o al espacio.
  16. Las Meninas de Velázquez quizá sea la primera pintura de la historia del arte con la voluntad expresa de narrar el fluir del tiempo de un volumen de tres dimensiones representado en una superficie de dos dimensiones, o sea: el cine.
  17. El paso del tiempo hace que las horas nos parezcan cada vez más largas y que los años nos parezcan cada vez más cortos.
  18. Vivir envejece.
  19. Es posible que el saber no ocupe lugar, pero lo que es tiempo…
  20. El tiempo pasa, siempre acaba pasando: es solo una cuestión de tiempo.

[Jorge Wagensberg es profesor de Teoría de los Procesos Irreversibles en la Universidad de Barcelona y autor de libros como Si la naturaleza es la respuesta, cuál es la pregunta? y A más  cómo, menos por qué (editados ambos en Tusquets).

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Jorge Wagensberg vuelve al aforismo con el libro ‘A más cómo, menos por qué’

El científico publica 747 reflexiones breves surgidas de sus investigaciones de cada día [EL PAÍS [Agustí Fancelli – 18-4-2006]

“Lo improbable asombra a todo el mundo, lo cotidiano sólo al genio”. “Las verdades se descubren, las mentiras se construyen”. O el que da título al volumen: “A más cómo, menos por qué”. Son algunos de los 747 aforismos que el científico Jorge Wagensberg (Barcelona, 1948) ha reunido “con la intención de comprender lo fundamental, lo natural y lo actual”, según reza el subtítulo del libro. A más cómo, menos por qué(Tusquets) se sitúa en la estela del exitoso Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?, publicado en 2003, en la misma colección Metatemas.

“En aquel libro recogí los pensamientos con los que me había topado en los últimos 20 años. En cambio, las de ahora son reflexiones construidas para comprender, surgen como consecuencia de mi quehacer cotidiano dedicado a la ciencia, que finalmente no es otra cosa que una técnica de reflexión”, apunta el físico y catedrático de Procesos Irreversibles de la Universidad de Barcelona.

De A más cómo, menos por qué dice el autor: “Es el aforismo de los que he recogido que, a mi entender, resume mejor el pensamiento científico. Preguntar por las causas es siempre una pregunta de emergencia, porque causas puede haber muchísimas. En cambio, preguntarse por el cómo es investigar el proceso. La crisis de Marbella, por ejemplo: cuanto más conozcamos cómo funcionó realmente la corrupción, tanto menos nos interrogaremos sobre las causas”, reflexiona el autor. “Preguntarse qué es, en qué consiste determinado fenómeno es investigar sobre el lenguaje. El porqué nos coloca en el plano de la metaciencia. El para qué, en el de la tecnología. Y el cómo en el de la ciencia”. Como ya explicó en su anterior volumen de aforismos, Wagensberg considera que la naturaleza es la respuesta al problema. “Las nalgas son la respuesta natural al problema de sentarse. La silla es la respuesta cultural a ese mismo problema”.

A más cómo, menos por qué se adentra en la relación entre disciplinas. Jorge Wagensberg considera que la diferencia entre arte y ciencia radica “en que la primera puede intuir sin comprender”, mientras que la segunda “puede comprender sin intuir”. “La ciencia es la forma más compacta para expresar la incertidumbre”, abunda.

El científico se siente cómodo con el género aforístico. “Se trata de expresiones mínimas de lo máximo compartido, un tipo de pensamiento zip que condensa hasta el límite”. La tradición marcada por autores como Spinoza, Wittgenstein o Cioran le infunde mucho respeto. “El aforismo es como la poesía. O resulta sublime o es simplemente ridículo”. Confiesa que su formación como aforista es nula. Venera, eso sí, a Groucho Marx, a quien considera uno de los adalides de la sentencia breve. “No ingresar en un club en el que te acepten como socio plantea el problema científico de la indecibilidad”.

Ciertamente, el aforismo entraña sus riesgos: fácilmente puede ser tomado por dogma, que es un género parecido, utilizado por las religiones. “El aforismo no es dogmático. Yo lo concibo como una píldora lanzada para ser disuelta por el pensamiento. Recomiendo dosis pequeñas de aforismos, leer de vez en vez unos pocos. En grupo, puede resultar divertido escoger uno y comentarlo”.

¿Qué persigue el aforismo? “El gozo intelectual”, sentencia Wagensberg. “Ese gozo se sitúa en un punto entre dos fronteras: la belleza y la inteligibilidad. La belleza, el arte, es repetición por fuera. La inteligibilidad es repetición del contenido. Comprender es situar el fenómeno dentro de una totalidad”.