Autoritarismo posdemocrático

He escrito algunas veces que el autoritarismo posdemocrático es la amenaza que se cierne sobre el futuro de las democracias liberales por la pérdida de peso que los gobiernos están sufriendo en el proceso de globalización. Con un poder económico globalizado y un poder político que sigue siendo nacional y global los problemas de gobernanza son manifiestos, la capacidad de la política de poner límites al dinero y a los mercados es cada vez más débil, incapaz de combatir el chantaje fiscal o los ataques contra la deuda del Estado. Y la impotencia genera autoritarismo. Con los gobiernos cada vez más reducidos a las funciones de seguridad y orden público, la tentación de limitar paulatinamente derechos y libertades y reforzar la dimensión represiva (con la coartada de la amenaza terrorista) es constante.

Estos días me pregunto si el gobierno de Rajoy representa un experimento en la construcción del autoritarismo postdemocrático. En este sentido la gestión del caso catalán con la renuncia, desde el primer día, a afrontarlo políticamente y con la estrategia de parapetarse detrás del poder judicial, trasladando al terreno del delito un debate que nunca tenía que salir del ámbito de la política, es un caso de estudio. Los primeros años de Rajoy fueron profundamente ideológicos, con batallas en el terreno de la educación y de los derechos personales, con una reforma laboral de clase que ha dejado a los trabajadores al margen de la recuperación, con voluntad de renacionalizar las políticas de enseñanza y de revisar la legislación del aborto. Una restauración conservadora que en parte quedó frustrada, y pagaron por ello sus principales tenores Wert y Ruiz Gallardón, por el impacto de la crisis económica, por la herida de la corrupción y por el rechazo de una parte de su propio electorado. El ritmo cambió bruscamente. De la batalla ideológica se pasó al liderazgo del hombre imperturbable, a la minimización de los problemas, a la inacción como solución. Fue la apoteosis del sentido común, como le gusta decir a Rajoy, que, según, se le recordaba con ironía está a punto de caducar.

Durante estos años, Rajoy ha ido parapetándose detrás de los tribunales, en manifiesta dejación de responsabilidades que eran estrictamente políticas, generando además una creciente confusión entre poder político y poder judicial. Fracasado en parte su proyecto de restauración ideológica, Rajoy se ha enfrentado a la cuestión catalana desde el desdén, agazapado en “un debate estéril sobre legitimidad y legalidad que no resolverá el problema” (editorial del Financial Times). Y ahora lo paga. Negó el problema político desde el primer momento. Lo traspaso a los tribunales hasta el punto de que en 2015 perpetró algo insólito en las democracias liberales: atribuir al Constitucional funciones penales, desnaturalizando su función de responsable del control de las normas. Probablemente, Rajoy ha sido víctima de un autoengaño: la creencia de que el independentismo se hundiría sólo, la fantasía de que los catalanes como siempre frenarían antes del choque, el fatalismo de un problema que está allí pero que no pudo imaginar que saliera de su ámbito habitual de confort (que en tiempos de Pujol había tenido retroalimentación mutua) Los problemas políticos se afrontan políticamente, Rajoy se negó a hacer política, nunca se planteó trabajar para construir una mayoría alternativa en Cataluña, porque siempre la ha visto como territorio ajeno, y ahora no le queda otra vía que desplegar la vía autoritaria, con el traslado a los tribunales del problema que no resolvió. Triste favor a la justicia, cuya imagen saldrá tocada de esta aventura.

Y lo hace con la única estrategia que le queda tras descartar todas las demás: buscar la propagación del miedo. Llamar a declarar a 720 alcaldes, amenazar a los ciudadanos que formen parte de las mesas electorales y a los que vayan a votar un referéndum ilegal, prohibir mítines, es un intento de socialización del pánico, que no le evitará tener que mandar a la policía el 1-0. Por su desidia. Los derechos se conquistan colectivamente, pero son siempre individuales. Nadie puede tenerlos por nosotros. De ahí, la sospecha de Yuval Noah Harari, el autor de Homo Deus: Las dictaduras del futuro, alimentadas por una masa de datos, no oprimirán más a los grupos, sino directamente a los individuos de los que se sabrá todo. Autoritarismo posdemocrático es la figura.

11 de setembre de 2017: manifestació de la Diada

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  1. Què és la Llei de Transitorietat Jurídica? [Regió7, 28-8-2017]
  2. Las diez claves de la ley del referéndum de Cataluña [El País, 6-9-2017]

  3. Diccionari bàsic per entendre el Procés [Ara, 8-9-2017]

OPINIONS diverses:
*Visca Catalunya! [Juan Luis Cebrián, 10-9-2017)
          *Un onze de setembre diferent [LVG, editorial,11-9-2017}
          *Ferreras, Cebrián i la calculada fal·làcia de la violència a Catalunya [Josep              Casulleras Nualart, VilaWeb, 10-9-2017]
           *La força de la gravetat [Antoni Puigverd, LVG, 11-9-2017]
*Moderats sense alternativa [Francesc-Marc Àlvaro, LVG, 11-9-2017]
*El Brexit y el lío catalán [Jhon Carlin, El País, 11-9-2017]

 

Aprendre requereix esforç…

Hay que recuperar la disciplina y la autoridad en la escuela
[Inger Enkvist (Värmland, 1947) El País, 13-7-2017.[Ana Torres Menárguez]

La exasesora en educació del Govern suec Inger Enkvist es posiciona en contra de les noves metodologies educatives.

No es fácil encontrar una opinión como la de Inger Enkvist (Värmland, 1947). Mientras la mayoría de los gurús educativos abogan por terminar con las filas de pupitres, con los formatos de clase encorsetados y por dar más libertad a los alumnos dentro del aula, Enkvist, exasesora del Ministerio de Educación sueco, cree que hay que recuperar la disciplina y la autoridad de los docentes en las clases. “Los niños tienen que desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo y para eso necesitan que un adulto les guíe. Aprender requiere esfuerzo y si se deja a los alumnos elegir, simplemente no sucede”.

La profesora y experta en educación Inger Enkvist en la Universidad de Lund.
La profesora y experta en educación Inger Enkvist en la Universidad de Lund. JONAS ANDERSSON

Catedrática de Español en la Universidad de Lund (Suecia), Enkvist comenzó su carrera educativa como profesora de Secundaria y durante más de treinta años se ha dedicado a estudiar y comparar los sistemas educativos de diferentes países del mundo. Además de la publicación de libros como La buena y la mala educación (Encuentro, 2011), ha publicado más de 250 artículos sobre educació.

Enkvist compareció el pasado marzo en la comisión de Educación del Congreso de los Diputados para aportar su visión sobre el modelo educativo en España, del que echa en falta motivación por parte del profesorado y una reformulación de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras el Plan Bolonia– para intentar captar a los mejores estudiantes.

Pregunta. Las nuevas corrientes de innovación educativa reclaman un papel más activo por parte de los alumnos. Acabar con las clases magistrales y crear metodologías que impliquen acción por parte del estudiante. ¿Por qué se opone a ese modelo?

Respuesta. La nueva pedagogía promueve la antiescuela. Los colegios se crearon con el objetivo de que los alumnos aprendieran lo que la sociedad había decidido que era útil. ¿Cuál es el propósito de la escuela si el estudiante decide lo que quiere hacer? Estas corrientes quieren enfatizar al máximo la libertad del alumno, cuando éste lo que necesita es una enseñanza sistemática y muy estructurada, sobre todo si tenemos en cuenta los problemas de distracción de los niños. Si no se aprende en Primaria a ser ordenado y a aceptar la autoridad del maestro, es difícil que se haga más tarde. El alumno no siempre va a estar motivado para aprender. Hace falta esfuerzo.

P. En su libro cuestiona la creencia de que todos los niños quieren aprender y, por lo tanto, es una buena opción dejar que tomen la iniciativa y aprendan solos. ¿Cuáles son sus argumentos en contra?

R. Esto nunca ha sido así. Es una idea romántica que viene de Rousseau; dar por hecho que el ser humano es inocente, bien intencionado y bueno. Un niño puede concentrarse en una tarea por iniciativa propia, pero normalmente será en el juego. Aprender a leer y escribir o matemáticas básicas requiere trabajo y nadie se siente llamado a dedicar un esfuerzo tan grande a asimilar una materia tan complicada. Se necesita apoyo, estímulos y algún tipo de recompensa, como la sonrisa de un profesor o la felicitación de los padres.

Si no se aprende en Primaria a ser ordenado,  es difícil hacerlo después

P. ¿Qué se debería recuperar del antiguo modelo de educación?

R. Tener claro que el profesor organiza el trabajo del aula. Si los alumnos planifican su propio trabajo se hace muy complicado que obtengan buenos resultados y eso desmotiva al profesor, que no quiere responsabilizarse de algo que no funciona. Estas metodologías están alejando de las aulas a los profesores más competentes. Ya no se considera beneficioso que el adulto transmita sus conocimientos a los alumnos y se fomenta que los jóvenes se interesen por las materias siguiendo su propio ritmo. En un ambiente así no es posible enseñar porque no existe la confianza necesaria en la figura del profesor. Vivir en lo inmediato sin exigencias es todo lo contrario a la buena educación.

P. Usted ha calificado el autoaprendizaje como contraproducente. Pero una vez que finaliza la formación obligatoria y los estudiantes consiguen un trabajo, el mercado laboral cambia rápido y se pueden ver obligados a reciclarse y cambiar de profesión. ¿No cree que es buena idea enseñarles desde pequeños a tomar la iniciativa en el aprendizaje?

R. Esa es la gran falacia de la nueva pedagogía. Los niños tienen que aprender contenidos, y no el llamado aprender a aprender. Solo con decir a los alumnos que tomen decisiones no van a saber hacerlo. Pongo un ejemplo. El Gobierno sueco ofrece cursos de formación para adultos y su desesperación llega cuando solo se apuntan ciudadanos con un perfil educativo alto. Les interesa y lo encuentran útil y por eso tienen ánimos para empezar. Si uno aprende un contenido, piensa que es capaz y que en el futuro podrá volver a hacerlo. ¿Quién es más adaptable y más flexible al perder un trabajo? El que ya tiene una base de conocimientos, el que cuenta con más recursos interiores y eso lo proporciona la educación. Cuanta más autodisciplina, más posibilidades tienes por delante y menos desesperado te sentirás ante una situación límite.

P. Hay un gran debate en cuanto a la utilidad de los exámenes. Algunos expertos defienden que en la vida adulta no se dan ese tipo de pruebas y que lo importante es haber desarrollado habilidades para adaptarse a diferentes entornos.

R. Esa es la visión de alguien que no sabe cómo funciona el mundo de los niños. En la vida adulta, todos tenemos fechas tope, momentos de entregar un texto y esto se aprende en la escuela. Con los exámenes el niño aprende a responsabilizarse y entiende que no presentarse a una prueba tiene consecuencias; no lo repetirán para él. Si no cumplimos con nuestras obligaciones en la vida adulta, pronto nos veremos descartados de los ambientes profesionales. Los exámenes ayudan a desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo.

P. ¿Por qué cree que el modelo actual de escuela no permite que nadie destaque?

R. El colegio no es neutro, no todos van a aprender igual. En las aulas se dan unos desequilibrios enormes en un mismo grupo, puede haber hasta seis años de diferencia intelectual entre los alumnos. La escuela debería mantener a los niños con diferentes capacidades juntos hasta los once años y a partir de ahí ofrecer diferentes niveles para las asignaturas más complejas. En algunas escuelas públicas de Alemania se hace. Para los que no lo entiendan pongo un ejemplo. Imagina meter en una misma clase a 30 adultos con niveles socioculturales e intereses totalmente dispares y pretender que aprendan juntos. Eso es lo que estamos pidiendo a nuestros hijos. En menos de una semana habría una rebelión.

Los exámenes ayudan a desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo

P. La escuela mata la creatividad, según el pedagogo británico Ken Robinson.

R. Lo más sencillo es pensar en un músico de jazz. Parece que está improvisando, jugando. ¿Cómo puede hacerlo? Sabe 500 melodías de memoria y usa trozos de esas piezas de forma elegante. Lo ha repetido tantas veces que parece que lo hace sin esfuerzo. La teoría es necesaria para que surja la creatividad.

P. Si hablamos de los contenidos que se aprenden en la escuela. ¿Cree que habría que modernizarlos?

R. Una profesora española me contó que uno de sus alumnos le dijo en clase que para qué le serviría estudiar a Unamuno, que qué aplicación práctica podía tener. Necesitamos conocer la situación de nuestro país, saber de dónde venimos. Con Unamuno se aprende un modelo de reacción, que no tiene porqué adoptarse, pero conocerla te ayuda a elaborar tu propia forma de ver el mundo.

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Post-truth, postveritat = emocions més fortes que els fets? Res de nou sota el sol

  • Posverdad y propaganda [Josep Ramoneda, El País 2-7-2017]

    Ha hecho fortuna un nombre que presenta como novedad realidades recurrentes de la experiencia humana

    Álex Grijelmo contaba en este periódico que la Real Academia Española de la Lengua se dispone a incorporar la palabra posverdad al Diccionario. Y el director de la institución, Darío Villanueva, aún precisando que la definición no está todavía establecida, la entendía como un sustantivo que da nombre a “afirmaciones o aseveraciones que no se basan en hechos objetivos sino que apelan a emociones, creencias o deseos del público”. Desde la elección de Trump, la palabra posverdad se ha convertido en un tópico omnipresente en los medios de comunicación. Toda palabra tiene su historia. Y sólo desde ella se puede entender que haya hecho fortuna un nombre que entrecruza y presenta como novedad a dos realidades recurrentes de la experiencia humana. Primera: que los humanos no se comportan por criterios estrictamente razonables porque en la economía humana del deseo las emociones y los sentimientos juegan un papel muy determinante (incluso en los intereses económicos). Segunda: que los discursos públicos —en política como en cualquier otro espacio comunicativo, la publicidad, por ejemplo— están cargados de demagogia, de falsedades, de voluntad manipulativa.

    ¿Ha sido necesario que el Brexit rompiera los pronósticos y los deseos de la Unión Europea y de buena parte de la City, y que Trump ganará a pesar de que se había impuesto la idea, eterna confusión de deseos y realidades, de que era imposible que ocurriera, para que algunos descubrieran estas dos obviedades? Desde la Grecia clásica se viene advirtiendo de los riesgos de la demagogia; Etienne de la Boètie ya nos advirtió del poder del miedo (el más manipulable de los sentimientos humanos) y las ideas recibidas para garantizar la servidumbre voluntaria; y Shakespeare nos contó en Julio César todos los mecanismos de explotación de las veleidades emocionales de las masas. ¿Y ahora resulta que hemos tenido que llegar al siglo XXI para tomar conciencia de ello y darle nombre?

    La posverdad es un ejemplo de la dificultad para ponerle palabras al nuevo mundo y, por tanto, del uso defensivo del lenguaje por parte de los grandes poderes. No ha habido una sola campaña electoral en que no se pueda encontrar todo lo que contiene la palabra posverdad: seducir a la gente con falsas promesas y medias verdades, decirle lo que se cree que tiene ganas de oír aún a sabiendas de que es falso, ajustar la explicación de la realidad a los propios intereses, tocar las fibras sensibles (y las bajas pasiones de la ciudadanía). Y si nos vamos al espacio de la publicidad comercial más de lo mismo: cada anuncio es un hecho alternativo. Al llamar posverdad a estas prácticas tan viejas el equívoco se agranda. La partícula pos (o post) se utiliza a menudo para marcar un cambio de época o de acción (posmodernidad, posrevolucionario, posthumanismo, postindustrial…) con lo cual se está dando entender que la posverdad es un tiempo nuevo y que, por tanto, lo que pretende describir la palabra no ocurría antes. O sea, la palabra tiene truco. Al modo de otro término de moda, el populismo, más que describir lo que hace es etiquetar y excluir. Y así se sugiere para los incautos que la verdad ha presidido los agotados regímenes políticos liberales de Europa y Estados Unidos

    La posverdad es síntoma de dos cosas. De la pérdida de legitimidad de los sistemas de poder político y social surgidos de la posguerra europea, que se traduce en una quiebra del consenso social que las élites dirigentes se resisten a admitir (y eluden la responsabilidad transfiriéndola a la presunta inconsistencia de las decisiones de los ciudadanos). Pero, sobre todo, es síntoma del impacto de las nuevas tecnologías de la información, la dificultad de gestionarlas y las dudas sobre su compatibilidad con la democracia. Los modos y la capacidad de propagación de los mensajes (entre el monopolio de unos pocos y la jungla de las redes sociales) convierten en completamente ineficaces los viejos protocolos de la razón crítica y de la evaluación de la verdad de los mensajes, siendo el periodismo la primera víctima de ello. El poder de la viralización de los mensajes (la fuerza de un mensaje repetido millones de veces) y la dificultad de generar mecanismos fiables para reconstruir la verdad de los hechos están en el origen del palabro de moda. Gana el que más propaga. Posverdad es una variante de propaganda. Nada nuevo bajo el sol.

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  • L’EDUCACIÓ en l’ERA DE LA POSTVERITAT.[TRIVIUM, 23-2-2017].

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Els joves i la memòria històrica

Un grup d’alumnes de l’Institut Investigador  Blanxart (Terrassa) han fet un exercici de memòria histórica, cercant poemes d’autors republicans, aproximant-se a la gent adulta que va viure la dictadura franquista i visitant un lloc de memoria de la repressió: el camp de la bota. L’escrit que acompaña l’audiovisual diu el següent:

Us faig arribar l’audiovisual protagonitzat per l’alumnat de 4 d’ESO del nostre centre. El podeu trobar al link que teniu a continuació i també a la pàgina web del centre.
És un exercici d’intercanvi generacional que ha pretès apropar els joves a les persones grans, facilitant el coneixement mutu. És un projecte formatiu perquè, a més del treball en l’àmbit de la literatura castellana, incideix directament en el seu desenvolupament social i personal.
Ha estat un projecte de memòria històrica sobre la Guerra Civil i la dictadura franquista, amb el fil conductor de poetes represaliats.
Un treball que ha insistit en la importància de no oblidar un temps de silenci i de por, que vol subratllar la importància de la lluita permanent per a no perdre els valors democràtics.
Salutacions,
Maria Montgrony Alberola
[Departament de Castellà- Institut Investigador Blanxart-Terrassa]

Alhucemas: manifestacions de protesta en el Rif

Las raíces de la rabia en el Rif [Francisco Peregil, El País 4-6-2017]

Factores económicos, históricos y de salud han convertido a Alhucemas en la capital del descontento en Marruecos

En las manifestaciones de Alhucemas (56.000 habitantes) no suele verse una sola bandera de Marruecos. Sin embargo, abundan los símbolos amazigs. Los jóvenes del Rif suelen levantar los tres dedos centrales de una mano, en referencia a los tres elementos que aúnan la cultura bereber: identidad, tierra y lengua. También aparecen, aunque mucho menos, los emblemas de la República del Rif (1921-1926), fundada por Abdelkrim el Jatabi (1882-1963) tras vencer a los españoles en la batalla de Annual. Viendo esas banderas, podría pensarse que no existe ningún apego con el Estado marroquí, o que los manifestantes aspiran a la autodeterminación. Pero ese sería un análisis muy precipitado.

La palabra separatista es un insulto para muchos rifeños. La mayor manifestación que los habitantes de Alhucemas recuerdan en la ciudad se produjo el pasado 18 de mayo, después de que el Gobierno de coalición, formado por seis partidos, difundiera un comunicado en el que acusaba a los líderes de la protesta de actuar bajo intereses “separatistas”. En aquella manifestación, el lema fue: No sois un Gobierno, sois una mafia, en alusión a la frase que Abdelkrim pronunció desde su exilio en Egipto: “¿Sois un Gobierno o una mafia?” 

Antes de seguir conviene aclarar algo. Cuando se habla del Rif se hace referencia al norte de Marruecos. Pero la delimitación exacta no existe, ya que el Rif no está reconocido como entidad administrativa. Existe, eso sí, la región de Tánger, Tetuán, Alhucemas. Hasta hace dos años la capital de la región era esta última. Ahora es Tánger. “El desplazamiento de la capital administrativa ha agudizado la crisis económica de Alhucemas”, señala un intelectual de izquierdas que prefiere ocultar su nombre. “Los funcionarios que había aquí tenían un sueldo asegurado e incentivaban el consumo en la ciudad. Esa gente se marchó a Tánger, a cuatro horas de Alhucemas. En Tánger se hacen muchísimas inversiones: un puerto, el tren de alta velocidad, muchos hoteles… Pero aquí no llega nada del dinero que se invierte en Tánger”.

Quienes critican las protestas de Alhucemas a menudo alegan que hay otras zonas del país que son más pobres que Marruecos. Muchos rifeños se encogen de hombros. “Allá ellos sí quieren seguir siendo sumisos y vivir en la Edad Media”, indica un simpatizante del llamado Movimiento Popular. Faysal Ouassar, responsable local de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), cree que la clave está en la historia del Rif. “Hay mucha ira acumulada”. Todo el mundo en Alhucemas tiene ciertas fechas grabadas en la memoria. Entre 1921 y 1927 el Ejército español empleó en el Rif gases asfixiantes prohibidos y estrenó el gas mostaza. Un ensayo presentado en 2015 en Rabat estudiaba la terrible influencia de esos gases, 90 años después, en las enfermedades cancerígenas de la región. La investigación indicaba que casi el 80% de los adultos y el 50% de los niños enfermos de cáncer atendidos hoy en día en el hospital de oncología de Rabat proceden de la misma zona del Rif bombardeada por la aviación española. De ahí viene una de las peticiones que el Movimiento reclama con más insistencia: la construcción de un hospital especializado en oncología.

El semanario marroquí Telquel resume esta semana la historia de las represiones en el Rif en una frase: “Cada vez que se trata de aplacar los disturbios rifeños, los españoles, franceses o los marroquíes lo han hecho a través de guerras sucias y de una represión brutal”. En 1958, dos años después de la independencia de Marruecos, las provincias del Rif se sublevaron contra el monarca Mohamed V. El entonces príncipe Mulay Hassan, padre del actual rey, se encontraba al mando de las fuerzas armadas de Marruecos. Desde un helicóptero dirigió la represión donde, según indica desde Francia el historiador Pierre Vermeren, está más que probado que Hassan usó napalm (una especie de gasolina gelatinosa). Vermeren calcula en 8.000 el número de muertos.

Convertido ya en rey, Hassan II volvió a aplastar otra revuelta rifeña en 1984. “Aquella la iniciamos los estudiantes de instituto”, recuerda el activista de Alhucemas Mohamed Moha. “Pedíamos que se legalizaran los sindicatos de estudiantes en los institutos. Yo tenía entonces 16 años. Y aún recuerdo perfectamente las tanquetas que metió en las calles. Metieron en la cárcel a unos 500 jóvenes. Yo fui condenado a dos años de prisión, entre 1987 y 1989. Recorrí 13 cárceles en esos dos años. Desde entonces he soñado mucho con el futuro del Rif. Pero ni en mis mejores sueños imaginé que el pueblo rifeño se iba a unir de forma tan masiva en una protesta como la de ahora”.

Un compañero de militancia de Moha, que prefiere mantener el anonimato, añade: “Nosotros le plantamos cara a Hassan II en los años ochenta. Pero no conseguimos nada. Estos chicos del Movimiento, sin embargo, son más inteligentes que nosotros porque piden cosas concretas que llegan al pueblo: un hospital, una universidad. Nosotros andábamos perdidos con causas internacionales y también en discusiones teóricas como la Guerra Fría, la teoría del socialismo o cómo tenía que ser la relación entre los sindicatos y los partidos. Pedíamos también la independencia de Palestina, pero estos chavales reclaman soluciones a los problemas del día a día”.

Hassan II nunca visitó el Rif y condenó a la región a la pobreza más profunda. La única salida fue la producción de hachís y la emigración. En 1999 llegó al trono su hijo, Mohamed VI, y decidió emprender su primer viaje oficial a Alhucemas. El monarca recibió al hijo de Abdelkrim El Jatabi, le estrechó la mano y le dio un abrazo en señal de reconciliación nacional. Desde entonces, Mohamed VI suele pasar unas semanas del verano en Alhucemas. En 2004 un terremoto mató a 600 personas en esta ciudad y quedó más expuesta, más desnuda y más vulnerable la pobreza de la región. Mohamed VI impulsó la construcción de varias infraestructuras, pero la zona sigue aislada, dependiendo en buena parte de los ingresos de los emigrantes que se fueron al extranjero.

“Con las crisis en Europa se ha cerrado esa válvula de escape que era la emigración”, indica otro intelectual de 50 años que también pide ocultar su nombre. Quedan las remesas de los emigrantes en Europa y la industria del hachís. “Hay decenas de miles de hectáreas sembradas que alimentan a unas 800.000 personas”, señala el historiador Vermeren. El activista Mohamed Moha explica: “El hachís ha creado una élite que siempre ha estado manipulada y consentida por el Estado. Esa élite, que gana muchísimo dinero sin exponerse al riesgo, vive en Europa, sobre todo en Holanda. Después está la gente de Ketama, que es muy pobre. Allí el 90% de la población es pobre”.

Pero ni las remesas ni el hachís permiten a la mayoría de los rifeños vivir con dignidad. Si no, no habría tanta gente en las calles ni las huelgas generales tendrían una aceptación tan masiva. Seguimos con la historia de la rabia acumulada. Entre las fechas grabadas con sangre —1926, 1958, 1984— no podía faltar la primavera árabe de 2011. Alhucemas puso las únicas víctimas mortales de Marruecos. Eran cinco jóvenes que murieron calcinados la noche del 20 de febrero en un cajero automático en circunstancias aún no aclaradas.

Y así llega el 28 de octubre de 2015, el día en el que el vendedor de pescado Mouhcine Fikri murió triturado en un camión de basura cuando trató de impedir que le confiscaran la mercancía ilegal. Un desempleado de 39 años, Nasser Zafzafi, subió al estrado de la plaza central y empezó a hablar en voz alta de lo que hasta entonces apenas se cuchicheaba en los cafés: el Gobierno títere a las órdenes del Majzén (Palacio Real), los políticos locales que terminaron enriqueciéndose a costa del pueblo, los abusos de las autoridades… Zafzafi nunca destacó en los estudios y no tenía un discurso muy estructurado. Pero conocía muy bien las lecciones de historia que el pueblo rifeño deseaba escuchar.

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Los manifestantes marroquíes tiran piedras contra las fuerzas de seguridad en Imzouren, cerca de Alhucemas. YOUSSEF BOUDLAL (REUTERS)

 

L’Europa del benestar: May i el seu impost a la demència

El demencial impuesto de May a la demencia
[Xavier VidalFolch,El País 2-juny-2017]

Los pensionistas echan fuego por los ojos a cuenta del impuesto sobre la dependencia propuesto por los conservadores

Si a los desheredados encima se les engaña, en ocasiones se rebelan. Es lo que sucede en la campaña electoral británica. Y es lo que rebaja la expectativa de una amplísima victoria de la primera ministra y lideresa conservadora, Theresa May.

Los pensionistas, los más y los menos acomodados, echan fuego por los ojos a cuenta del demencial impuesto a la demencia propuesto (y luego a medias retirado, pero siempre vivo), por la jefa tory en su manifiesto electoral para el próximo día 8. Desde que lo hizo público, el 17 de mayo, no logra recuperar su gran ventaja inicial. Al revés, sigue reduciéndose.

El impuesto a la demencia, así bautizado por el líder vétero laborista Jeremy Corbyn, ocupa dos líneas del manifiesto, redactadas personalmente por la propia May. Consiste en un copago sanitario a abonar por los jubilados. Deberán pechar su atención sociosanitaria con sus recursos, hasta que les quede un máximo de 100.000 libras. Y si disponen de vivienda y no de cash (dinero en efectivo), deben venderla.

Al formarse la escandalera hace diez días, May banalizó su idea, asegurando que nadie perdería su hogar. Pero lo harían luego los herederos de padres así endeudados con el Servicio Nacional de Salud.

Para más inri, el copago resultaría asimétrico, según el tipo de enfermedad: los aquejados de demencia o artritis grave y atendidos en sus domicilios afrontarían más costes que las víctimas de cáncer tratadas en los hospitales públicos. De ahí el apelativo de “impuesto a la demencia”.

A diferencia de otras reformas anteriores, maceradas y discutidas con profesionales y usuarios, ésta fue decidida unipersonalmente, se improvisó en el último minuto y en su formulación inicial solo duró 96 horas. Por eso la tarjeta de presentación de May como encarnación de un liderazgo “fuerte y estable” ha sido públicamente ridiculizada por la prensa como “débil y tambaleante”.

¿Por qué, pese a la rectificación, este revés continúa deteriorando la credibilidad tory?

Porque ha tenido el efecto de una caída de máscara. Ya el predecesor de la actual primera ministra, David Cameron, presentó su manifiesto de 2006 bajo un imperativo social: “El principal examen que tenemos que superar es cómo ayudar a los más desheredados de la sociedad, no a los ricos”.

Luego su política económica, aunque logró mantener un buen ritmo de crecimiento, incrementó la desigualdad e hizo poco por los “desheredados”.

Theresa May, en parecida línea retórica inspirada en la derecha compasiva de Benjamin Disraeli, prometió que el conservador dejaría de ser “el partido desagradable”, propugnó reducir desigualdades de renta, protección social frente a liberalismo económico, lucha contra la evasión fiscal, coto a los directivos y grandes corporaciones.

Y la receta que se le ha ocurrido es la del impuesto demencial. Trufada con otra, la reducción del subsidio universal del fuel invernal para calefacción dispensado a todos los pensionistas, para hacerlo más selectivo. Por todo eso hay una rebelión en marcha.

Y porque la memoria colectiva no es tan flaca. Margaret Thatcher, la dama de hierro y matrona del neoliberalismo, tropezó también con su instinto social reaccionario al proponer un impuesto de capitación, la poll tax, para unificar los gravámenes locales.

Era un impuesto a pagar por cada individuo sin considerar su nivel de riqueza: antiproporcional, antiprogresivo, antirredistributivo. Las plazas británicas desbordaron de protestas. Sus protegidos la empujaron a dimitir, para escapar, ellos, de la tormenta. Era 1990. Anteayer.

Les matrones de Tortosa [Treball de recerca- Pilar Salvador]

LES MATRONES DE TORTOSA

La seva autora, Pilar Salvador, ha fet una investigació on relaciona la història i el Dret, comparant dos textos de caràcter jurídic: el Liber Iudiciorum (segle VI) i el Còdex de Costums de Tortosa (segle XIII). Aquestes fonts històriques de caire jurídic han estat la base per a respondre a una pregunta: quins drets van ser adquirits per les matrones de Tortosa al segle XII? Es tractava de saber si les dones de l’orde de l’atxa havien aconseguit un reconeixement jurídic gràcies als privilegis atorgats pel comte de Barcelona i, consegüentment, si aquest fet va quedar reflectit d’alguna manera en l’ordenament jurídic d’aquells temps medievals.

L’autora del treball de recerca les matrones de Tortosa no tan sols ha utilitzat les fonts primàries sinó que ha consultat tota una diversitat de fons documentals molt rellevants per contextualitzar la conformació de l’orde de l’atxa durant el segle XII. Cal destacar, a més, la utilització de la font oral recollint el testimoni del doctor en dret Jesús Massip i Fonollosa, historiador i director honorari del Museu-Arxiu de Tortosa.  El resultat és un treball exemplar que combina les fonts primàries de caràcter històric i jurídic, els documents d’arxiu i  les fonts orals.

Centre de recursos pedagògics Vallès Occidental II

Centre de recursos pedagògics Vallès Occidental II

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Resolució i acte de lliurament de Premis a treballs de recerca de batxillerat [Facultat de Dret – Universitat Pompeu Fabra]

  • Pilar Salvador, amb “Les matrones de Tortosa“; Laia Casajoana, amb “De l’amor romàntic a la violència masclista”, i Laura Cuchi, amb “La igualtat de gènere no significa que homes i dones siguin iguals, però sí que ho siguin les seves opcions i possibilitats de vida”, van ser les tres estudiants de batxillerat guanyadores en les modalitats de Dret, Criminologia i Relacions Laborals, respectivament.

    Foto de grup de les premiades i membres de la comissió avaluadora (UPF, 2017)

 

 

Arxiu Nacional de Catalunya (ANC): Procediments judicials militars

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Un estudi exhaustiu que s’endinsa en els 81.966 judicis militars que hi va haver durant el règim franquista, entre 1939 i 1980. La guia classifica i detalla aspectes com els oficis o les afiliacions sindicals i polítiques dels represaliats polítics.

Globalment, a Catalunya es van represaliar 78.331 persones per motius polítics, la majoria, homes d’entre 31 i 40 anys.

Les dades mostren que més del 75 % dels represaliats van ser acusats de delictes de rebel·lió, adhesió, auxili o incitació a la rebel·lió militar, tot i que també destaquen els expedients de depuració de funcionaris (6.290).

Pel que fa a les penes, es van dictar 4.411 sentències de mort, de les quals es van executar 3.358.

L’estudi també posa en relleu la filiació política i sindical dels executats i assenyala que prop del 47 % de les persones executades eren del sindicat anarquista CNT; pel que fa als partits, el majoritari era ERC, seguit de la FAI.

Segons indica en el pròleg el director de l’arxiu, Francesc Balada, és necessari “preservar el record de les víctimes de la Guerra Civil i la repressió de la dictadura franquista” i, per això, assenyala que la llista de les 3.358 persones executades, amb noms i cognoms, està feta a manera de memorial de les víctimes. El llibre recull, a més,  documents de judicis concrets com, per exemple, la celebració del consell de guerra contra Lluís Companys i Jover (1940), les causes pels fets del Palau de la Música (1960) o contra Salvador Puig Antich (1973).