Sol Picó

 

E.N.D. (Esto No Danza)

 

 

 

Una imagen vale más que mil palabras, y mi tarea aplicar el tópico al caso concreto del trabajo visual de la compañía Sol Picó. Estoy atrapado, si lo hago bien, resultará claro que la dificultad de verbalizar la imagen contiene mucho más de lo que he sido capaz de desvelar. Si lo hago mal, resultará claro que he sido capaz de desvelar muy poco del contenido de este espléndido espectáculo de la imagen y la música. Estamos ante la imagen de alcantarilla emocional más impactante de la temporada teatral: la indecente energía de la furia musical de Alberto García Demestre, el lenguaje de la desesperación y una exuberante impertinencia constituyen una pieza que rompe con la algarabía de un mundo lleno de canciones de amor espantosas.

E.N.D. (Esto No Danza) es una pieza enérgica que desafía a la razón y apela a la erótica de la expresión. Los dos bailarines y la soprano ponen la expresión al servicio de la escena, el cuerpo, la voz, el ritmo y los ojos. Tres personajes expertos en las técnicas de la danza moderna y contemporánea, que utilizan su sabiduría para dar paso a una energía primaria que nace del sexo y la desesperación, un viaje alucinante a través de las piernas, los saltos, los giros, y lasposiciones casi imposibles de las puntas de los pies de los bailarines.

Una mujer se enfrenta a su propia pasión sexual partiendo de su propia negación, la primera imagen es sin duda aterradora: la soprano aparece con una pistola en la boca, incluso el espectador es amenazado de muerte, justo en ese instante comienza una vertiginosa carrera en la que se enfrentan, se odian y se aman hasta la extenuación. Nadie sale ileso: ni el boxeador que intenta zafarse de las sombras, ni la soprano que lucha con todas sus fuerzas con la juventud de los dos bailarines, ni la masas informe que salta tras el monitor del vídeo, … Ni mucho menos, desde luego el espectador.

E.N.D. (Esto No Danza) es un triste, cómico y potente espectáculo de danza contemporánea que ofrece la llave para abrir las secretas puertas del infiernos de las obsesiones. El escenario queda abierto, la iluminación hace presentes a los espectadores en ese torrente de emociones, aseguradas desde el primer minuto. Encerrado en una realidad virtual el cuarto personaje se hace presente en escena, tanto que al final realidad y ficción se unen formando un todo, formando una mordiente crónica del lado salvaje del sexo. Relaciones inusuales, mujeres muy poco comunes, inspiradas perversiones, la locura de la vida sin el imperio de la lógica y la razón y la cárcel del deseo constituyen las hebras de la trama “solpiconiana”, entretejidas de manera fascinante.

He aceptando traducir en palabras la imagen, he caído en la trampa: es un imposible describir el E.N.D. (Esto No Danza) sin descubrirse ¿qué virtud tendrá la dichosa palabra que, elija la parte que elija, tropiezo siempre con preguntas cuya respuesta no conozco? ¿Ignorancia mía? Seguro. Tengo que estudiar más y ponerme al día en tantas cosas… anotado queda en la agenda de los buenos propósitos.

J. A. Aguado

 

 

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà Els camps necessaris estan marcats amb *