Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Eduardo Galeano, 2003
El texto es, sin duda, increíble. No me agrada tanto el hecho de que no me sorprenda o de que no pueda pensar de él que es fantasioso e irreal. Es triste a la vez que vergonzoso que Eduardo Galeano pueda basarse en nuestra realidad para escribir tales renglones.
Aun así, quiero aportar una chispa optimista y recordar que no es más rico ni más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
¡Recontracórcholis, qué susto! En un primer momento no he sabido entenderte. Pensé que denostabas al bueno de Galeano por atreverse a escribir estos renglones. Y no, claro: la vergüenza no descansa en escribir esta realidad, sino en el hecho de que esta realidad exista y, por tanto, brinde a cualquiera la posibilidad de escribirla.
Lo cierto es que se agradece tu gota de esencia optimista, aunque no sé yo si estos nadies no necesitan mucho, estando como están bajo mínimos. Ya que citas al sabio de san Agustín, permíteme que me sume diciendo, como él, que “Donde no hay caridad, no puede haber justicia”, lo cual explica (aunque solo en parte) la terrible injusticia que estos nadies viven.