
Viñeta del dibujante argentino Liniers
- Nunca pude alcanzar al amor de mi vida. ¡Cómo corría la condenada! (David Acebey)
- La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones. (Arreola, Juan José)
- Hace un año no podía creer que existieras. Hoy no existes. (Aymerich, Patrizia)
- Hallan cadáver incompleto. Médico compra yate. (Atwood, Margaret)
- Si tuviera que quedarme solo con una palabra, me quedaría «contigo». (Aymí, Carlos)
- Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta. (Thomas Bayley)
- Me contaron que ahora besas con los ojos abiertos, porque si los cierras aparezco yo. (García, Armando)
- Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello. (Gabriel García Márquez)
- Aquella niebla fue tan fuerte que cuando pasó había borrado los rótulos de las tiendas. (Ramón Gómez de la Serna)
- Magia es aparecer, no desaparecer. Ojalá lo entiendas un día. (Griss, Benjamín)
- Muy confundido, leyó su propio obituario. (Meretzky, Steven)
- Él le pidió la prueba de amor. Ella lo dejó libre. (Hernández, Livia)
- Si no suena el teléfono, soy yo. (Luelmo, Ana)
- Había una vez un colorín colorao. (Martín, José Antonio)
- Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. (Monterroso, Augusto)
- El dinosaurio estaba ya hasta las narices. (Navarro, Hipólito)
- Convencidos de que el amor es ciego, pactaron jamás volver a verse. (Pérez, Lenin)
- La conoció en un sueño y la perdió en un abrir y cerrar de ojos. (Pérez, Víctor)
- Vendo zapatos de bebé, sin usar. (anónimo, aunque frecuentemente atribuido a Ernest Hemingway)