Podrá nublarse el sol eternamente,
podrá secarse en un instante el mar,
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón,
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
El único poema de amor que me ha intrigado, el porqué de esa llama que nunca se apaga, a no ser que otro la encienda con más intensidad que
tutú. En cierto modo, es verdad que el amor es la parte de los humanos que nos hace hacer esas locuras por alguien a quien querríamos tener a nuestro lado, por ejemplo, Van Gogh se cortó la oreja por su amada. En mi opinión, los sentimientos son esas cosasenque, en momentos determinados de la vida, tenemos que suprimir, y, en otros momentos, dejar que florezcan como flores en primavera.Joan, imagino que cuando dices que hemos de suprimir los sentimientos en ciertos momentos, te refieres más bien a reprimirlos. No conviene nunca, creo yo, anularlos; sí acaso, vencerlos. Es la eterna lucha entre razón y pasión, pero incluso el más ilustrado de los ilustrados dieciochescos fue inevitablemente un ser no carente de emoción.
Por otro lado, me sorprende lo que explicas del genio pelirrojo. Yo tenía entendido que Van Gogh se cortó el lóbulo de su oreja izquierda (no la oreja entera) no por amor, sino por una rabia incontenida, dada su flaqueza mental. Y que, aunque es cierto que se la brindó como regalo a una mujer, esta no era más que una vulpécula de burdel. Las causas probables del arrebato fueron una discusión con su amigo Gauguin o el disgusto ante la noticia de las nupcias de su hermano Theo (entiendo que la disyuntiva no es excluyente).
Es una rima muy especial, junto con todas las demás de Bécquer, que es un virtuoso de la pluma.
Me ha gustado bastante, porque creo que el significado va mas allá de estas palabras. A mi parecer, el poema nos enseña que nunca se deja de amar, ya que el corazón, aunque no lata, contiene una esencia que no se agota nunca, a menudo luchamos por no perderla, pero no sabemos que esa llama siempre
estaestá con nosotros y puede encenderse si de verdad uno lo desea.Arpi, me embelesa esa idea de un corazón que no late y, aun así, contiene la esencia perdurable del amor. Es una hermosa concreción del tema de esta rima. El corazón no es solo el más vital de nuestros músculos; es, también y sobre todo, el pedacito de nosotros con que nos entregamos a la persona amada. El músculo fallará antes o después y nos iremos con él bajo tierra, sin embargo, nuestra entrega permanecerá, sobreviviéndonos.
¡Preciosa rima de Bécquer! Es corta pero intensa. Debo admitir que pienso un poco como él, todo se puede acabar, todo puede suceder pero el amor seguirá con su intensidad, con su alma, llenando nuestras vidas. Eso
sisí, si hay alguien que lo mantienenvivo, aunque sea en sus recuerdos. Me gustaría que me explicasesporquepor qué has puesto esa foto, he estado pensando pero no le encuentro el sentido. Gracias. Nos vemos en clase.Paula, hay un lugar común en la lírica amorosa: el de el amor más allá de la muerte. A menudo, cuando pienso en el amor eterno, acude a mí un verso que lleva fascinándome toda la vida: “Polvo serán, mas polvo enamorado”. Se trata del último de un soneto de Quevedo intitulado, precisamente, “Amor constante más allá de la muerte”. En él, como en ningún otro, se muestra con fuerza expresiva el contraste entre la vida perecedera y el sentimiento inmortal. Es la sobrevivencia del amor, como la detallase ya Propercio, aunque sea en la unión de los despojos: “Mecum eris et mixtis ossibus ossa teram”, o sea, ‘estarás conmigo y rozaré mis huesos mezclados con tus huesos’ (te habrás dado cuenta que he insertado este verso en la lápida de la imagen).
Cierto es que la tumba parece indicarnos que ella ha sobrevivido a su amante, por lo que la fuerza amorosa nos viene desde la pena de quien mantiene la vida. En Propercio y Quevedo, ambos amantes continúan su amor traspasando la frontera de la vida, y, en Bécquer, es el poeta aún vivo quien se sabe todavía amante en un futuro, cuando esté muerto.
Este poema es realmente hermoso. Me encanta porque expresa un amor eterno, puro y verdadero, que va
masmás allá de la atracción física y del tiempo. Me fascina que el autor haya expresado la fuerza de su amor con los elementos que permiten nuestra vida, el sol, el mar (agua) y la tierra. También me gusta que para él la muerte no sea ningún obstáculo para seguir amando a su amada.Paola, siempre había entendido los referentes del poema como imposibles aconteceres en las fuerzas telúricas, sin atender a que, efectivamente, se trata de los elementos clásicos. Faltaría el aire en tu enumeración, pero podemos considerarlo en la referencia al cielo y a las nubes a que nos lleva el verbo “nublarse”. Así las cosas, me gusta pensar que el amor ha de ser el quinto elemento, la quintaesencia en nuestra vida (pese a que, en el poema, se define mediante una llama, cerrando así, de forma circular, la ecuación de los elementos, que se inicia con el sol, también fuego).
Este poema, cada vez que lo leo, me
vienetrae todo el rato la misma imagen unaiy otra vez. Esta imagen está compuesta de una pareja de enamorados, pero unoestaestá en el suelo muertoiy la chica, llena de dolor por ver a su amado fallecidoalen el suelo, pronuncia sus últimas palabras queserianserían las del poema,refiriendoserefiriéndose a que si no podemos estar juntos en vida, estaremos juntos en la muerte, pero que sin ti,joyo no puedo vivir. Creo que este poema refleja toda la essencia del amor eterno.Marina, no es mala imagen. No, señora.
Me voy a sincerar: antes de leer el pequeño, pero lleno de sentimientos, librito de G. A. Bécquer, no me había interesado nunca por la poesía. Encontraba que la poesía es algo superior a
mimí que no llegaba a entender.Concretamente, esta rima conjuntamente con las rimas X, XXI y XXIII (la rima que todos hemos conocido por alguna cita de una película), son
loslas que me dejaron soñando y con ganas de leer cada vezmasmás.Esta rima es muy profunda y para mí representa la esperanza en el amor verdadero y eterno, el amor que nada y nadie podrá deshacer.
Sin duda una preciosidad de rima.
Marisol, a poesía no es algo superior a ti, pues, como el mismo Bécquer dice, “Poesía eres tú”.
La verdad es que este poema, como dice Joan anteriormente, es uno de los pocos de amor que me ha dejado intrigado. Es muy curioso que, tal y como lo describe
BéquerBécquer, todo pueda superarse más fácilmente que el amor. Es más fácil superar que se nuble el sol eternamente, que se seque el mar, etc. En cambio es mucho más difícil superar que se apague una llama, mejor dicho LA llama del amor.Marc, es una perspectiva atractiva esa del “es más difícil superar” en vez del “es más difícil que suceda”. Esta pertenece al yo poético; la primera, al lector. Me gusta. Como me gusta ese “LA”, que con sus versales señala antonomasia.
Y si se apaga… Rodeado de amigos o no, la soledad es acongojante. Tanta, ¡que pueden llegar a dar ganas de perseguir el reflejo de la Luna!
Cuánta razón llevas, Alejandro. La soledad es llevadera, incluso deseable para según quiénes; pero, si es impuesta por la pérdida de un amor… En fin, ya lo has expresado tú muy bien: pura congoja.
Por cierto, te han quedado tan requeterrománticos estos pocos renglones que aquí traes. Entre la soledad y el reflejo lunar, tal Bécquer.
Tan bonito, el amor… Pero solo se descubre la auténtica, fría e implacable soledad en su ausencia.
Alejandro, pese a que tienes mi asenso, voy a hacer que tus puntos suspensivos me frenen y eviten así que me angustie en el vacío adversativo que se abre tras ellos. ¡Es tan bonito, el amor…!
Muy bonito, el poema. ¡Aquí se demuestra el verdadero amor eterno! Por muchas cosas que pasen, el amor será para siempre. Este poema me da a pensar en dos interpretaciones en la parte final. Cuando dice ”pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor”, yo lo interpreto de dos modos: o bien que la llama del amor que él siente por ella no se apagará, o bien que la llama del amor que siente ella por él nunca se podrá apagar, a pesar de todo lo que le pase. A lo mejor, la verdadera interpretación es la segunda; pero, a mí, a simple vista, me vienen esas dos opciones.
¡Qué acertada ambigüedad, Noelia!
La tradición literaria, en general, y la trayectoria poética de Bécquer, en particular, parecen indicar que esa llama eterna sea la del amor ofrecido. Pero, en efecto, nada impide que el lector interprete que sea la del amor recibido. ¡Muy bien visto (sentido, diría mejor)!
“Mecum eris et mixtis ossibus ossa teram” (‘Estarás conmigo y rozaré mis huesos mezclados con tus huesos’). Esta frase en latín a pie de foto resume todo el poema: ni la muerte podrá romper el amor que hay entre los dos. Bécquer debió de estar muy enamorado para afirmar una cosa así. Yo, en cambio, soy de los que piensa que no hay nada que dure para siempre y mucho menos que haya algo eterno.
Bécquer estuvo, efectivamente, muy enamorado; pero a ello hay que añadir el hiperbólico sentir de un poeta romántico.
Sergio, pecas de espíritu demasiado científico: no hay que creer en que el amor sea eterno y perdure a nuestro final; basta con sentirlo.
A mí, esto me hace pensar en que las chicas y su amor van y vienen, pero que los que en definitiva siempre estarán serán tus amigos, para soportarte, consolarte, animarte, etc., si la llama del amor de uno no es correspondida o se termina. Por eso, más que amigos, son hermanos, a los que uno tiene el privilegio de poder elegir. Por ello, ¡gracias por todo, Hermanos!
Luciano, me gusta tu apología de la amistad; pero el amor, aunque la trasciende, es también, en su base, amistad. Simplificando (acaso en exceso), suele exponerse como váida la fórmula AMISTAD + SEXO = AMOR. Pues bien, puede concebirse un amor sin sexo; no así sin amistad.
Estoy de acuerdo con el poeta al decir que la llama del amor no se apaga con nada. Como las otras personas que han comentado, tengo que decir que este poema me ha intrigado, cosa que no me ha pasado con los otros poemas de Bécquer. Además, la foto que hay en esta pagina refleja el poema muy bien.
Cristina, me gustaría saber de qué forma te ha intrigado. ❓
Me gusta mucho este poema porque es cortito y muy intenso a la vez.
Transmite gran fuerza emotiva mediante algunas figuras retóricas, como la anáfora.
Me gusta muchísimo cómo utiliza los significados connotativos de las palabras para referirse a un amor intenso.
Sí, Sarah, la poesía lírica es, casi necesariamente, connotativa.
Bien vista la importancia de la anáfora. Observa cómo “Podrá…, podrá…, podrá…” se resuelve, en el cambio de estrofa en un genérico “Todo sucederá”: el todo que es la suma de las partes.
Qué bonita, aquí sí que se habla de amor, amor eterno, no como en otras que es más desamor que otra cosa. Me ha encantado. Al leerlo, me ha venido a la cabeza una canción antigua de Shakira que trata de lo mismo. Con lo corto que es y todo lo que llega a expresar… Estas rimas son la mejores.
Meriem, me encanta tu comentario, pues me inclina a imaginarte feliz.
Me gustaría saber cuál es la canción de Shakira con la que estableces la relación temática. ❓