No me cojas cariño
que casi no me queda.
♦ ♦ ♦
Nada me hará
lo suficientemente
dulce como para que
me acaben comiendo.
♦ ♦ ♦
Existe un instante, quizá
más definitivo que aquel
que transcurre cuando alguien
escupe en la dignidad de otro.
Es el instante en el que
el escupido se levanta
para demostrar que aún
puede hacer uso de ella.
♦ ♦ ♦
Me dijiste
«Nadie te hará daño».
Por favor,
vuelve a ser alguien.
♦ ♦ ♦
Mi talón de Aquiles
es el momento en el que dejé
de ser el tuyo.
♦ ♦ ♦
Tengo la certeza
de que nos dejaremos
llenos de dudas.
♦ ♦ ♦
Carta breve al amor de mi vida
Querido:
Hoy empiezo una nueva.