Números romanos
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Una despedida, si es de ella
no duele lo máximo que puede doler
en el mismo instante en el que la ves irse.
Para saber si de verdad era ella,
espera a que un día que estés en un lugar
concurrido
escuches un tono de voz parecido,
espera [a] que un día en una calle
veas su color de pelo
espera [a] que una noche, mirando por la ventana,
empiece a llover.