¿Cuál es la forma de gobierno que tiene que regir nuestra sociedad? La historia mundial está llena de períodos en los que formas de gobierno se han impuesto sobre otras, y así sucesivamente. Durante el siglo pasado, el mundo fue testigo de cómo formas de gobierno como el totalitarismo, el fascismo, el nazismo, el comunismo y la dictadura dominaban Europa. Y aunque actualmente aún hay partes del mundo que están inmersas en dichas formas de gobierno, podemos decir que la mayoría de países han dejado atrás estos sistemas que suponían la supresión total del individuo.
Nos dicen que el mundo se ha democratizado, que ha dado un paso adelante, siempre a mejor, claro. Nos dicen que estamos en la era de la democracia, en la era de decisión del pueblo. Oyendo los discursos de los políticos nos daremos cuenta de que la palabra democracia siempre tiene cabida en estos. Nos transmiten la idea, sin darnos cuenta que nuestro sistema actual, supuestamente llamado democracia, es el mejor de todos, hasta tal punto que puede que haya una idealización del mismo. ¿Realmente es el mejor de todos? ¿Pero que es la democracia? ¿Queremos democracia? ¿O queremos un sistema que funcione?
Estamos en frente de una de las palabras más ambiguas y que más interpretaciones suscita entre la ciudadanía. Etimológicamente, democracia significa poder, gobierno del pueblo. Esta forma de gobierno apareció por primera vez a la Grecia del siglo V aC, aunque ya había ciertas sociedades triviales con una organización parecida. Se considera que es el mejor sistema posible ya que el poder proviene del pueblo. Por primera desde mucho tiempo, el poder recayó en manos del pueblo a través de una democracia directa que permitía a los ciudadanos participar en los asuntos públicos reuniéndose en la Asamblea del Pueblo para deliberar y votar. La democracia ha evolucionado, y aunque comparte ciertas similitudes con la democracia ateniense calificar a este sistema del mismo no sería muy lógico. Nuestra democracia actual no es como aquella democracia clásica dónde los ciudadanos se autogobernaban i se autoregulaban, la nuestra es una democracia moderna que se identifica con el otorgamiento de la autoridad a las personas escogidas para ocupar cargos políticos, para que tomen las decisiones políticas, creen las leyes y administren los programas para el bien público…
Pero en qué consiste realmente nuestra democracia? ¿Podemos decir que actualmente el poder reside en el pueblo? ¿Qué lugar tenemos en el sistema político actual? No es una exageración decir que actualmente nuestra participación en la vida política se limita a ir a votar. ¿Qué poder es este? En la misma línea iba Charles Bukowski con afirmaciones como esta: “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”. Damos nuestros votos a personas que según nuestras convicciones son quiénes han de gobernar, pero de los cuales no tenemos ninguna garantía de que van a hacer todo lo que han prometido. Nuestra participación en un sistema político como el actual es nulo. ¿A parte de elegir quién ocupará un escaño en el parlamento, elegimos alguna cosa más? ¿No decía Abraham Lincoln, que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo? Consideramos que con el simple hecho de hacer unas elecciones, un país ya es democrático. Pues no señores, democracia es algo más. Sí democracia es el gobierno del pueblo, este no puede limitarse a ir a introducir una papeleta cada cuatro años. En una democracia la ciudadanía ha de tener una participación muy alta. Nuestro sistema político actual, tiene mucha carencia democrática, hasta tal punto que no sé si es del todo coherente tildarlo de democrático. Y si realmente queremos serlo, hay muchas, muchas cosas que tienen que cambian.
Sin embargo, ¿realmente queremos ir hacía una democracia? No todo el mundo quiere un sistema político como el democrático. Entre sus detractores, hay el mismo Platón que en su día ya crítico la democracia ateniense. “No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo” decía Amiel. I puede que este tuviera razón, porque al fin y al cabo, ¿lo que quiere el pueblo es siempre lo mejor? Es cierto que en cierta medida estamos hablando de probablemente la forma de gobierno que más garantiza la igualdad y los derechos de la ciudadanía, pero aun en este sentido tiene sus limitaciones. ¿Y la democracia de las minorías? Además no garantiza la funcionalidad del gobierno, y puede que aún ni del propio sistema democrático.
Parece que en pleno siglo XXI a raíz de un contexto de insatisfacción política actual, cierta parte de la humanidad se ha dado cuenta que quizá este sistema que veían como el héroe de sus problemas, quizá no sea tan bueno. Y este que la democracia también tiene sus problemas. Son muchos los que ya han dejado de creer en esta forma de gobierno, que prometía tanto i quizá para algunos no ha cumplido las expectativas esperadas.
¿Cuál es la mejor forma de gobierno? Como sociedad hemos de plantearnos qué criterio debemos usar para definir cuál es la mejor forma de gobierno. ¿Cuál será la mejor forma de gobierno, aquella que sea útil, efectiva o aquella que sea legítima? Sea como sea, esto dependerá de nuestros juicios de valores por lo que realmente determinar qué forma de gobierno es la mejor será una tarea casi imposible. Al fin y al cabo, puede que Winston Churchill tuviera razón cuándo afirmaba que “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”.
APM