Podrá nublarse el sol eternamente,
 podrá secarse en un instante el mar,
 podrá romperse el eje de la tierra
 como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
 cubrirme con su fúnebre crespón,
 pero jamás en mí podrá apagarse
 la llama de tu amor.

