Tú no puedes volver atrás 
 porque la vida ya te empuja 
 como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir 
 con la alegría de los hombres 
 que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada 
 te sentirás perdida o sola 
 tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán 
 que la vida no tiene objeto 
 que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate 
 de lo que un día yo escribí 
 pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás 
 como a pesar de los pesares 
 tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer 
 así tomados, de uno en uno 
 son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti 
 cuando te escribo estas palabras 
 pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás 
 tu futuro es tu propia vida 
 tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas 
 que les ayude tu alegría 
 tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate 
 de lo que un día yo escribí 
 pensando en ti 
 como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes 
 junto al camino, nunca digas 
 no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás 
 como a pesar de los pesares 
 tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección 
 y este mundo tal como es 
 será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte 
 nada más pero tú comprende 
 que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate 
 de lo que un día yo escribí 
 pensando en ti como ahora pienso.
 José Agustín Goytisolo, 1973
 José Agustín Goytisolo, 1973

Hola yo soy chickenb, y agradezco que hayas usado mi foto para ilustrar tan hermoso poema, la manita es de mi hija Julieta.
saludos.
fabio
Gracias, Fabio.
Sí, precioso poema, como preciosa es la foto que nos dejas.
Por cierto, ¡qué feliz coincidencia de Julias!
¡Qué razón tiene! La vida es dura, es difícil encontrar las cosas buenas… Pero una vez las encuentras, tienes que aferrarte a ellas. Preciosas palabras de un padre, me hacen recordar una frase de Oscar Wilde sobre el tema de la paternidad:
“Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.”
Sin duda, este padre no parece tener demasiado por lo que ser perdonado, y de tenerlo, con un texto así, ¡sin duda lo merece!
¡Uf! Me había asustado en cuanto he visto que anunciabas una cita del irreverente Wilde; pero reconozco que está muy bien traída.