Category Archives: castellà

Ciudad

Brillan las cosas. Y aunque parezca mentira

el cielo retorna, azul chispeante.

Pero no resuelve el enigma

por el que he decidido esperarte.

Ahí estás tú: debajo de negra incertidumbre,

debajo de todas estas nubes,

pensando por qué el río chirría.

Por qué no queda rostro de tu imagen.

Por qué no hay más luz en la oscuridad.

Por qué irrita el sol ardiente

Y de pronto, no estás. Un adiós en tu blanca sonrisa.

En tus ojos se deshace

un mundo de amor negro.

Ya te fuiste, te esfumaste.

Nada queda de ti. La ciudad gira:

son ahora gestos habituales.

Patricia Ortín, 3r B

ARREBATO

Brillan las cosas. Los coches conducen

de forma estridente,

el cielo gris, el viento me choca

violentamente.

Ahí estas tú: debajo de la luna

que te abraza y te acuna.

Pero estás lejos, no llego a alcanzarte,

la calle es larga y parece interminable.

Los pasos suenan fuertes y audibles

impasibles en medio de la oscuridad.

Y de pronto, no estás,

me has abandonado

me has arrebatado la felicidad.

Nada queda de ti. La ciudad gira:

y yo me pierdo, ya sin vida.

Irene Miràs Guillén, 3r C

Enigmas

calennouPorque detrás de cada letra, de cada frase, se oculta una persona.

Un sentimiento misterioso y extraño, desconocido. Detrás de cada coma, de cada punto. Ideas contradictorias, paradojas sin sentido: la vida.

Al fin y al cabo, ¿qué es si no la vida? Un enigma. Pues eso somos, un caos incomprensible de ideas y sentimientos que ni en mil versos, ni en mil páginas de reflexión llegaremos a entender. No todos los misterios están para resolverlos, tal vez solo estén para enseñarnos a apreciar lo diferente, ya que si nos llegáramos a entender dejaríamos de vivir.

Tú cómete la cabeza pensando y reflexionando sobre esta vida. Lucha para descubrir los misterios ocultos que nuestra existencia esconde. Sí, sigue mirando hacia atrás e intenta comprender esto. Mientras tanto yo estaré viviendo sin pensar, disfrutando cada segundo de libertad. Porque si es triste no entender por qué somos así, más lo es aún no disfrutar de lo que somos. Y al fin, después de todo esfuerzo, descubre que aquí lo extraño es vivir.

Maria Llauradó, 4t C

Tecleando

calendos

Nunca creí que conocería al chico perfecto a través de la pantalla de mi ordenador y escribiendo con el teclado.

Cuando me conecté en el descanso para comer y lo vi conectado no dudé en saludarlo. Quería escribir tan rápido que me dio la impresión de que las teclas saldrían disparadas. Al principio no me creía que tuviésemos tantas cosas en común: hobbies, gustos…

Queríamos contarnos experiencias vividas, anécdotas… pero no teníamos tanto tiempo, ya que yo tuve que volver al trabajo, así que quedé con Rubén en hablar por la noche.

Cuando llegué a casa y encendí el ordenador, él ya estaba esperándome. Hablamos durante toda la noche.

Ahora, de todo eso hace dos años y Rubén se ha convertido en una de las personas más importantes de mi vida.

Carla López, 4t C



Escribir…, ¿para qué?

931930673

Cuando eres pequeño, el término escribir es simplemente coger un plastidecor y pintar. Me recuerda la infancia, cuando sólo tienes la preocupación de divertirte. Con escribir un simple nombre o un dibujo en un papel en blanco ya eres feliz. Cuando te enseñan a escribir, como es una novedad para ti, te pasas las horas escribiendo, te crees más mayor de lo que eras. Recuerdo que a mí también me pasaba, me podía estar toda una tarde escribiendo mi nombre y jamás me cansaba.

calentres3

Más tarde, cuando eres mayor, escribiendo te das cuenta de muchas cosas, creo que es la mejor forma de desahogarte. Es esa sensación de expresar tus sentimientos, de poder decir de alguna manera el estado de ánimo en el que te sientes en ese momento.

Cuando te sientes sola, triste, coges tu cuaderno y escribes sin parar, te haces una historia donde el protagonista sueles ser tú. Porque a pesar de que parezca una gran estupidez, una simple libreta puede ser la que más te entienda. Puedes pasarte horas escribiendo, y al cabo de los meses verás como todo eso te ha servido para algo, para reflexionar.

Mireia Merideño, 4t C

Día de primavera

85777337

Todo empezó hace cinco años, con el inicio de la primavera, y la entrada al instituto nuevo, porque me tuve que mudar de casa. Los primeros días de clase no conocía a nadie y me sentía sola. En el patio me iba siempre a alguna zona donde no hubiese mucha gente. A las pocas semanas ya pude conocer bien a todo el mundo, y me hice muy amiga de una chica que se llamaba Natsuko (“niña del verano”), y también de un chico que se llamaba Fuyuki (“árbol del invierno”), que era muy guapo, y cuanto más pasaba el tiempo, más me gustaba, hasta que me enamoré de él.

Aún recuerdo que me declaré a Fuyuki el primer día del curso siguiente, después de coger fuerzas en las vacaciones. Hoy hace justo cuatro años de ese día. Cada año cuando celebramos nuestro aniversario, escribo con tinta la palabra “primavera”, para recordar que nos conocimos y me declaré en esa época del año. Y cuando el día de primavera llegó para derretir la nieve del árbol del invierno.

¡Ah! Por cierto, yo soy el día de primavera (Haruhi).

Andrea López, 4t C

No todo es lo que parece

blau

Las apariencias engañan. Más que nada, porque las personas tendemos a escondernos detrás de una máscara, que tan sólo nos quitamos en contadas ocasiones. ¿Por qué? Quizás sea por el miedo. Miedo a lo que puedan pensar los demás. Miedo a su indiferencia. Miedo al éxito. Miedo al fracaso. Qué más da; todos tenemos miedo por igual.

Entonces, ¿por qué criticamos a los demás por la máscara con la que se cubren? Nosotros también llevamos una. Quizás todo venga a raíz del miedo, e intentamos hacer creer a los demás que guardar las apariencias es de covardes, para que no descubran que nosotros es o que hacemos.

Igual que el blanco a veces parece negro, igual que el rojo a veces parece azul; las personas a veces parecen lo que no son.

Júlia Rivas, 4t C

DIARIO DE UN BOLÍGRAFO

Querido diario:

Cada día es un infierno, no aguanto más. Me estoy muriendo, siento que pronto dejaré de existir y nadie me recordará, seré sustituido por otro ¿Qué será de mí? La respuesta es simple: seré desechado, iré a la basura y después de ahí ya no sé qué me espera. Siento que cada día me queda menos sangre… hoy, como cada día, me han sacado de mi casa de tela y me han estrujado para que saliese mi sangre azul. Con mi sangre se escribe, es una crueldad. Además, solo escriben faltas ortográficas. ¡Por Dios! ¡¿Qué clase de inculto escribe “había” sin “h”?!

¡Oh! ¡Cuán feliz era yo en el sitio donde vivía antes! Estaba situado delante de una gran ventana por la que veía a la gente pasar, y nadie me estrujaba para escribir con mi sangre. Sí, lo sé, sé que cada día escribo lo mismo pero, ¿qué le voy a hacer?

Mis días felices acabaron cuando aquel demonio bajito le entregó unas extrañas piezas redondas brillantes a la mujer que vivía allí de día salvo los domingos. A cambio, ella me sacó de aquel sitio en el que había vivido desde que mi memoria alcanza y me entregó al demonio.

Tengo de dejarte, creo que me van a volver a sacar la sangre. ¿Por qué diablos tuve que nacer?

Esther Q. Vallès, 4t B

Sin rumbo

Me di cuenta de que ya no era la misma niña que años atrás. Ya no sonreía de la misma manera, a causa de los problemas personales. No voy a negar que me duele recordar todo aquello, sin embargo hay cosas que es mejor no olvidar para poder aprender de ellas. Me habían hecho mucho daño, un golpe tras otro, una lágrima tras otra. Debía pasar página. A partir de entonces, la gente que me quería me dejó de apoyar; necesitaba a alguien, aunque fuera sólo una persona, pero quería dejar aquel dolor.
Pensé en llamar a una vieja amiga para retomar nuestra amistad, pero ella tan sólo me lanzaba largas; su vida y ella habían cambiado de tal manera que ya no quería saber nada de mí. Pasaron unos meses y encontré apoyo en un muchacho que conocí por casualidad, cuando estaba paseando sin rumbo. Choqué con él y en aquel preciso momento noté que lo había encontrado, después de tantos años de soledad, lo había encontrado. Hoy me encuentro a su lado, mirando el pasado con orgullo al saber que pude salir de ese pozo negro, y luchando por el presente .

Iniciado y revisado por Mireia Merideño, 4t C

Recuerdos

Brillan las cosas. Las ventanas transparentes,

el agua que se halla en el suelo intrascendente.

Ramas que albergan, caídas cabe al árbol,

sus hojas de otoño que en su día amortiguaron.

Ahí estás tú: debajo de ese sentimiento de furor,

que te aferra junto al susurro intenso del viento.

La lluvia que yacía en tus labios hoy penetra en ti,

como aquello que ese día dejamos,

como aquello que ya nunca encontramos.

Puedo sentir tu aroma punzante en mí,

te veo igual que en esa primera vez en que te vi.

Y de pronto no estás. Vuelve el sentimiento

de desesperación y el doloroso recuerdo,

que hoy ya se halla en el olvido.

Nada queda de ti. La ciudad gira:

el recuerdo formó parte de lo nuestro.

Anna Aparicio, 3r C