Y tu vestido nuevo, el que te hiciste
 para pasar la prueba del hastío
 y apoderarte de los corazones
 que se te resistían, aquel traje
 que inauguraba el mundo, que fundía
 los metales pesados, que te daba
 las llaves de un imperio donde el morbo
 era rey, aquel mínimo vestido
 que nunca te pusiste para mí…
El vestido nuevo
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