Los alumnos de 2º de la ESO han realizado una divertida actividad de rol, después de leer el capítulo de la ínsula Barataria en la que ficticiamente Sancho fue nombrado gobernador. Se han puesto en la piel de Sancho, después de haber hecho realidad el sueño de ser gobernador y de haber comprobado que echa de menos aquella vida sencilla y humilde junto a su caballero andante o junto a su familia.
Han escrito un texto, dirigido a los hospitalarios y burlones duques y a su amo, don Quijote de la Mancha. Estos son algunos de los escritos realizados en 1ª persona y siguiendo el argumento de la obra. Han puesto de manifiesto, sobre todo, la necesidad de Sancho de poder volver a ser él mismo, sin lujos y sin refinamientos. También han podido comprobar que las riquezas y la fama no dan la felicidad y que los valores de la amistad, la fidelidad y la humildad son muy importantes y necesarios para todas las personas.
Chadia Belouali (2º ESO C):
Queridos don Quijote y duques:
He decidido dejar de ser gobernador, porque no estoy acostumbrado a una vida tan perfecta, a comer bien, cortarme las uñas, respetar las infinitas normas que hay. En fin, quiero volver a mi vida normal en la que puedo hacer todo lo que yo quiera, en la que soy libre, puedo tirarme todos los eructos que quiera y cuando quiera sabiendo que nadie me va a juzgar y saltarme las normas sin que nadie me acuse por saltármelas.
Al principio creía que me iba a gustar la vida con lujos, pero estaba equivocado, muy equivocado, porque la vida de las personas ricas parece estar regida por unas penosas normas… Creo que este trabajo no está hecho para mí.
Espero que no os molestéis con mi decisión. Les saluda,
Sancho Panza
Montse Ferrando (2º ESO C):
Buenos días, mi señor:
Lamento comunicarle que ya no voy a ser gobernador por motivos familiares. Hecho de menos a mi familia, mujer e hijos, y la humildad, la gente y el campo de mi pueblo.
Le estoy eternamente agradecido desde que ha hecho realidad mi sueño y cumplido su promesa, pero lamentablemente me he dado cuenta de que esto no es lo que deseaba. Sinceramente, pienso que no sirvo para ser gobernador, soy demasiado débil.
Gracias por esta increíble oportunidad.
Atentamente,
Sancho
Alma chen (2º ESO B):
A Don Quijote:
Quiero volver con vuestra merced, me gusta más la vida sencilla, me gusta más ir por el mundo que estar atrapado en un lugar durante años. Hace tiempo quería ser gobernador; pero cuando lo he sido, he visto que no me gusta y tampoco que no lo puedo ser. ¿Puedo volver contigo?
A los duques:
Perdón por todo lo que he hecho, sé que soy muy egoísta, pero decido no ser vuestro gobernador porque creo que existen personas que os puedan gobernar mejor que yo, sé que no soy demasiado responsable, y no quiero estar atrapado en un sitio. Perdón, por todo lo que he hecho.
Paula Roger (2º ESO B):
– Amo, gracias por todos sus consejos, pero creo que esto de ser gobernador a mí no me va, hay otros que pueden hacer mi trabajo. Quiero seguir la vida que tenía antes, yendo de aquí para allá con Rocinante y con usted y con mi borrico, que ya lo echo de menos. Me hacen falta las aventuras que vivíamos los dos, ayudar a la gente, ya no puedo vivir sin mi mujer ni mis hijos, que dejé en el pueblo por ganar dinero para luego al volver dárselo. No me dejaban para nada tranquilo no podía estar solo ni un momento, aunque me gustaba que me hicieran caso, lo dejo, no quiero ser gobernador.
– Señores duques, gracias por su amabilidad y por ofrecerme el cargo de gobernador, pero yo no estoy hecho de madera de roble. Lo siento, hay otra gente que daría lo que fuese por ser gobernador, yo ya puedo decir que lo he sido, por poco tiempo, pero lo he sido. Gracias por todo, pero quiero volver a la vida de antes, a la vida de un pobre aventurero.
Joan Castellano (2º ESO B):
Queridos amigos, vengo a comunicarles que ya no puedo soportar tan alto cargo a mis espaldas, y por eso he tomado la decisión de volver a mi antigua vida de campesino y hombre humilde que tenía hace unos pocos meses. Sinceramente os agradezco todo lo que me habéis dado en este periodo de mi vida.
Y a usted, amo y señor, le tengo que agradecer que cumplió con su palabra de que yo sería gobernador de una ínsula; muchas gracias.
Diana Badea (2º ESO C):
Señores duques y amo mío:
Les escribo esta carta para comunicarles los siguientes acontecimientos:
Dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que les he sido leal durante mucho tiempo, les informo de mi retirada de los mundos de la caballería andante. Espero no haberles decepcionado o defraudado pero siento que ya no estoy hecho para estas cosas. Necesito volver a mi casa con mi mujer, al igual que necesito volver a mi ordinaria y sencilla vida. Quiero que sepáis que podéis contar con mi ayuda, aunque ya no esté a vuestro lado.
Nayara Fluixà (2º ESO C):
Queridísimo señor don Quijote:
Le escribo porque quería comunicarle que no puedo seguir siendo gobernador, no puedo con la carga tan grande que supone y también quiero liberarme un poco del poder porque me gusta más vivir con mi mujer e hijos y también creo que hay gente más cualificada que yo para ejercer de gobernadores; aunque no le voy a mentir, he vivido bien esta temporada. Pero quiero volver a la normalidad: poder beber vino tranquilo, no tener que juzgar a la gente… En fin, deseo volver a ser lo que viene siendo una persona normal, aunque le estoy agradecido por todo y lo siento pero no puedo más. Espero que no se moleste por esto, ya que yo le tengo mucho aprecio y respeto.
Con todo el honor del mundo, su queridísimo amigo y el fiel compañero,
Sancho Panza
Elena Queral (2º ESO C):
Señores duques:
Yo lo siento mucho, pero este trabajo de ser gobernador de una ínsula no me acaba de gustar.
Yo no estoy hecho para mandar a nadie, para cortarme la uñas, para no poder eructar después de una buena comilona o para no decir ningún refrán. Además, mi cuerpo no está preparado para luchar contra caballeros y defender toda una ínsula.
Ya sé que llevo muy poco tiempo como gobernador, pero esta semana me la he pasado juzgando y esto a mí me cansa.
Así que, visto lo ocurrido, yo les presento mi dimisión irrevocable.
Sancho Panza