Taller de escritura

 

En este espacio aparecerán las oportunas indicaciones sobre cómo realizar las distintas expresiones escritas.

Aquellas redacciones que, después de ser revisadas y corregidas, obtengan las notas más altas se adjuntarán aquí para que vuestros compañeros las puedan leer. Porque no solo se aprende de los errores sino también de lo que está realmente bien hecho. Así que…

¡ESCRIBE, LEE Y APRENDE!


Enunciados expresiones escritas del curso 2015- 2016


– Clica en la imagen para poder leer  el esquema titulado ELABORAR UN TEXTO:

Elaborar un texto



Consejos para mejorar la expresión escrita

(Resumen del libro La enseñanza de la expresión escrita en todas las áreas, de Pedro Jimeno Capilla)

Qué se entiende por “escribir bien”

Diremos que un texto es aceptable cuando se dan estas cuatro propiedades: corrección, cohesión, coherencia y adecuación.

La corrección

Corrección significa respetar las reglas ortográficas, reproducir fielmente las palabras y atender las reglas de la construcción sintáctica.

Veamos un ejemplo de texto incorrecto:

Los protagonistas Will, Henry y Larguirucho escapa una vez tras otra a que les pongan la placa. Todo empieza en Winchester al final se salvan y su proyecto es reunir a todos los que estan como ellos y cuando se junten revelarse a los invasores.

En el texto anterior se dan las siguientes incorrecciones:

  • Falta de concordancia en «escapa», que debería ser «escapan».
  • La construcción «escapan a que» debería ser sustituida por «escapan de que».
  • Debe haber un punto o punto y coma tras «Winchester».
  • «Estan», debe llevar tilde: «están».
  • «Revelarse», está escrito incorrectamente: lo correcto es «rebelarse», puesto que se trata de un acto de «rebeldía» y no de «revelación».
  • «Rebelarse a» debería ser sustituido por «rebelarse contra».

La cohesión

Las reglas de la cohesión se refieren a la repetición obligada de ciertas palabras y al uso de pronombres o elementos de referencia (demostrativos, posesivos…). Pero también tienen que ver con la correlación de los tiempos verbales, con el uso de elementos de conexión entre oraciones o párrafos…., y –este es uno de los aspectos más difíciles para muchos aprendices– con la puntuación.

Un error de cohesión puede, incluso, generar incoherencia, es decir, puede provocar

el que se transmita un contenido distinto del que se pretende:

El perro se ha comido la peluca de tu madre y tu madre se ha puesto de uñas, ahora duerme fuera.

La coherencia

Cuando hablamos de la coherencia como una de las propiedades de los textos, nos referimos a su sentido. Los textos responden a la intención de comunicar un contenido. Por lo tanto, deben estar escritos de modo que quien los lea sea capaz de hacerse con su sentido global, de reconocer sin demasiadas dificultades el sentido de cada parte y el del conjunto. En el ejemplo anterior, no queda del todo claro quién «duerme fuera». El lector debe poner demasiado de su parte para darle el sentido correcto. Bastaría con haber repetido el sujeto: «Ahora el perro duerme fuera».

No obstante, la coherencia no es una cualidad o propiedad que existe o no en los textos de modo absoluto. Un texto puede ser coherente para un lector y no serlo para otro, en función de los conocimientos previos de que dispongan. Hacerse una idea ajustada de los saberes que posee el destinatario del texto que se está escribiendo será también una parte de la competencia del buen escritor. Y así, nos acercamos a una propiedad muy relevante, tal vez la más difícil de atender o resolver para un aprendiz de escritor: la adecuación.

La adecuación

Quien escribe lo hace asumiendo un determinado papel social –ciudadano de a pie, presidente de una comunidad determinada, tutor, delegada…–; lo hace con una intención; se dirige a unos receptores uno o varios, conocidos o no…; y todo ello se da en un contexto y en un ámbito determinados: medio de comunicación, administración, familia… Y, finalmente, exige una determinada forma de comunicación, un modo de escribir, que afecta al formato, a la estructura, al tratamiento, al léxico, al tono… Es decir, nuestro texto debe adecuarse a la situación en la que lo escribimos. Así, tan inadecuada será la expresión coloquial en un trabajo de clase, como la culta en un mensaje de Tuenti o entre amigos.

Aprender de los que saben

Escribir es difícil, pero lo cierto es que a escribir bien se aprende.

Quienes escriben bien coinciden en que:

  • Analizan la situación global de comunicación en la que su texto tendrá lugar: qué escriben, qué relación tienen con el o los destinatarios, qué saben éstos…
  • Planifican sus escritos.
  • Con más o menos detalle, se marcan objetivos, referidos al tono, a la intención, a ciertos elementos de contenido…
  • Piensan primero en el contenido y, después, en la forma. Es decir, no tratan de resolver simultáneamente todos los problemas que el texto plantea.
  • Hacen borradores.
  • Revisan concienzudamente. Guía general de revisión:
  • ¿El tipo de texto es adecuado a la situación?
  • ¿Consigue el texto mi propósito? ¿Queda claro lo que pretendo?
  • ¿Hay la información suficiente, ni demasiada ni demasiado poca?
  • ¿Está la estructura bastante clara para que ayude al lector a entender mejor el mensaje?
  • ¿Hay muchas palabras abstractas o complejas? ¿He utilizado un léxico o terminología precisos?
  • ¿Utilizo las formas de tratamiento adecuadas?
  • Sólo cuando están satisfechos del resultado elaboran la versión definitiva.

Otras cuestiones de interés en el proceso de la escritura

Los párrafos

En teoría, el criterio para la creación de un nuevo párrafo es claro: los párrafos son unidades parciales de contenido y, por tanto, cuando se aborda una nueva unidad parcial, una nueva idea, debemos iniciar un párrafo nuevo.

La frase

Entendemos por frase el texto comprendido entre dos signos de punto y seguido.

Consejos para escribir frases eficientes:

  • Ten cuidado con las frases largas. Vigila las que tengan más de treinta palabras. Comprueba que se lean fácilmente.
  • Elimina las palabras y los incisos irrelevantes. Quédate sólo con lo esencial.
  • Si los usas, sitúa los incisos en la posición más oportuna: que no separen las palabras que están relacionadas.
  • Busca el orden más sencillo de las palabras: sujeto, verbo y complementos. Evita las combinaciones rebuscadas.
  • Coloca la información relevante en el sitio más importante de la frase: al principio.
  • No abuses de las construcciones pasivas, de las negaciones ni del estilo nominal, que oscurecen la prosa.
  • ¡No tengas pereza en revisar las frases!

El léxico

Pautas referidas al léxico que los alumnos deberían recordar:

  • Repetir sólo cuando sea preciso. En un escrito formal no literario, la repetición de una palabra es preferible a la ambigüedad de un sinónimo poco claro. Pero el sistema lingüístico dispone de mecanismos de sustitución como los pronombres y ciertos adverbios («este», «ella», «allí») que conviene utilizar con fluidez.
  • La claridad y el rigor por encima del estilo.
  • Evitar muletillas. Nos referimos a fórmulas como las siguientes: de alguna manera, en cualquier caso, desde el punto de vista de…,como muy…
  • Cuidado con los comodines; es decir, con aquellas palabras que, por su significado muy general, sirven para casi todo; como por ejemplo  cosa, hacer, tener, tema, problema,asunto, cuestión, realizar, plantear
  • No abusar de los adverbios en «mente». Así, expresiones como generalmente,personalmente, normalmente, naturalmente,obviamente, lógicamente, resultan prescindibles casi siempre. Por otro lado, incluso cuando son necesarias, conviene alternarlas con otras formas equivalentes:quizá, en lugar de posiblemente; con frecuencia, en vez de frecuentemente
  • Mejor la sencillez que la complejidad. Es preferible una expresión sencilla y corta a una compleja y larga, porque facilita la lectura y la hace más ágil.
  • Utilizar marcadores textuales. Con este término nos referimos a todo un conjunto de expresiones que encabezan párrafos, apartados u oraciones, y cuya misión es expresar la relación con el fragmento anterior (ejemplo, contraste, desarrollo, causa,consecuencia…) o marcar el orden o estructura del contenido (por otra parte, para terminar, en conclusión…).
  • Consultar el diccionario. En muchos momentos del proceso de redacción es conveniente consultar el diccionario para encontrar algún sustituto y también para resolver dudas ortográficas.