Una de las actividades que los alumnos del Aula Oberta han realizado a raíz de la lectura de la novela Palabras envenenadas ha sido la redacción de un texto narrativo en 1ª persona. Han tenido que ponerse en la piel de una persona privada de libertad y como Bárbara Molina, protagonista de la novela de Maite Carranza, expresar el miedo, la rabia y todo lo que supuestamente sentirían en una sitación tan difícil.
Tengo miedo, mucho miedo... son las palabras a partir de las cuales debían empezar sus relatos.
Alba Martínez:
Tengo miedo, mucho miedo… nunca llegué a imaginar que podría estar en una situación tan desesperante como esta.
Hace ya un año desde que me secuestró y me encerró, privándome de mi libertad, de la luz, apartándome de mi familia, de mis seres queridos…
Cada día que pasa mis fuerzas se van yendo y con ellas mis ganas de vivir. Aquí estoy encerrada en estas cuatro paredes, durmiendo en un colchón sucio y desgastado, comiendo basura y completamente sola. Durante este año no he podido mantener una conversación con un ser humano, solo con él; pero él no es un ser humano, es peor que un animal salvaje, un ser despreciable, que me maltrata física y psicológicamente.
Al principio creí que hacerle caso sería lo mejor. Alejarme de las personas que no querían que estuviese con él fue mi gran error; creer que me quería y que era el hombre indicado. Pero una semana viviendo con él me fue suficiente para abrir los ojos, aunque ya era demasiado tarde para abandonarle… Él ya era mi dueño.
Sandra Miravalles:
Tengo miedo, mucho miedo. La habitación es oscura, con goteras en el techo; las paredes son húmedas y solo hay una pequeña ventana desde donde se puede apreciar un rayo de sol, igual que se puede apreciar cómo se desvanece; y por último, unas escaleras que suben al piso de arriba.
Escucho crujir las maderas del suelo cada vez que da un paso y se acerca. Muchas veces me pregunto, ¿por qué a mí? Tal vez yo me lo busqué… Era de noche cuando ocurrió todo, volvía a casa sola, después de una noche de fiesta con mis amigas, y de repente un hombre se acercó a mi y cogiéndome por la fuerza me hizo entrar en el coche. Me llevó a una casa en medio del campo, solo veía olivos. Llevo casi tres semanas aquí, echo de menos a mi familia. ¿Me va a dejar vivir? Temo que un día de estos me mate, ¿me perdonara la vida? ¿Algún día me dejara salir de aquí y ser libre?
No creo que sobreviva a esta…